En la comunidad de músicos uruguayos, Leonardo Amuedo es reconocido como uno de los principales guitarristas que ha dado el país. Pero no es un artista popular a nivel local por haber hecho su carrera en el exterior: básicamente en Brasil, Holanda y Estados Unidos, donde hoy reside. Desde hace décadas, “el Bolsa” Amuedo es un uruguayo universal, que ha ganado varios Grammy como músico acompañante y ha tenido la oportunidad de tocar y grabar con estrellas de la talla de Stevie Wonder, Barbra Streisand, Neil Diamond, Stingy Herbie Hancock.
“Jamás tuve problemas con la gente famosa con la que trabajé. No sé si he tenido suerte o si es una cuestión energética, pero siempre me han tratado muy bien, con mucho respeto. Nunca tuve una situación desagradable, al contrario. Sting, por ejemplo, es una persona súper amable y educadísima; Stevie Wonder también, la pasé muy bien grabando con él. A Barbara Streisand no la conozco personalmente, o sea que no puedo opinar”, comenta Amuedo a Domingo desde Los Ángeles, ciudad en la que reside desde hace siete años. Y agrega: “Los seres humanos somos todos iguales, no hay diferencia, la única diferencia es un viaje psicológico de alguien que se cree un poco mejor porque es famoso o porque tiene poder. Pero en el fondo, es lo mismo. Stevie Wonder no bajó de Marte, es un ser humano. Pasé una tarde maravillosa grabando con él. Lo mismo me ha pasado tocando con Sting, donde él se relaja y se siente cómodo porque manejamos el mismo lenguaje en el escenario”.
Nacido en Montevideo, Amuedo aprendió a tocar la guitarra con su hermano Héctor cuando tenía 4 años. “Mi hermano me lleva 15 años, cuando yo nací, él ya estaba estudiando guitarra clásica y, según recuerdo, su profesor le dio a algunas clases y después falleció. Yo era muy chico y siempre le quería manotear la guitarra y me dejaba tocar un poquito. Me paraba a su lado, él hacía los acordes y yo tocaba con la mano derecha la parte rítmica, nada más. Ese fue mi comienzo. Héctor tocaba unas cosas muy bonitas, muy melódicas. Y yo aprendí bastante con él”, recuerda.
Pero al margen de la influencia de su hermano, que abandonó la guitarra hace muchos años, Leonardo llevaba la música en su ADN. “Nuestro papá, Héctor Luis Amuedo, era letrista de carnaval. Le escribía a varios conjuntos, pero con quien más trabajó fue con Los Klapers. En esa época, los parodistas utilizaban músicas populares que tomaban de la radio y a las que les cambiaban la letra. Mi viejo hacía las letras y, cuando tenía que ir a mostrarlas a los grupos, en los ensayos, me llevaba a mí. Y yo lo acompañaba con la guitarra. Empecé con 9 o 10 años y así fue que me metí en el carnaval”, señala.
“Antes, los parodistas, los humoristas, tenían un cuarteto, una bandita que los acompañaba con música en vivo. Salí a partir de los 15 años en carnaval, y lo hice también con 16 y 17”, detalla Amuedo, quien por aquellos años se granjeó su apodo de “el Bolsa”: un día le tocó ponerse su traje y había adelgazado muchísimo. Las ropas le quedaban -dicen quienes fueron testigos- como una “bolsa”.
Por aquellos años también ganó un concurso con una banda que tenía (Montevideo 4), cuyo premio era la grabación de un LP en el estudio La Batuta, situación que lo ayudó a ser más conocido como músico emergente.
Ingreso a primera división
Sus participaciones en carnaval lo llevaron a conocer al maestro Julio Frade, quien observó sus virtudes y lo hizo ingresar a su orquesta con 17 años. Una cosa llevó a la otra y Amuedo terminó tocando y grabando con músicos muy conocidos del Uruguay como Jorginho Gularte, Hugo y Osvaldo Fattoruso, Urbano Moraes, Fernando Cabrera, Mariana Ingold y Ruben Rada.
“Con Mariana y Osvaldo grabamos un disco que se llama Tá que salió en Buenos Aires y en Uruguay, y que hoy muchos músicos lo consideran un clásico. Cuando hacés algo no tenés ni idea de la repercusión que va a tener, pero, bueno, ese disco fue un poco más adelante. Yo ya vivía en Holanda para ese tiempo, lo grabé una vuelta que fui a Uruguay y me quedé un buen tiempo ahí, unos meses”, anota.
Amuedo se trasladó en 1989 a Holanda, donde vivió hasta 2002. No migró porque le fuera mal en su país, sino porque tenía la inquietud de muchos jóvenes de experimentar nuevas cosas. Y nada mal le fue, al punto que en ese período grabó con conocidos artistas de ese país y del extranjero como Fernando Lameirinhas, Joia, Laura Fygi, Josee Koning, Trijntje Oosterhuis, Metropole Orchest, Hein van de Geyn, Bacan y Dori Caymmi.
“Cuando me fui de Uruguay trabajaba muy bien, era de esos músicos jóvenes que están de moda y a los que todo el mundo los llama, por lo que tocaba muchísimo. Creo que quería ver otros horizontes y conocer otros lugares, tenía curiosidad. Además, no había internet y uno se imaginaba cosas que le contaban de cómo era la vida en Europa o en Estados Unidos. Y en la imaginación uno se creaba una imagen completamente maravillosa y paradisíaca. Elegí Holanda porque tenía amigos allá. Me fui, volví a Uruguay y luego regresé. Al final me terminé quedando 14 años”, recuerda.
Brasil, catapulta al mundo
En 2002 se trasladó a Río de Janeiro, donde comenzó a tocar con el cantautor Ivan Lins, con quien ha participado en varios proyectos, no solo en el país norteño sino también en Estados Unidos, Japón y Europa. En Brasil, vivió siete años. Allí nació y creció su hijo Danilo, baterista y “tremendo músico”, al decir de su padre. “Allá tengo muchísimos amigos, lo siento como mi país”, dice Amuedo, quien asegura no haber dejado de tocar la guitarra “ni un solo día” desde que era niño.
En este período tan importante de su vida, compartió escenario y grabó con artistas de renombre como João Bosco, Caetano Veloso, Gilson Peranzzetta, Mauro Senise, Armando Marçal, Wagner Tiso, Alejandro Sanz, Jane Monheit, Simoney Jorge Vercilo, entre muchos otros.
Pero su espíritu inquieto lo llevó a probar nuevos desafíos, a migrar hacia una de las mecas de la industria del espectáculo: Estados Unidos. “Cuando conocés a distintas personas, productores y músicos, te vas vinculando con otros”, dice para explicar cómo llegó a tocar con algunas de las máximas estrellas del mundo de la música.
Leonardo Amuedo tiene cinco premios Grammy como músico acompañante. Y es un respetado compositor: sus álbumes en solitario más recientes son Guitar Stories (2016), Leonardo Amuedo interpreta a Daniel Figueiredo (2019) -nominado al Latin Grammy en 2020- y Eternamente(2020).