CUMPLEAÑOS
El publicista Aldo Alfaro festejó su 50º aniversario como nunca se ha visto. Hubo 200 personas en la organización y 300 invitados
Un año de producción, 200 personas involucradas en la organización y 300 invitados que se hospedaron en 160 habitaciones del Radisson Victoria Plaza Hotel y coparon la chacra La Redención. Un festejo de 36 horas sin pausas para celebrar el 50° aniversario del creador y director de Media Office, el publicista Aldo Alfaro. Entre los invitados (50 de los cuales llegaron desde siete países) había conocidos empresarios y figuras de los medios. Lo que ocurrió a lo largo de ese cumpleaños que duró un día y medio, te lo cuenta Revista Domingo, que estuvo presente en todas las instancias.
“La idea era reunir a todos mis amigos y familia en una celebración a la vida, festejando el hecho de poder estar juntos luego de un periodo muy duro de pandemia. Quería hacer un cumpleaños totalmente diferente a lo habitual en Uruguay, llevando a los invitados a una experiencia única, divertida, que los sorprendiera a cada minuto”, dice el publicista a Domingo sobre el festejo que tuvo lugar el primer fin de semana de este mes. Y agrega: “Quise quitar los ‘no se puede’ y mostrar que con creatividad se puede hacer todo”.
"Invitadores" de lujo
Los asistentes recibieron la invitación con mucha antelación: el 1º de enero de este año, con un video en el que Ludovica Squirru pronosticaba que lo mejor que pasaría en 2022 sería “el cumple de Aldo”. En los meses siguientes, los amigos del cumpleañero fueron recibiendo otros whatsapp con información básica (lugar del evento, horarios, inclusión de la habitación de hotel con early check in y late check out, el código de vestimenta sugerido, requerimientos especiales de gastronomía, etc.). Pero nadie sabía qué iba a suceder realmente.
Estos detalles fueron transmitidos en videos por Aldo Silva, Orlando Petinatti y El Tío Aldo, quienes no fueron los únicos famosos involucrados: entre los invitados había empresarios y caras conocidas de la publicidad y los medios como Claudio Invernizzi, Iñaki Abadie, Jorge Piñeyrúa, Facundo Ponce de León, Hugo Soca, Fernando Picón y Aldo Lema.
En el corazón de la Ciudad Vieja
Al llegar al Radisson los invitados se encontraron con la cuadra reservada y las camionetas de la papelería Aldo estacionadas en la puerta. Todo el vidriado del frente del hotel tenía la gráfica de la película ¿Qué pasó ayer? y las cuatro columnas de la calle estaban decoradas con globos y ploteadas con la cara de Aldo Alfaro y el logo de la fiesta. En los vidrios de la recepción, algunas frases impresas fueron la antesala de lo que vendría (diversión y muchas sorpresas): “¿Trajiste tu sunga?”, “¿De dónde conocés a Aldito?”, “Preparate para el finde más divertido”. Ya desde el hall se comenzaba a desplegar una galería de personajes: un pianista tocando el “Cumpleaños feliz”, guardias de seguridad y actores con remeras alusivas y portando máscaras del cumpleañero. El Tío Aldo (un bon vivant de la noche con vicios varios como la bebida, el ocio, los juegos de azar, las carreras de caballos y el amor pago), les daba la bienvenida a todos. Y en los ascensores se cruzaban otros personajes extraños: un fisicoculturista, una monja sexy, un chantapufi...
Los invitados recibieron una llave personalizada para ingresar a las habitaciones. Allí los esperaba un ejemplar de Búsqueda con la noticia del cumpleaños en portada, una carta de bienvenida, una remera y un boarding pass para iniciar un viaje inolvidable. Un personaje encubierto que apareció en la TV invitó a sacarse las máscaras (él mismo lo hizo revelando que se trataba del anfitrión), estimulando a vivir el festejo a pleno, sin inhibiciones.
Entre las 12 y las 13 horas la ambientación del hotel cambió al estilo baby shower. El cumpleañero recibió saludos y regalos e invitó a un cóctel de bienvenida, sin alcohol. La fiesta era larga. Y las bebidas espirituosas llegarían más tarde.
Tour y almuerzo
Sobre el mediodía el Tío Aldo dio el aviso para encontrarse en la vereda del Radisson y salir rumbo a un destino desconocido, en una caravana encabezada por un ómnibus de dos pisos. En el viaje subieron más personajes singulares: un vendedor ambulante, un inspector, una candidata a intendenta… Los ómnibus decían “A Baires” (no por la capital porteña sino por el boliche para adultos), “A la Mansión Playboy” y “A Séptimo Cielo”, pero el destino resultó ser la chacra La Redención, donde fue necesario elevar los cables de luz para que el double decker pudiera ingresar.
Los invitados fueron recibidos por el grupo Bloco Inchalá con su tradicional ritmo bahiano, que dejó luego la ambientación musical en manos del DJ Nico Monay. Y se encontraron con un plato insólito: el arribo del cumpleañero (alérgico como pocos al carnaval) cantando al frente de una murga. Luego, todos se sumaron entonando la canción “José Sabía”, de La Vela Puerca, cuya letra fue entregada al llegar. Paola Dalto se encargó del momento bailable, pero había que dejar suela para lo que vendría después. Los festejos de la noche ya comenzaban a olerse.
Prepararse para la noche
Luego de una merienda que se sirvió en el hotel sobre las 18:30, ellos y (sobre todo) ellas tuvieron dos horas para ponerse sus mejores galas y coincidir en una suerte de aeropuerto recreado en un sector del Radisson. Puestos de control para presentar los boarding pass y carteles de “Welcome to Las Vegas” anunciaban el inicio del viaje más largo y emocionante, mientras se habilitaba una barra de tragos y los invitados se tomaban fotos frente a un cartel de marcas con “mala prensa” como Tinder o Pornhub. Azafatas, un piloto que hablaba en inglés, un “vendedor de estupefacientes” y el mismísimo Elvis recibían a los invitados, que incluso podían ser “casados” por el rey del rock and roll en una capilla al estilo Las Vegas.
Sobre las 20:30 fue el momento de ingresar al ballroom. Dos hostess y dos drag queen acompañaron a los invitados hasta las mesas en una semi oscuridad, para descubrir una puesta en escena con ruletas, black jack y otros juegos de casino. Otros pintorescos personajes continuaban apareciendo: el Papa para bendecir la fiesta, una embarazada reclamándole a su marido que se hiciera cargo de la pensión alimenticia de su hijo y un delivery que llegó para entregar un pedido del que nadie se quería hacer cargo (un maniquí de mujer vestido solo con ropa interior).
La sorpresa dio lugar a la risa con el stand up de Jero Freixas, el influencer argentino que es seguido por Messi. Y a la emoción con la proyección de un corto biográfico del cumpleañero con un formato “Deporte en el recuerdo”, grabado por el argentino Pablo Granados.
El tenor Diego Coronel (ganador del Got Talent 2020) cantó el Happy Birthday, hubo un brindis desde el escenario, se tomó una foto grupal, se bailó y se cortaron las tortas. También hubo tortas fritas, pero con topping. La banda El Gran Domingazo y Aldo Martínez presentaron un repertorio de cumbia, plena y rock.
El baile se extendió hasta altas horas de la madrugada con un after que tuvo lugar en el piso 6 (sobre todo para los jóvenes) y a la mañana siguiente se sirvió un desayuno en el restorán Arcadia. Allí, los invitados mostraron su sorpresa por haber recibido en sus habitaciones, muy temprano en la mañana, un diario impreso de ocho páginas con crónicas y fotografías de todo lo que había ocurrido la noche anterior.
Los que quisieron quedarse después, pudieron utilizar el SPA y la piscina del hotel hasta las 18 horas, aunque para ese entonces el cumpleañero ya no estaba. Se había ido al Parque Central a ver el clásico, que le dio otra alegría con el triunfo de Nacional y un gol de su ídolo Luis Suárez.
Regalos insólitos y curiosos
Aldo Alfaro incluyó en su fiesta todas sus pasiones y hobbies: la música electrónica, la publicidad, los Legos y el fútbol. En la mesa de postres, por ejemplo, había una torta que recreaba el Parque Central hasta en sus más mínimos detalles.
Entre los regalos que recibió destacaron 15 juegos diferentes de Lego (entre ellos el Estadio Bernabeu de 5.000 piezas con torres de iluminación reales, y el Titanic -el Lego con más piezas que existe a la venta-).
También un muñeco de Lego gigante personalizado, con las camisetas del Real Madrid y de la Roma (los dos equipos extranjeros de los que es fanático).
También una Campana de Oro (máximo premio publicitario) por “el mejor cumpleaños de 50”; un puzzle de miles de piezas con una foto suya en la final de la última Champions en París; camisetas de Nacional y Uruguay firmadas por Luis Suárez; un futbolito con la recreación de la final Intercontinental del 88 entre Nacional y el PSV; saltos en paracaídas, viajes panorámicos en avión, experiencias extremas de todo tipo; estadías en estancias y posadas; ropa, lapiceras, gemelos y cuadros personalizados y varias caricaturas y muñecos suyos (que incluían hasta sus tatuajes).