La obra teatral que lleva la salud mental al escenario y a la que se incorporó reconocida actriz y conductora

"Las mariposas solo viven un día, un efecto lineal" continúa la historia de "Crisálida, un efecto mariposa", de la directora Fabiana Charlo. Tendrá funciones todos los viernes hasta el 16 de noviembre en el Teatro Alianza.

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Las mariposas solo viven un día
Obra "Las mariposas solo viven un día" de Fabiana Charlo.
Foto: Difusión

En el centro de la Sala Hugo Balzo, Sara de los Santos grita, vibra, se enfurece, habla fuerte, luego suave, conmueve y provoca en el espectador un mix de emociones que van de la angustia a la risa. Junto a ella están las actrices Adriana Do Reis, Giuliana Delfino, Sara Bessio y Alejandra Aceredo. Todas son Crisálida, una mujer que a través de sus recuerdos establece un diálogo con sus otras “yo” para hablar del concepto de belleza que impera en la sociedad y cómo impacta la visión del otro sobre uno mismo en la era de las redes sociales.

Esta obra teatral, Crisálida, un efecto mariposa, giró durante todo el 2022, finalizó su ciclo en mayo de este 2024 y le dio a la directora Fabiana Charlo el premio Florencio a la revelación por Dirección y Dramaturgia.

Ahora, Las mariposas solo viven un día, un efecto lineal continúa con esta historia, mantiene el elenco, pero le da otros contornos y plantea nuevas inquietudes. “En esta pieza existe la necesidad de continuar con el proceso que se inicia sobre el final de Crisálida y algunos de los disparadores son una batería de preguntas: ¿Qué pasa después de aceptarnos? ¿Realmente somos capaces de sostener que somos como somos? ¿Qué pasa con nuestro entorno cuando nos ve diferentes? ¿Los cánones de belleza, de comportamiento, de coexistencia, aceptan nuestro cambio? ¿Convivir con la contradicción es viable? ¿A qué nos referimos cuando decimos que necesitamos sanar? A partir de estas interrogantes, surge la curiosidad por profundizar sobre varios puntos que quedaron abiertos en la primera pieza y con este nuevo texto nos proponemos llegar al hueso de cada uno de ellos”, cuenta Charlo en diálogo con Domingo.

Las mariposas solo viven una vez
Actúan Adriana Do Reis, Giuliana Delfino, Sara Bessio, Alejandra Aceredo y Noeli Campo.
Foto: Difusión

La obra se estrenó el 30 de agosto y tendrá funciones todos los viernes a las 21.00 hasta el 16 de noviembre en la Sala China Zorrilla del Teatro Alianza.

“En esta segunda parte creamos un lenguaje nuevo que mezcla lo cotidiano y lo naturalista con el absurdo. Rompemos con estereotipos lineales de actuación y puesta en escena, entonces está la idea de pasar abruptamente del humor a la más profunda tristeza, y viceversa. Me gusta que el público se pregunte y perciba qué le pasa desde su necesidad de recibir las cosas digeridas, claras. Más allá de lo que luego descubra o decodifique sobre el mensaje de la historia”, complementa la directora.

El aporte de Noelia Campo

Al elenco de Las mariposas solo viven un día, se sumó la actriz y conductora de TV Ciudad, Noelia Campo, quien interpreta una de las personalidades de “M”, la protagonista. Campo personifica cuestiones como el miedo, tanto a cosas reales como, por ejemplo, a una tormenta eléctrica, como a otras más existenciales como la muerte.

“Noe trae algo diferente que tiene que ver con creer en otras cosas que no sean solamente lo terrenal. Su personaje plantea el dilema de la existencia de Dios, por ejemplo, y cuestiona sus propias creencias”, adelanta Charlo.

La obra también toca la salud mental y hace un recorrido semejante a la jornada del héroe. La idea, según la directora, es plantear el problema y revisar “en qué casos nuestro interruptor interno puede dispararse” y sentir la necesidad de desaparecer. “Tal vez, eso contribuya a aceptar que necesitamos ayuda mucho antes de lo que imaginamos”, dice. Y advierte: “No planteamos un espectáculo panfletario, ni pretendemos dar absolutamente nada digerido, ni respuestas absolutas sobre el tema”.

Campo, también protagonista de Las madres del monstruo, embarca en esta historia que, si bien aborda cuestiones existenciales tales como la toma de decisiones, las despedidas, la soledad, el dolor, el placer, la huida y la muerte, tiene mucho de humor.

“Es pasar de la risa al llanto permanentemente. Al final salís de la obra con más preguntas que respuestas y eso es lo que a mí me interesa como dramaturga y como directora, que el espectador sea el protagonista, que se pregunte y que lo tenga que desmenuzar después”, finaliza Charlo.

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