NOMBRES
El jugador número 001 de la serie era un conocido actor en Corea del Sur, pero ahora se transformó en un fenómeno global.
El juego del calamar no tiene competidores. No porque hayan muerto casi todos en la serie (todos menos dos), sino porque se transformó enla ficción más vista en toda la historia de Netflix, con más de 132 millones de espectadores. Esto ha generado controversias, debates, memes y la inesperada fama de sus protagonistas, algunos de los cuales ya eran conocidos en Corea del Sur y parte del mercado asiático. Pero el caso más notorio, dentro de esa troupe de actores a los que les cambió la vida, es el de Oh Young Soo, el jugador número 001, quien de la noche a la mañana -y a sus 77 años- se transformó en una celebridad mundial.
Su personaje, Oh Il-nam, es uno de los cientos de desahuciados por las deudas que compiten a un elevadísimo riesgo de perder la vida en un juego que tiene como único premio un pozo de 45.600 millones de wones (alrededor de US$ 38 millones), una suma más que suficiente para comenzar una nueva vida. (Sugerencia: quien no ha visto toda la serie y no quiere que le spoileen el final, pude evitar el párrafo siguiente).
Más allá de que es un personaje entrañable que inmediatamente conmueve al espectador por su avanzada edad y su supuesta demencia senil, Oh Il-nam sorprende en el último capítulo, no solamente al revelarse que no murió, como se insinuó, sino que él era realmente el financista que estaba detrás de todo ese experimento macabro.
Oh Young Soo habló poco después de que la serie explotó todos los índices de audiencia. En una entrevista en el programa How do I play? de la televisión surcoreana, el veterano actor aseguró que no posee un perfil en Instagram como sus compañeros de reparto (a los que ahora siguen millones de personas) y que pese a que se siente como si estuviera “flotando en el aire”, está siendo muy cauteloso para administrar su inesperada fama.
Según datos de la consultora Parrot Analytics (que mide la popularidad de los programas en función de diversos factores como las búsquedas en Internet o las descargas ilegales), difundidos recientemente por El País de Madrid, El juego del calamar es la serie con mayor demanda del mundo y despertó un interés 79 veces mayor que un programa medio.
Enseñanzas y sensaciones
El juego del calamar provoca sensaciones encontradas, en algunos casos hasta desagradables por el nivel de violencia. Por eso, hay quienes rechazan de plano ver la serie. O que la abandonan no bien fisgonean el primer capítulo. Pero también es cierto que el guión contiene mensajes, implícitos y explícitos, sobre lo más elevado y lo más bajo de la condición humana.
Pese a su tremenda exposición pública, Oh Young Soo ha rechazado todas las ofertas para protagonizar anuncios publicitarios, que le han llovido tanto a él como a sus compañeros de reparto. Dice que a su edad no tiene “grandes ambiciones” y que quiere dejar las cosas “exactamente como están”.
“En pocas palabras, digamos que vas a una montaña y ves una flor. Cuando somos jóvenes, cortamos la flor y la tomamos para nosotros. Pero cuando llegás a mi edad, la dejás ahí exactamente como está”, declaró el actor.
Además de hablar sobre su experiencia personal, Oh Young Soo se animó a compartir su opinión sobre cómo cree que debe vivirse la vida, mostrando una filosofía similar a la de su personaje en la serie: “Nuestra sociedad a menudo solo reconoce el primer puesto, como si todos los demás no importaran, como si solo existiera el primero y el segundo no tuviera sentido. Pero a pesar de que el segundo lugar perdió frente al primero, el segundo también superó al tercero. Todos son en realidad un ganador. Es por eso que creo que un verdadero vencedor es alguien que trabaja duro en las cosas que quiere hacer e intenta alcanzar un cierto estado en su interior. Siento que ese tipo de persona es un ganador”.
Aunque el actor había participado en varias series y películas, ha dicho que no tiene representante, por lo que le resulta difícil “manejar el volumen de llamadas y mensajes” que está recibiendo, tarea para la que cuenta con la ayuda de su hija.
Guiños en el guión
(Esta parte de la nota también puede ser evitada por quien no quiere que le spoileen el final).
Con todas las cartas de El juego del calamar a la vista, hay quienes hallaron guiños que confirmarían que Oh Il-nam no era un jugador más. Por ejemplo: en el quinto episodio, mientras un detective busca pistas sobre el paradero de su hermano, encuentra los archivos de todos los jugadores. Y muestra que en la carpeta no aparece el participante número 001 y se salta directo al 002. Otro guiño: en el primer juego (Luz roja / luz verde), la muñeca-robot que detecta el movimiento de los participantes no llega a escanear al anciano. Y uno más: durante la brutal pelea de la noche en el salón-dormitorio, Oh Il-nam desaparece y solo se vuelve a saber de él cuando se encienden las luces.
Como dato anecdótico, en algunos países se popularizaron memes con la imagen de Oh Young Soo encarnando al jugador 001, en los que se señalaba que se trataba de un anciano perdido, que estaba en tal o cual estación de trenes y que parecía desorientado. No fueron pocos los que cayeron en la broma.
Llámese costos, llámese el gusto del público por lo diferente: es de esperar que nuevas series de países por fuera del circuito cinematográfico tradicional lleguen a las plataformas de streaming próximamente. Una de ellas podría ser la segunda parte de El juego del calamar, la cual no ha sido hasta ahora confirmada.
Nuevas y variadas locaciones
Una década después de que Netflix lanzara su servicio en 43 países, entre el 56% y el 65% de sus ingresos provienen de mercados externos a EE.UU. Pero además, su programación en otros idiomas que no son el inglés aumentó 71% desde 2019. El gigante del streaming apunta ahora a producir en países como Corea del Sur, Turquía, Canadá y Colombia.