Hay un meme muy conocido con una fotografía que dice “Fan de Metallica” y muestra a un joven de pelo largo, campera de cuero y jeans negros desvencijados. A su lado, otra imagen tiene el título “Cantante de Metallica”. Y en ella aparece James Hetfield de remera blanca, bermuda cuadrillé, chancletas y una bolsa de Armani. La obviedad de lo obvio es que en el olimpo de las rockstars sus habitantes son mortales. Pero, además, Hetfield (California, 1963) ha adoptado las tradiciones rioplatenses por haber estado casado con una argentina durante 25 años. Toma mate en sus multitudinarios conciertos por el mundo y veranea en José Ignacio, Uruguay.
En mayo de este año, el vocalista y guitarrista de la banda de heavy metal más importante del momento sorprendió a algunos de sus fans al compartir su amor por el mate en un video que se viralizó en TikTok. No solo se lo vio mateando en el backstage: Hetfield salió al escenario y al grito de “¡Salud!” mostró la tradicional infusión que lo acompaña todos lados. Ya se lo había visto en situaciones similares en la gira latinoamericana de 2014 de Metallica, en la que llevó su termo y mate a los conciertos de Argentina, Chile, Brasil y Colombia.
El origen de esta pasión -y de otras como el asado- es su exesposa (se separó el año pasado) Francesca Tomasin, una rosarina con la que tiene dos hijos. Según informó el portal especializado en espectáculos TMZ, Hetfield pidió el divorcio a Francesca a comienzos del año pasado en su casa de Colorado. Tres días después de que saliera a la luz esa información, ella emitió un breve comunicado en el mismo tabloide digital: “Después de 30 años de momentos dulces y amargos, pero siempre con mucho amor, me entristece profundamente que mi matrimonio haya llegado a esto”.
Entre Argentina y Uruguay
Hetfield vive una vida muy distinta a la del estereotipo de estrella del rock. Y tiene lazo muy directo tanto con Argentina como con Uruguay, a donde ha venido a veranear con su familia.
Algunos recordarán que sus vacaciones de 2011 no pasaron inadvertidas: el 25 de diciembre de ese año, el ídolo metalero fue sorprendido por los paparazzi en una heladería de Maldonado cuando estaba con su familia y reaccionó a los piedrazos. “No era una situación complicada para que reaccionara de esa manera. Incluso la gente que pasaba lo saludaba, porque lo reconocieron enseguida”, contó entonces a El País el fotógrafo de la revista Hola, Gastón Renis.
Según narraron los testigos, los ataques de Hetfield llegaron a abollar el auto de uno de los fotógrafos, que presentó denuncia contra el músico en la comisaría 13ª de Maldonado.
Un año antes, la revista Caras Uruguay pudo captar al vocalista en las playas de José Ignacio prodigando cariño a su esposa y a sus hijos, cenando en restaurantes de Punta del Este, moviéndose sin custodia y dejándose ver en una casa de muros bajos y sin medidas de seguridad.
Francesca, su salvación
Francesca Tomasi, quien conoció a Hetfield cuando era asistente de vestuario de Metallica, partió con su familia a Estados Unidos en la infancia y se instaló en la localidad de Vail, en el estado de Colorado.
Allí, cursó la escuela secundaria en el colegio Overland, para luego dedicarse al diseño de vestuario. Según el portal de noticias Big Bang, así fue que comenzó a trabajar junto a quien hoy es su exmarido, en la gira Wherever I May Roam, con la cual la banda promocionó su afamado Black Álbum. El tour fue el ámbito donde comenzó a florecer el amor entre ambos, quienes iniciaron su relación en 1992 y se casaron cinco años después.
En 1998, la rosarina fue madre de la primera hija del matrimonio, Cali. Dos años después llegó Castor y en 2002 nació Marcella. Buscando una vida tranquila y rodeada de bellezas naturales, la familia decidió instalarse en Vail, la ciudad en la que Tomasi pasó su infancia y adolescencia. Castor lidera la banda Bastardane y -según ha trascendido- está harto de que lo comparen con su padre.
En Vail, James Hetfield se dedica a actividades absolutamente alejadas al estilo de vida que el heavy metal ha pretendido imponer: practica la apicultura y cuida animales de granja. Otro de sus hobbies es la caza, que ocasionalmente solía practicar en cotos de la Patagonia argentina, donde la familia de Francesca es dueña de una estancia. También es aficionado al “tuneo” de autos y motocicletas vintage.
Francesca ha sido una pieza fundamental en la vida de Hetfield. Luego de muchos años de adicción al alcohol, el frontman de Metallica decidió ingresar a rehabilitación en 2010 y, según declaró, su exesposa tuvo mucho que ver con esa decisión. En una entrevista radial, dijo que ella fue la responsable de ayudarlo a “madurar” y a lidiar con sus “problemas de ira”.
Francesca además no tuvo reparos en ponerse firme cuando la adicción de James se volvió problemática. “Me echó de la casa y eso me asustó”, reveló el músico en declaraciones recogidas por Big Bang News. Y agregó: “Me dijo: ‘Tenés que ir a algún lugar a solucionar esto’, así que lo hice”.
Hetfield valoró así aquel momento: “Perder a mi familia, eso fue lo que me dio miedo. Mi esposa me echó de la casa y estaba por mi cuenta en otro lado, no quería eso”. Y recordó su pasado, cuando su padre, también alcohólico, abandonó el hogar, su madre murió y tuvo que vivir con su hermano: “Estábamos como flotando y no quería eso. No me importó lo que pasaba, hablemos y solucionemos esta situación”.
El cantante de Metallica fue hijo de Virgil Hetfield y Cynthia Hetflied, un humilde matrimonio formado por un camionero y una excantante de ópera que crió a cuatro niños, ambos miembros de un grupo religioso de ciencia cristiana. Conforme a la doctrina de la secta a la que pertenecía su familia, el uso de medicinas para la curación de enfermedades estaba prohibido. La madre de James murió de cáncer cuando él tenía 16 años, hecho que marcó un serio conflicto entre el músico y los dogmas religiosos practicados por su familia y que, posteriormente, influyó en la letra de algunas de sus canciones.