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Informes aseguran que el símbolo de París sufre de grave corrosión, pero solo recibirá “pintura cosmética” para los Juegos Olímpicos de 2024.
Cuando se completó en 1889, se esperaba que la Torre Eiffel, la Dama de Hierro de París, permaneciera en pie durante 20 años antes de ser desmantelada. Ciento treinta y tres años después, sigue en pie, pero no por un mantenimiento diligente. Varios reportes señalan que este símbolo de la ciudad está en mal estado y cubierto de óxido, por lo que necesita una reparación completa. Sin embargo, por el momento solo va a recibir una pintura cosmética de 60 millones de euros antes de los Juegos Olímpicos de 2024, según informes confidenciales citados por la revista francesa Marianne. “Es sencillo, si Gustave Eiffel visitara el lugar le daría un ataque al corazón”, dijo a Marianne un gerente anónimo de la torre.
“Enferma, oxidada, ¿se está cayendo la Torre Eiffel?”, es el título que publicó Marianne en su portada, con un toque de dramatismo.
La torre de hierro de 324 metros de altura y 7.300 toneladas se construyó para la feria mundial de 1889. Tiene remaches de aproximadamente 2,5 metros y se construyó con hierro fundido, inventado en Gran Bretaña durante la Revolución Industrial a través de un proceso que producía hierro forjado más puro y de alta calidad al eliminar el carbono del arrabio en el proceso de fusión. Antes de abrir se le aplicaron cuatro manos de pintura roja con plomo, ahora prohibida pero entonces considerada el mejor agente anticorrosivo. Eiffel, el ingeniero civil cuya compañía diseñó y construyó el monumento, sugirió que sería necesario pintarlo cada siete años. “Lo más importante es prevenir el inicio de la oxidación”, escribió en ese momento.
La Sociedad de Explotación de la Torre Eiffel (SETE) es reacia a cerrar la torre durante mucho tiempo para evitar perder ingresos turísticos, agregó Marianne. Cuando la torre cerró por las restricciones de la pandemia -durante gran parte de 2020-, la sociedad perdió 52 millones de euros. La torre recibe alrededor de seis millones de visitantes por año, lo que la convierte en el cuarto sitio cultural más visitado de Francia después de Disneyland, el Louvre y el Palacio de Versalles.
Un informe de 2014 de Expiris, una empresa experta en pintura, encontró que la torre tenía grietas y oxidación y que solo el 10% de la pintura más nueva estaba adherida a la estructura. “Incluso si el estado general de la protección anticorrosión parece bueno a simple vista, esto puede ser engañoso”, se afirmó.
“No se puede pensar en planificar una nueva aplicación de una capa de pintura porque no hará más que aumentar el riesgo de una pérdida total de adherencia en el sistema”.
Bernard Giovannoni, director de Expiris y autor del informe de 2014, le dijo a Marianne: “He trabajado en la torre durante varios años. En 2014 consideré que había una urgencia extrema para hacer frente a la corrosión”. Dijo que había aconsejado que la torre fuera “decapada y repintada”.
Otro informe en 2016 encontró 884 fallas, incluidas 68 que se decía que representaban un riesgo para “la durabilidad” de la estructura. Cada una de las faltas fue fotografiada, numerada y clasificada según el grado de gravedad.
En la dirección general del célebre monumento parisino, aseguran que la torre “nunca estuvo tan protegida como ahora”. Con sus 133 años, la Torre Eiffel “seguirá en pie con su hierro impecable”, aseguró Patrick Branco Ruivo, el director de la sociedad que gestiona el monumento, quien precisó que la campaña de pintura lanzada en 2019 sirvió para “tratarla y protegerla”.
“Los 68 elementos eran secundarios”, como los ángulos de hierro, respondió Branco Ruivo, y agregó que serían reemplazados gradualmente de aquí a 2024.
La Torre Eiffel sirvió para probar las primeras transmisiones radiográficas, funcionó como radio militar en 1903, desde ella se realizó la primera emisión de radio pública en 1925 y finalmente acabó sirviendo de banco de pruebas para la televisión.
*En base a agencias.