LA LEY DE LAS BALAS

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THE NEW YORK TIMES | GAZA

Casi aislados del resto del mundo, los habitantes de esta franja de tierra junto al Mar Mediterráneo, castigada por la violencia, comparan el lugar con una gigantesca y deteriorada cárcel, dominada por los reclusos.

El panorama está pautado por la debilitada economía, las calles pobladas de hombres con armas de fuego y una situación de caos en los mercados y en el tránsito durante el día, en tanto lo único que se ve por las noches son ocasionales patrullas policiales y grupos de jóvenes ociosos. La Autoridad Palestina, encargada de gobernar el territorio y Cisjordania, mantiene sólo tenue control.

"La Intifada terminó, pero la energía violenta continúa", indicó Eyad Sarraj, siquiatra y militante en defensa de los derechos humanos.

Mientras el mundo sigue atentamente los acontecimientos derivados de la enfermedad de Ariel Sharon y se pregunta quién gobernará a Israel en el futuro cercano, los habitantes de Gaza están mucho más preocupados por la falta de imperio de la ley y la tensión entre los grupos armados, desde que Israel se retiró de ese territorio.

"Un día, estos hombres se despertaron y no tenían a qué dispararle los cohetes, a la vez que tampoco tenían alimentos en la cocina. Por tanto, se volvieron contra la Autoridad Palestina", dijo Khalid Abu Hilal, conocido como Abu Adham, vocero de diez ramas de las Brigadas de Mártires de Al Aqsa, un ala armada del grupo político Fatah. "Nos encaminamos hacia la guerra civil".

Esa posibilidad ha suscitado gran interrogante, sobre todo el proceso de paz, como ocurre con las políticas que aplicará Israel en la era posterior a Sharon. Un avance hacia la paz depende de contar con un interlocutor palestino fuerte.

Pero, la franja de 42 kilómetros, con caminos destrozados, polvorientos cultivos de naranjas y deteriorados edificios cubiertos por grafitis definen el panorama de la Franja de Gaza, que es el hogar de 1.4 millones de palestinos. Cada día la situación se hace más caótica.

FRUSTRACION. Parte del problema deriva de la incapacidad de Fatah para controlar a los grupos armados que en otros tiempos trabajaban para ella.

Es el caso de Alla Al Hams, un desconforme hombre de 32 años, de corta barba y pobladas cejas. Al igual que decenas de miles de otros pobladores de la Franja de Gaza, Al Hams pasó los últimos cinco años peleando contra Israel y tuvo bajo su mando a 200 combatientes que llevaron a cabo ataques con morteros y cohetes contra las fuerzas israelíes y los fortificados asentamientos, a los cuales los soldados de Israel daban protección. Comentó que perdió a 20 hombres, cuatro de ellos en misiones como bombarderos suicidas.

Desde que Israel abandonó los asentamientos y retiró a sus soldados, en setiembre del año pasado, Al Hams y sus seguidores están ociosos. Perdieron el apoyo financiero que recibieron como opositores a la ocupación y tienen creciente sentimiento de frustración por la falta de recompensa por lo que consideran fueron años de sacrificio.

"La ocupación terminó y tenemos el derecho a ser compensados por los últimos cinco años", sostuvo, rodeado por hombres con armas de fuego en la sala de la casa de cuatro plantas, propiedad de su suegro, en la ciudad de Rafah. "Lo mínimo que esperábamos después de la retirada israelí era un empleo".

Alrededor de dos tercios de la fuerza laboral del territorio carece de empleo, en tanto los entretenimientos son escasos. Por tanto, la política es lo único que les queda.

Al Hams fue secuestrado hace dos semanas, mientras caminaba a solas, en la noche, en las cercanías de su hogar. Fue llevado a la oficina del servicio de inteligencia de la Autoridad Palestina, en Ciudad de Gaza, donde lo acusaron de haber secuestrado a tres ciudadanos británicos, en diciembre.

Pistoleros se llevaron a los británicos por auto poco después que entraron a Gaza procedentes de Egipto, a través del cruce fronterizo de Rafah. Al igual que ocurrió con otros dos secuestros ocurridos en diciembre, aparentemente tuvieron por finalidad presionar a la Autoridad Palestina para que proveyera de empleos a los antiguos combatientes contra la ocupación. Los rehenes fueron liberados pocos días después.

RECLAMO. La detención de Al Hams desató una serie de enfrentamientos entre los hombres de su grupo y la Autoridad Palestina. Sus seguidores, que hacen ostentación de las armas de fuego, cerraron oficinas públicas en Rafah y de manera temporaria bloquearon el cruce a Egipto. Después, utilizando maquinaria pesada, derribaron el muro de cemento que marca la frontera, lo que derivó en tiroteos con los guardias fronterizos egipcios. Dos de los guardias fueron abatidos.

La Autoridad Palestina dejó en libertad a Al Hams, debido al malestar que existía entre la población, aunque muchas personas afirman que él fue responsable de los secuestros. Al Hams lo niega, pero admitió que las acciones de los integrantes de su grupo lograron que fuera liberado. Todavía argumenta que la Autoridad Palestina debió darles empleos a todos.

"Durante la Intifada, si un combatiente era abatido, su familia era adoptada por alguno de los grupos o la Autoridad Palestina les brindaba apoyo. Pero, ahora, morirán de hambre", indicó. "Estoy dispuesto a hacer lo que sea para asegurar una buena vida a mi familia".

Un elemento todavía más volátil en la deteriorada situación de seguridad es la creciente desesperación que muestran Fatah y sus seguidores, ante el desafío político que plantea el grupo radical islamista, Hamas. Fatah, que es el grupo principal del gobierno palestino, se encuentra en situación de desorden, consumido por la lucha interna y la corrupción, mientras Hamas aparece en camino a conquistar una parte significativa del poder político en las elecciones legislativas previstas para este mes. Sin embargo, pocas personas creen que Fatah entregará el control del gobierno con facilidad, en caso de que pierda.

"No están preparados para dejar los cargos y las ventajas que tienen con los proyectos que ellos mismos crearon", dijo Hilal, el vocero de las Brigadas de Mártires de Al Aqsa. "Es por ello que Fatah no está interesado en que las elecciones se realicen ahora, ni aceptará los resultados de las mismas".

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