Lily Collins, del periodismo a Emily en París

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Lily Collins protagoniza Emily en París
EMILY IN PARIS (L to R) LILY COLLINS as EMILY in episode 104 of EMILY IN PARIS Cr. STEPHANIE BRANCHU/NETFLIX © 2020, serie de Netflix
STEPHANIE BRANCHU/NETFLIX

NOMBRES DEL DOMINGO

Con serie recién estrenada en Netflix, la hija de Phil Collins brilla sin etiquetas ni presiones.

La primera imagen de París es la de la Torre Eiffel con el Sena corriendo a sus pies. La primera imagen de Lily Collins allí es la de Emily bajando la ventanilla del taxi con la cara de alguien que está cumpliendo un sueño, con la expresión de alguien que va a descubrir y a vivir una ciudad que aunque sea un cliché no deja de ser una de las más bonitas del mundo. La segunda imagen de Lily Collins es la de Emily abriendo las cortinas del apartamento que alquiló, mientras el chico de la inmobiliaria le dice que es un poco viejo y el espacio es pequeño. La segunda imagen de Lily es la de Emily descubriendo que desde su ventana tiene a París en sus pies: “Me siento como Nicole Kidman en Moulin Rouge”, dice sonriendo. A Emily Cooper le queda bien París. A Lily Collins, inglesa que creció en California, también.

Emily en París, la serie que Netflix estrenó a comienzos de octubre, la tiene a Lily Collins, actriz, modelo y periodista, como protagonista única de la historia. Cuenta el vínculo de Emily, una joven de Chicago, con la ciudad en la que siempre soñó vivir y a la que llega por una inesperada propuesta de trabajo. A lo largo de 10 capítulos la serie creada por Darren Star (que también estuvo detrás de Sex and the city y Younger), muestra todo lo que alguien espera ver en una historia que se desarrolla en París.

Emily, han dicho algunos medios internacionales, es el personaje perfecto para Lily Collins. Ella dijo algo parecido: “Me gustan los papeles más oscuros y definitivamente siento que puedo explorar diferentes lados míos con cada nuevo trabajo. Pero lo cierto es que nunca quise ser encasillada en un tipo de personaje específico. Hace tiempo que buscaba un proyecto divertido, con un papel cómico, ingenioso y amante de la moda y la vida en general. Sin embargo, un personaje así no aparece todos los días. Necesitaba que fuera una mujer inteligente, sensible y por eso interpretar a Emily, se siente como una liberación, la posibilidad de mostrar un costado mío que nunca había expuesto antes”.

Emily es distinto a todo lo que Lily ha hecho antes: fue la hija de Sandra Bullock en Un sueño posible, fue la Blancanieves de Espejito espejito, en la que compartió elenco con Julia Roberts, protagonizó Los imprevistos del amor, Las reglas no aplican, Hasta el hueso, Okja, fue parte de la adaptación de Los miserables que hizo la BBC en 2018, interpretó a la novia de un asesino serial en Ted Bundy: durmiendo con el enemigo y a la esposa de R.R. Tolkien en la película biográfica del escritor.

Después de todo eso llegó Emily y se la llevó a París y la transformó en una actriz de Netflix: alguien que le muestra la capital francesa a todas las personas del mundo que quieran mirarla.

Ser la hija de o luchar por los propios sueños

Es la hija de Phil Collins y su segunda esposa, Jill Tavelman. Nació en Reino Unido en 1989. Aunque siempre ha dicho que se siente europea, a los 5 años se mudó a Los Ángeles, en Estados Unidos, tras el divorcio de sus padres. Lily creció intentando encajar: por ser la hija de Collins se pretendían de ella determinadas formas de comportarse, de ser y de lucir.

Quiso ser bailarina y abogada pero en la adolescencia decidió que quería ser periodista. Estudió comunicación en la Universidad del Sur de California y se especializó en periodismo televisivo. En el medio, ya había empezado a trabajar como modelo, a escribir para algunas publicaciones de Teen Vogue o a trabajar como periodista al frente de Kids Pick the President, un programa dedicado a las elecciones de Estados Unidos en 2008 del canal infantil Nickelodeon.

Su padre no tuvo nada que ver con su carrera como actriz. De hecho, ha contado en varias oportunidades, fue su madre la que la metió en el mundo de la actuación.

“He hecho un esfuerzo muy consciente para no apoyarme en mi padre. Y no es que reniegue de él, todo lo contrario, le adoro y nos mantenemos muy cercanos. De hecho es mi mejor amigo, pero no quería que fuera un factor de peso en mi carrera. Quiero sentir que lo que tengo me lo he ganado y que nadie pueda acusarme de haber llegado lejos gracias a él. Creo que hubiera sido muy fácil hacerlo y preferí no seguir ese camino”, dijo en una entrevista con el diario El Mundo.

Rápidamente dejó de lado el periodismo y empezó a hacer castings para algunos papeles. El primero en el que la aceptaron fue para interpretar a la hija de Sandra Bullock en la película Un sueño posible (2009), que se transformó en un éxito de taquilla en Estados Unidos y en el mundo y que le dio a Sandra Bullock un Oscar y un Globo de Oro como Mejor Actriz.

En 2012 fue Blancanieves en Espejito, espejito, una adaptación del clásico de Disney en la que compartió protagónico con Julia Roberts y Armie Hammer. Después siguió Los improvistos del amor, una comedia romántica que no recibió buenas críticas pero en la que la actuación de Lily Collins y su química con Sam Claflin la salvaron de convertirse en una comedia más. “Si algo se salva de la caída hacia lo convencional es el encanto de Lily Collins (...) En el camino queda la ilusión de una buena comedia romántica convertida en otra de tantas”, escribió en su momento el diario argentino Página 12. Le siguió Hasta el hueso, donde le da vida a Ellen, una joven de 20 años que padece anorexia y que, tras recurrir a varios tratamientos sin mejorarse, se interna en una clínica para enfrentarse a un método poco convencional. La película, una producción de Netflix, generó polémicas entre los especialistas en esos temas pero también la enfrentó a Collins a uno de los problemas con los que tuvo que lidiar en la adolescencia y la llenó de elogios por su trabajo allí.

Después de otros roles dramáticos llegó Emily, para sacarla de la oscuridad de sus personajes. En el medio escribió un libro Unfiltered: No Shame, No Regrets, Just Me (Sin filtros. Sin vergüenza, Sin arrepentimiento. Solo yo), en el que compartió ensayos sobre su vida y su entorno. Allí Collins le dijo a su padre que lo perdonaba por no haber sido una persona presente: “Te perdono los errores que has cometido. Y aunque parezca que es muy tarde, no lo es. Aún hay mucho tiempo para seguir adelante”.

Más allá de eso, Collins ha intentado mantener un perfil bajo y su vida reservada. A veces comparte algunas imágenes de su día a día o de su trabajo en su cuenta de Instagram. Por supuesto, no faltan postales de París.

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