Por: Andrés López Reilly

La mayoría de los instrumentos musicales necesitan de las dos manos para tocarlos y que el ejecutante deba aprender a hacer cosas independientes con ambas extremidades. Incluso en los que los mecanismos se accionan con una sola mano, como las trompetas, se aplica el mismo principio. Y ni que hablar de la batería, donde además de las dos manos, se utilizan los dos pies.

El caso de Rick Allen (59), baterista de la banda británica Def Leppard, es único en el mundo; sobre todo en el mundo del hard rock, donde la puesta en escena es mucho más corporal si se la compara con otros estilos musicales. El 31 de diciembre de 1984, mientras Allen conducía hacia la casa de sus padres cerca de la ciudad de Sheffield, en Inglaterra, su Corvette se salió de la ruta, saltó sobre un muro de piedras y cayó en un campo cercano, provocando que saliera despedido y perdiera su brazo izquierdo.

Lo que iba a ser una fiesta de fin de año con su familia y su novia -que viajaba con él en el vehículo-, terminó en una noche negra: los médicos le reimplantaron inicialmente el miembro extirpado, pero una grave infección los obligó a dar marcha atrás. El músico tenía entonces 21 años.

En una entrevista concedida hace dos años a la revista especializada Modern Drummer, Allen narró lo que vivió luego del accidente y cómo consiguió reunir fuerzas para volver a la música. “Recuerdo llegar al hospital y darme cuenta de lo que me había pasado. Honestamente, quería desaparecer. No quería hacer esto durante más tiempo”, dijo. Y agregó: “Después me llegaron mensajes de ánimo de todas partes: mi familia, los chicos de la banda y de personas de todo el globo. No sé qué pasó, pero descubrí el poder del espíritu humano y simplemente dije: ‘¿Sabes qué? Puedo lograrlo’. Fue algo colectivo, en realidad. Fue toda esa energía que me transmitieron que se acabó manifestando en ganas de salir triunfante de la situación. Eso fue exactamente lo que pasó”.

Desde entonces, la suya ha sido una historia de superación e inspiración. Y nada mal le ha ido: Def Leppard lleva vendidos más de 100 millones de álbumes en todo el mundo. Y dos de sus producciones (Pyromania e Hysteria) alcanzaron la certificación de Diamante de la Recording Industry Association of America. La RIAA solamente otorga estas legitimaciones a las composiciones que han obtenido el premio Platino diez veces. Un total de 80 canciones en la historia han sido certificadas y existen únicamente 16 artistas con varios sencillos en la lista.

NACIDO PARA TOCAR. Allen comenzó a tocar batería a los 5 años como muchos niños soñadores de todas las épocas: con los utensilios de cocina de su madre, usando una pandereta como único instrumento auténtico. Seguramente el ruido que hacía en aquella casa era infernal, pero a los diez años logró persuadir a sus padres para que le compraran una batería de verdad, acordando tomar clases y pagar la mitad de lo que costaba el instrumento. Después de seis meses de estudio, comenzó a tocar con su primera banda, Smokey Blue. Luego lo hizo con otros grupos juveniles como Rampant y Johnny Kalendar Band.

Cuando tenía 15 y ya se había aburrido un poco del instrumento, pasó algo que le cambió la vida: su madre respondió por él a un anuncio de una banda llamada Def Leppard que buscaba un baterista para reemplazar a Frank Noon. El encabezado del anuncio decía Leppard loses skin (El Leopardo pierde la piel). Allen ingresó en la banda el 28 de noviembre de 1978 y hasta hoy continúa en ella como uno de sus miembros más veteranos.

En 1979 abandonó el liceo y otros integrantes de la banda que eran mayores dejaron sus trabajos para dedicarse por completo a la carrera musical. En septiembre del mismo año, abrieron un show para Sammy Hagar (ex Van Halen) en el London’s Hammersmith Odeon y en octubre y noviembre tocaron como teloneros de los australianos AC/DC. La máquina estaba en marcha y ya nadie podría ponerle freno. Los discos de Def Leppard se comenzaron a vender como pan caliente: en 1980 la banda lanzó su álbum debut On Through the Night, al que le siguieron High ‘n’ Dry en 1981 (para el que contaron con la colaboración del productor de AC/DC Robert John “Mutt” Lange) y Pyromania en 1983. Este último los colocó en la constelación de estrellas del rock.

VOLVER A EMPEZAR. En la entrevista con Modern Drummer, Allen destacó lo importante que fue el apoyo que le dieron los miembros de Def Leppard tras el accidente, quienes, hay que decirlo, perfectamente podrían haber cambiado de baterista.

Sus compañeros le consiguieron un remplazo temporario y aguardaron casi un año a que se recuperara. “Me dejaron la decisión a mí, podía seguir o dejarlo. Además, me dieron tiempo para crecer y desarrollar, en realidad, un estilo totalmente nuevo a la hora de tocar. Eso es todo lo que necesitaba, solo me hacía falta tiempo. Necesitaba esperar un poco mientras volvía a agarrar confianza y darme cuenta de que podía volver. Nadie me dijo: ‘Oye, tienes que tomar ya tu decisión’. Creo que eso fue lo más importante, me dieron tiempo para encontrarme a mí mismo”.

El vocalista de Def Leppard, Joe Elliot, confesó años después que los miembros de la banda dudaron de que pudiera volver a sentarse frente a los parches, aunque nunca pensaron en abandonarlo. “No podíamos poner un anuncio de ‘buscamos baterista’, no es la manera británica de hacer las cosas”, declaró en una entrevista.

Uno de los que más lo apoyó fue el guitarrista Phil Collen. Dicen que fue la persona que le transmitió mayor ánimo y que pasó más tiempo a su lado en el hospital durante la internación. Sus visitas se volvieron fundamentales, al igual que el apoyo de la familia y de los fans. También el otro guitarrista del grupo, Steve Clark (fallecido en 1991 por su adicción al alcohol), le mostró un apoyo decidido.

En 2006, Allen visitó el Walter Reed Army Medical Center, una instalación para veteranos de guerra que sufren estrés postraumático. Y a partir de esa experiencia comenzó a dedicar parte de su tiempo a ayudar a estas personas, que en muchos casos sufrieron amputaciones similares a la suya.

UN INSTRUMENTO NUEVO. ¿Cómo hizo Rick Allen para volver a tocar con un solo brazo? Pues con una nueva batería, en buena medida ideada por él mismo. Este instrumento lo desarrolló junto al exbaterista de Status Quo, Jeff Rich. Ambos trabajaron con el fabricante de baterías electrónicas Simmons para crear una edición especial que se adaptara a su discapacidad.

Allen tuvo que aprender a usar pedales para conseguir lo que hacía con su mano. Incluso ha incluido algunos trucos técnicos que hacen que no se note ninguna diferencia entre los samplers que se cargaron a esa batería y lo que toca en vivo. El instrumento cuenta con los principales tambores a su derecha, para poder utilizar todo lo que pueda con ese brazo, mientras que con el pie izquierdo acciona el redoblante y los toms.

Lo que no sabe mucha gente es que el baterista de Def Leppard estuvo a punto de perder su otro brazo en aquel aciago fin de año de 1984, aunque por fortuna, eso no ocurrió. Así lo contó una vez en una entrevista: “También rompí mi brazo derecho. Y durante el proceso de recuperación en el hospital, me dijeron que había una posibilidad de que me lo amputaran. Cuando pude superar ese horrible periodo y terminar con la infección, puedes imaginarte lo agradecido que estaba”.