EL PERSONAJE
La actriz argentina editó un disco junto al uruguayo Diego Presa y lo viene a presentar a Montevideo el próximo 18 de mayo. Acá, habla de su carrera y su nueva faceta musical.
La cara de Julieta Díaz es, como se titulaba un disco en vivo de Oasis, “familiar para millones”. La actriz estuvo en varias de las telenovelas argentinas que marcaron los años en los que la década de 1990 mutaba hacia el nuevo siglo: entre otras, Díaz fue parte del elenco de “tiras” como Carola Casini (1996), Gasoleros (1998), Campeones de la vida (1999), 099 Central (2002) y Soy gitano (2003). Ya bien entrado el nuevo siglo, hizo entre otras Cuando me sonreís (2011) y Graduados (2012). En otras palabras, una actriz con trayectoria televisiva para tirar para arriba.
Y no es que haya dejado de hacer telenovelas. Luego de Graduados (que muchos de este lado del río recordarán porque esa novela fue protagonizada por el actor uruguayo Daniel Hendler), hizo Sres. Papis, Franny, La Fan y Pequeñas Victorias (papel que le valió una nominación para los premios Martín Fierro, que se entregan el próximo 15 de mayo).
Es que hoy los consumos televisivos son distintos a hace dos décadas y aquellas superproducciones que eran vistas por muchísima gente son hoy parte de una grilla mucho más segmentada. Es otro tipo de éxito el que tienen hoy.
Ella, obviamente, no se imaginaba que iba a llegar a ser una estrella televisiva cuando arrancó a actuar. Pero tampoco es que se propusiera ser una actriz todoterreno, como lo es hoy, en la que puede aparecer en una película, una telenovela o una serie de Netflix (está en Casi feliz, protagonizada por Sebastián Wainraich, con quien ella compartió elenco en la película No soy tu mami).
“No, yo no pensaba así. Se fue dando, porque por suerte tuve siempre opciones para poder elegir. Cuando me empezaron a llegar propuestas, me daba cuenta que muchas veces elegía algo nuevo, que no había hecho antes. No me divertía hacer siempre lo mismo: siempre tele, o teatro, o cine, siempre comedia o drama... Me aparecían diferentes opciones y por fortuna iba eligiendo las que me gustaban. Eso terminó armando un abanico de cosas muy diferentes entre sí”.
Sus créditos profesionales no la dejan mentir. Ha hecho de todo, inclusive interpretar personajes históricos como Eva Perón (en la película Juan y Eva (2011), o la exesposa de Diego Maradona Claudia Villafañe en la película La mano de Dios (2011).
¿Cómo es intepretar personajes tan, para usar una palabra que está de moda, icónicos? ¿Personajes sobre los que mucha gente tiene una opinión, muchas veces muy arraigada? Según Díaz, una de las claves es no perder de vista que también esos personajes fueron o son personas. “En Juan y Eva, yo hago la parte de María Eva Duarte, antes que se convirtiera en Eva Perón. Y ella se pintaba una raya negra en la parte de atrás de las medias con un lápiz de maquillaje, porque no tenía dinero para comprar medias”. Otra clave, para ella, es no imitar. Dice que, por supuesto, busca similitudes, pero que le gusta más acercarse al personaje y recordar, de nuevo, que esa persona fue justamente una persona antes de un mito.
Por si fuera poco, fue además protagonista de un musical, Los locos Addams, donde hace el papel de Morticia. También ella, de adolescente, veía al musical como un género medio cursi, pero ya madura tiene una mirada completamente distinta sobre ese género y señala, por ejemplo, el musical sobre la vida de Édith Piaf en el que Elena Roger encarna a la famosa cantante francesa. “Se te caen las medias”, es la frase para calificar esa obra.
En estos días, Díaz está por estrenar una obra de teatro junto a, entre otros, Gloria Carrá y Paola Krum, Las irresponsables. La obra está escrita y dirigida por el argentino Javier Daulte, de quien Díaz solo tiene palabras elogiosas. Se nota, además, que cuando habla de teatro habla de algo que la apasiona. Sin embargo, por más que tenga muchas obras encima, y que le guste tanto, no se imagina dirigiendo una puesta en escena teatral. No le interesa: “Yo capaz que puedo dar clases o un seminario, pero no sé si me siento capacitada para dirigir. Porque dirigir una obra no es solo dirigir a los actores. Es tener una idea sobre un texto escrito y querer contarlo desde un punto de vista. Y a mí no se me ocurre eso. A mí se me ocurre aportar desde las voces de los personajes, de ser un color en una historia. Tomar ese rol y contar una historia junto a otros”.
Donde sí se siente más “dueña” es en donde está parte de la razón de la charla: su nueva faceta como cantante junto al cantante y compositor uruguayo Diego Presa (quien además de solista es parte de Buceo Invisible y fue integrante del trío El Astillero, junto a Gonzalo Deniz y Garo Arakelian). Ahí, agrega, es donde ella aporta algo más concreto y personal, un punto de vista, una perspectiva propia. “Ahí estoy cantando canciones que escribimos juntos. Algunas son de él, y otras son mis letras. La música y la producción es toda de él. Es un viaje muy especial cantar lo que uno escribió, no era una experiencia que tuviera. Yo hace 25 años que interpreto textos de otros, en teatro, televisión y cine. Yo los hago propios, pero no son míos”.
—¿Hay diferencias muy grandes entre cantar y actuar?
—No lo siento así. Para mí son familiares de sangre directos. Para mí, como intérprete, los siento muy cerca.
—Pero cuando cantás una letra que escribiste, ¿no sentís que aunque la hayas escrito vos de todas maneras estás interpretando a un personaje, el personaje de esa letra?
—Es complejo responder esa pregunta. La actuación sale de la empatía, de la identificación. Sale de decir: “Si yo fuera ese personaje, ¿qué haría?” Y como las realidades humanas son bastante parecidas, siempre hay un punto de encuentro con los demás. Algo hay en eso que decís. Hay algo de un personaje ahí, o sea que cuando canto, un poco soy yo y otro poco un personaje al mismo tiempo. Para mí, la diferencia es que cuando canto, estoy más desnuda. Porque la experiencia que tengo es que cuando canto, lo hago desde mi lugar, no desde un personaje. Soy yo.
Peronista desde la cuna
En su cuenta de Instagram (casi medio millón de seguidores), Julieta Díaz comparte posteos personales con otros que dan cuenta de sus posturas políticas y sociales. “Soy peronista desde la cuna”, comenta y cualquiera que siga la política argentina recordará el cántico “Ya de bebé, en mi casa había una foto de Perón en la cocina. Y ahora de grande, unidos y organizados junto a Néstor y Cristina”. Díaz dice que también apoyó a los gobiernos de “Néstor y Cristina”. Hasta ahora, sus opiniones no le han generado problemas, al menos que ella sepa, más que alguna discusión con algunos colegas. Como ella dice, no todos los artistas tienen la misma manera de pensar, más allá de que entre los artistas ella estima que la gran mayoría son del bando “Nacional y Popular”. Pero aunque no reniega ni de sus orígenes ni de sus convicciones, también dice que la política partidaria no es, actualmente, lo más importante para ella. “Últimamente me siento más apartidaria que nunca, porque estoy como atravesada por el tema de la ecología y la ecología es transversal: a todos los partidos le chupa un huevo. Y no solo eso, sino que cuanto más puedan saquear a la tierra, mejor”, sostiene.
El disco en el cual ella despliega sus alas como cantante es el EP El revés de la sombra, seis canciones que vieron la luz el año pasado, hecho a distancia por razones de la pandemia y que ya fue presentado en vivo en Buenos Aires y ahora sus protagonistas harán lo propio en Montevideo, el próximo 18 de mayo en La Trastienda.
Díaz cuenta que fue “muy hermoso” presentar las canciones en vivo en su ciudad, y tiene altas expectativas para lo que será el concierto en Montevideo, en parte porque tendrá a disposición de su voz una banda entera, con bajo, guitarra, batería y teclados. “Un lujazo”, dice. Y con las expectativas vienen los nervios. En parte, cuenta, siente los mismos nervios que cuando empezó a actuar, y que le encanta haberse puesto en ese lugar.
Y aunque algunos pueden haber desestimado la unión entre Díaz y Diego Presa como un “novelty act” (o sea, un proyecto que no iba a ir más allá que el puñado de canciones que se plasmaron en El revés de la sombra), ellos ya tienen metas más grandes en mente. “Estamos preparando nuestro primer álbum, porque tenemos muchas canciones más”, adelanta la actriz y calcula que dicho trabajo puede publicarse a fines de este año. Uno de los desafíos será concretarlo a dos orillas, porque hay que decidir lo más básico, como el lugar dónde ella grabará su voz, si en Buenos Aires o Montevideo (todo lo demás será grabado en Montevideo).
Pero eso será parte de las ocupaciones del futuro. Por el momento, ella y su socio montevideano disfrutan de este momento en donde la creatividad y sus frutos fluyen como las aguas que separan a ambas ciudades.
Sus cosas
Cuando le preguntan por un balneario preferido, Díaz no entiende de primera. No parece ser una de las tantas asiduas veraneantes argentinas a las costas uruguayas. Pero no tarda demasiado en nombrar a Oceanía del Polonio como el preferido. “Es un lugar muy especial”, dice, y agrega que su novio es de ahí.
“El año pasado fui a Uruguay y fui al Teatro Solís, que no lo conocía. Fue una emoción conocer ese teatro y ahí vi Nociones básicas para la construcción de puentes, sobre la obra de Mario Benedetti, y me encantó”, cuenta Díaz sobre la puesta en escena de la Comedia Nacional de la obra de Jimena Márquez.
“Tiene dos cosas hermosas, que son una gran interpretación, una gran sensibilidad, y además tiene una voz única, cristalina, preciosa y tiene una verdad, una impronta, para cantar”, dice la actriz sobre la cantante de importante trayectoria musical.