Viajes
Playas, parques, naturaleza, paisajes increíbles, para ir solo, con amigos o en familia. Periodistas especializados del Grupo de Diarios de América (GDA) brindan recomendaciones sobre destinos.
¿Qué sitios del continente que hay que conocer antes de que el turismo masivo los invada? Editores y periodistas de viaje del Grupo de Diarios de América (GDA) responden, eligiendo los lugares donde ellos quisieran estar hoy mismo. De un rústico pero estiloso pueblo en el Noroeste argentino al mejor parque nacional para combinar playas y naturaleza en Costa Rica, estas son sus recomendaciones.
Tilcara, Argentina
En la provincia de Jujuy, unos 200 kilómetros al Norte de Salta, Tilcara es una interesante mezcla de estilos. "Tiene un poco de las dos cosas: la tranquilidad y simpleza de un pueblo, pero también es un destino más cosmopolita, donde se han instalado muchos extranjeros a vivir", dice Daniel Flores, editor de la sección Turismo del diario La Nación de Argentina. "No es turismo rural, pero tampoco un lugar sobrevendido para turistas. Hay lindos hoteles pequeños, aunque nada de lujo, y buenos servicios".
Dice Flores que ahora mismo es un excelente momento para visitar Tilcara, para adelantarse al verano, que es cuando llegan más visitantes. "Una de las actividades que se hacen allí, y que me encantan, son las caminatas con caravanas de llamas, al estilo de cómo se hacían siglos atrás (CaravanaDeLlamas.com.ar). Además, Tilcara es un excelente lugar desde donde salir a recorrer el noreste argentino, hacia pueblos como Purmamarca , o lugares famosos como la Quebrada de Humahuaca".
Flores también destaca la gastronomía local en sitios como El Patio. "Es el restaurante de Mercedes Costa, una antropóloga que se radicó en Tilcara y ha rescatado platos antiguos, pero con un toque gourmet, como el carpaccio de llama. Es un referente", dice. Para dormir, su recomendación es el Patio Alto, "un súper hotel tres estrellas en la parte alta del pueblo" (HtlHoteles.com/patioalto), aunque también está la opción de arrendar casas a través de AirBnb, cada vez más frecuente.
Tarapoto, Perú
A una hora en avión desde Lima, en la región de San Martín, Tarapoto se está convirtiendo poco a poco en uno de los nuevos destinos para descubrir el Amazonas peruano. Menos conocido, al menos internacionalmente, que otros sitios —como Tambopata, en Madre de Dios—, Tarapoto "garantiza contacto con la naturaleza, una oferta tan exótica como exquisita, un clima privilegiado y deportes aventura como kayak, canopy y rapel", dice Belén Tavares, editora del suplemento ¡Vamos!, del diario peruano El Comercio.
Tavares recomienda destinarle al menos tres días a esta zona. Uno de los paseos destacados es navegar por la laguna Azul , o hacer una caminata por el bosque tropical, observando la gran diversidad de flora y fauna de la selva, hacia las cataratas de Ahuashiyacu, Huacamillo y Pucayaquillo, donde uno puede bañarse.
La gastronomía también tiene su lugar en Tarapoto, sobre todo en sitios como Doña Zully y La Patarashca . "El plato estrella es el tacacho con cecina, ají de cocona y ensalada de chonta. Además, hay que probar la doncella y el paiche, peces de agua dulce; así como el aguaje y el camu camu (frutas selváticas) en su versión original o en helado".
¿Para dormir? Belén Tavares tiene dos elegidos: Pumarinri Amazon Lodge , a orillas del río Huallaga (Pumarinri.com), y el Rústica Hotel , con vista a la selva (RusticaHoteles.com ).
Quindío, Colombia
El departamento de Quindío forma parte del famoso Eje Cafetero de Colombia, pero su oferta va mucho más allá de esta bebida. "Es un lugar que tiene naturaleza y montañas, pero también cuenta con cultura y tradiciones. Además, allí es eterna primavera: no se siente el calor abrasador ni el frío de Bogotá", dice Adriana Garzón, directora de la sección Vida de Hoy, de El Tiempo de Colombia.
Como base para explorar esta zona, Garzón recomienda el pueblo de Quimbaya, porque está equidistante de la mayoría de los puntos turísticos a visitar, como los pueblos de Salento o Filandia, que conservan muy bien su arquitectura patrimonial, el Parque Nacional Panaca o el Parque del Café, en el municipio de Montenegro. Este último lugar es una suerte de parque de entretenimiento, que cuenta incluso con una montaña rusa cuyos carros son jeeps y hace unas semanas acaba de abrir un teleférico. "Estos parques están muy bien mantenidos y tiene actividades para todo tipo de público", dice Garzón.
Para comer, sugiere el restaurante Helena Adentro, en Filandia (HelenaAdentro.com). "Funciona en una casa típica, con arquitectura cafetera. Sus dueños son una familia que ha explorado la gastronomía de la región, con platos como la arepa con nogao, crema agria y chicharrones, pero recreado de una manera muy creativa", dice. Y para dormir en Quimbaya, también tiene sus elegidos: La Casa Que Canta (FincaLaCasaQueCanta.com), "un hotel pequeño e íntimo, atendido por sus dueños", y Las Heliconias , de la cadena Decameron, que está más orientado a las familias (Decameron.com).
Inhotim, Brasil
"Mezcla de museo de arte contemporáneo y jardín botánico, Inhotim es un lugar especial para quien cree que el arte y la naturaleza forman un pareja perfecta", dice Marcelo Balbio, editor del suplemento Boa Viagem, del diario O Globo de Brasil.
Situado en el estado de Minas Gerais, en la ciudad de Brumadinho —que esta a unos 60 kilómetros de la capital estadual, Belo Horizonte—, Balbio dice que en Inhotim todo está hecho para impresionar y encantar a los viajeros. "Es un museo a cielo abierto, donde la idea es recorrer las galerías con exposiciones permanentes y temporarias de destacados artistas brasileños como Adriana Varejão, Tunga y Cildo Meireles, en espacios hechos a su medida.
"Entre un paseo y otro hasta las galerías, que tienen nombres como Lago, Plaza y Fuente, se puede admirar el paisaje con especies de todos los tipos y tamaños. Para tener una idea, son más de cuatro mil plantas", dice Balbio.
Si bien hay quienes prefieren alojar en Belo Horizonte y concentrar la visita en un solo día, Balbio asegura que es poco tiempo. "Para recorrer todo con calma, son necesarios por lo menos dos días. El dato es quedarse en sitios de los alrededores, como el hotel Estalagem do Mirante, que queda en lo alto de una montaña y tiene una vista increíble de esta parte de Minas (EstalagemDoMirante.com.br ). No queda cerca del museo, pero el paseo y la vista valen la pena. Además, si la idea es estirar el viaje, hay que aprovechar de conocer las ciudades mineiras como Ouro Preto y Tiradentes. Así, además de arte y naturaleza, el recorrido gana una buena dosis de historia".
Manuel Antonio, Costa Rica
El contraste entre playas y naturaleza es una de los elementos que más destaca Jairo Villegas, autor del blog de viajes del diario La Nación de Costa Rica, sobre el Parque Nacional Manuel Antonio, en la costa Pacífico de este país. Pero hay más. "Lo más bonito y simpático es ver cómo se te acercan monos y mapaches, que abundan en este parque. Aunque a veces hay que tener cuidado, porque quitan las bolsas creyendo que es comida", dice Villegas.
Ubicado a 171 kilómetros de la capital (unas tres horas en auto), para explorar este parque Villegas sugiere quedarse en ciudades como Quepos, donde hay ofertas de alojamiento de todo tipo. "Si bien en esta época del año puede haber lluvias, los precios disminuyen y va menos gente que en el verano, lo que lo hace mucho más conveniente", explica.
En el parque destacan panoramas como el trekking de Punta Catedral, que conduce hacia un mirador sobre el océano Pacífico; rafting en los ríos Savegre y Naranjo, con rápidos de distintos niveles, y cuatro playas (Manuel Antonio, Espadilla Norte y Sur, y Puerto Escondido) que tienen ambiente tranquilo y familiar.