Josef Mengele: los ocho días que el "ángel de la muerte" vivió en Uruguay

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Josef Mengele

HISTORIA

El investigador uruguayo Héctor Amuedo reconstruyó la estadía del criminal nazi cuando vino a casarse a Nueva Helvecia

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Fue durante su estancia de 21 meses en Auschwitz que se granjeó el apodo de “el ángel de la muerte”. Cuando los vagones de tren repletos de prisioneros llegaban al campo de concentración, con frecuencia el médico esperaba en el andén para seleccionar a los más aptos para el trabajo y la experimentación, así como a quienes serían enviados inmediatamente a morir en las “duchas” de gas. 

Obsesionado con la biología hereditaria, Josef Mengele se paraba con rostro altivo en una rampa frente a las filas de prisioneros e indicaba con un movimiento de su mano quién sería utilizado para un “experimento científico”, quién moría y quién vivía. A la derecha iban los ancianos, embarazadas, enfermos y discapacitados; a la izquierda, las mujeres jóvenes y los hombres que evidenciaban un buen estado de salud. Los que quedaban a la derecha marchaban sin más trámites a las cámaras de exterminio y sus cuerpos eran sepultados luego en fosas comunes.

Mengele abandonó Auschwitz de forma encubierta el 17 de enero de 1945, 10 días antes que el ejército ruso llegara a liberar a los pocos prisioneros que quedaban. Se dirigió posteriormente al campo de concentración de Gross-Rosen y en abril de 1945 huyó infiltrado entre la infantería regular alemana con una identidad falsa. Finalmente, fue capturado y permaneció como prisionero de guerra cerca de Nüremberg, hasta que fue liberado por los aliados, que desconocían su identidad. El médico logró cruzar el Atlántico en la llamada “ruta de las ratas”, que trajo a varios criminales nazis al Río de la Plata, para luego vivir y moverse cómodamente en Argentina bajo la protección del gobierno del vecino país.

Se casó en Uruguay 13 años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial con la viuda de su hermano, utilizando su verdadero nombre, sin que nadie se percatara de que se trataba del temido “ángel de la muerte”, que había asesinado años antes a miles de personas. 

Nuevos elementos

El investigador uruguayo Héctor Amuedo, quien ha participado en varios documentales de History Channel sobre la fuga de nazis hacia Sudamérica, ha logrado reconstruir los ocho días que estuvo Mengele en Uruguay y su llegada al Río de la Plata. Amuedo también formó parte del programa Día Cero de la National Geographic, realizado por la productora uruguaya Origami Estudio Audiovisual, que dirige Fernando Laureiro.

Los elementos nuevos sobre la fuga de los nazis que ha aportado el investigador surgieron de sus trabajos de campo y de documentos inéditos (que hasta ahora no ha publicado) que recibió del hijo de un exoficial alemán que vivía en Argentina. Amuedo también entrevistó a uno de los dos testigos uruguayos de aquella boda y a Ilse Bernarzky, funcionaria del Juzgado de Nueva Helvecia que labró el expediente matrimonial. Estas tres personas, claves en la historia, ya murieron.

“He podido determinar y documentar varias cosas, como por ejemplo que los documentos de la boda no habían desaparecido misteriosamente de los archivos oficiales (como afirmaban los periodistas de un diario que hicieron un informe hace muchos años) y que tanto el acta como el expediente del matrimonio se encontraban en el Registro Civil de la Intendencia de Colonia. Y estaban íntegros, es decir que no faltaba nada ni había ‘páginas arrancadas’”, relata Amuedo.

“También pude demostrar que Mengele nunca vivió en Nueva Helvecia, sino que fue confundido con un alemán residente en esa ciudad”, agrega.

En colaboración con el entonces fotógrafo de la agencia AFP Miguel Rojo, el investigador pudo determinar que Mengele y su esposa María Marta Will estuvieron viviendo ocho días en Colonia, desde que se inscribieron para casarse hasta que se concretó la boda.

“Visitaban asiduamente la finca de un constructor de edificios de Nueva Helvecia. En esa casa todavía existe, bajo un enorme árbol de laurel, el banco y la mesa de piedra donde Josef Mengele y Marta Will tomaban el té por las tardes durante aquella semana de julio de 1958. Esto surge de los testimonios del actual dueño de la propiedad y del antiguo mayordomo”, anota.

La casa se encuentra a pocos metros del Hotel del Prado, donde de acuerdo a informaciones que le proporcionó a Amuedo el empresario neohelvético Miguel Delfino, casi seguramente se hospedaron el criminal nazi y su prometida, Karl Thadeus. 

Amuedo en Nueva Helvecia
El investigador Héctor Amuedo con Ilse Bernarzky en su casa de Nueva Helvecia, funcionaria del Juzgado que labró el expediente matrimonial.
Acta de Mengele
Acta matrimonial que Mengele firmó con su verdadero nombre. Foto: H. Amuedo.

La Ruta de las Ratas

“En años recientes, recibí de parte del nieto de un excoronel nazi radicado en Argentina, documentos migratorios que estaban perdidos desde fines de la década de 1940 y que demuestran la estructura organizativa de la ruta de escape de los nazis desde Europa hacia Sudamérica, conocida como ‘ruta de las ratas’”, indicó Amuedo.

Fue en uno de esos buques, el North King, que Mengele arribó a Buenos Aires el 20 de junio de 1949 con pasaporte de la Cruz Roja número 100.501 y la identidad falsa de Helmut Gregor, “italiano” de Termeno y de profesión “mecánico”. En la vecina orilla vivió seguro durante 10 años, de 1949 a 1959. Incluso pudo moverse sin mayores problemas durante todo ese tiempo y firmar documentos -como el acta de matrimonio uruguaya- utilizando su verdadero nombre.

Entre los documentos que recibió Amuedo apareció el “Libro de Caja” que explica cómo se financió toda la operación. “En este texto contable está registrado el dinero que enviaba el gobierno del general Domingo Perón a la Sub Comisión Naval Argentina en Italia a efectos de contratar los buques que traían a los fugitivos nazis alemanes, fascistas italianos y croatas hacia Argentina. Allí se puede leer que la contratación del buque North King en el que Mengele escapó, insumió US$ 288.000 de la época, lo que llevado a valores actuales serían unos US$ 3 millones”, comenta.

En algún momento entre febrero y octubre de 1959, Mengele huyó solo desde Argentina hacia Paraguay y luego a Brasil, permaneciendo su nueva esposa María Marta Will en Buenos Aires.

El criminal de guerra nazi murió ahogado tras sufrir una falla cardíaca mientras se bañaba con el agua al pecho en la playa de la localidad brasileña de Bertioga, en 1979. Fue enterrado bajo el nombre falso de Wolfgang Gërhard y sus restos fueron exhumados después, en 1985, e identificados por una prueba forense.

Banco Mengele
Banco y mesa de piedra donde el criminal de guerra y su prometida tomaban el té por la tarde, durante los ocho días que permanecieron en Colonia. Foto: H. Amuedo.

“En 1992, la entonces novedosa técnica del test de ADN permitió determinar, mediante comparación con una muestra extraída de su único hijo Rolf, que el cadáver era, sin dudas, del famoso médico nazi. La familia jamás reclamó el cuerpo, que permaneció durante años en una bolsa de plástico en un locker del Instituto Forense de San Pablo. Actualmente, los restos óseos se encuentran en la Facultad de Medicina de la universidad de esa ciudad”, agrega el investigador.

Los testigos ocasionales de la boda de Mengele con la viuda de su hermano fueron una joven pareja que vivía en Montevideo y viajaba con frecuencia por trabajo a Colonia: Juan Carlos Germán y Lydia Florio, ambos fallecidos. En aquel entonces, era frecuente que los novios vinieran a casarse en Uruguay por la imposibilidad de poder divorciarse en Argentina. Y que llegaran solos y solicitaran la firma de ocasionales testigos. Pero nunca imaginaron aquel principiante abogado y su esposa, los problemas que esto les traería, con amenazas que incluso caerían sobre sus hijos muchos años después.

Cuando el tema del casamiento de Mengele en Uruguay salió a la luz, un medio de prensa se refirió a Germán como “el abogado del criminal nazi”, hecho que le generó todo tipo de problemas. Luego, el profesional se presentaría en un programa junto al periodista Néber Araújo para aclarar los hechos ocurridos en Nueva Helvecia aquel 25 de julio de 1958.

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