Madres y mitos del parto sin dolor

| Aunque muchas uruguayas se asustan por el momento del parto, la gran mayoría desconoce la existencia de la epidural, una técnica muy eficaz para aliviar el dolor.

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El País

MARÍA INÉS LORENZO

Existe hace más de 30 años pero son pocas las mujeres que conocen la técnica para aliviar, sin riesgos, el dolor del parto. La falta de información sobre la analgesia epidural, o peridural, tiene raíces socioeconómicas pero también está rodeada de mitos. "Es un medicamento inyectable que se aplica en la zona lumbar (parte baja de la espalda) de la embarazada en el momento previo de dar a luz, para calmar el dolor de las contracciones y del trabajo de puje del feto", señala el médico Gonzalo Solla, profesor adjunto de la cátedra de Anestesiología del Hospital de Clínicas, y asegura que ese método es el único que permite disfrutar "verdaderamente" el parto. Tampoco presenta futuros riesgos para la madre ni el bebé, dice el experto.

El problema es que no todas las mujeres pueden acceder a esta técnica, ya que cuesta entre 600 y 800 dólares, indica Neder Beyhaut, también anestesista. De los 5.000 nacimientos que se producen por año en Uruguay, menos de 1.000 se hacen con analgesia, revela el experto, y agrega que si bien ésta se da gratuitamente en hospitales públicos, el Estado no cuenta con provisiones suficientes. "Se piensa que podría tener un costo enorme, cuando en realidad no es así. El 15% de las embarazadas no sufre tanto en el parto, y no se les aplica", sostiene Beyhaut.

La epidural se administra con una punción entre las raíces nerviosas de la columna, donde se deja conectado un catéter para luego inyectar la medicación. "Las pacientes perciben las contracciones uterinas, pero pujan sin sufrimiento porque la analgesia genera un bloqueo a la altura del abdomen alto que hace que los estímulos normalmente dolorosos como un pellizco no se perciban", explica Solla. A su vez, agrega que la medicación comienza a hacer efecto entre los 10 y 20 minutos luego de aplicada, y las consecuencias físicas de la madre son menores. "Solo puede aparecer dolor de cabeza o debilitamiento a los dos días después del parto", recalca, dejando claro que el mito de que la epidural puede dejar paralítica a la mujer es totalmente erróneo.

El rango de fallas de la técnica oscila entre 1% y 5% de los casos, dependiendo de la experiencia del anestesista, según Solla. Pero en su mayoría, el uso de la analgesia es positivo porque evita que la mujer hiperventile (respire muy ligero), lo que le provoca alteraciones y estrés. "Genera una madre calmada, sin angustia, y más participativa del parto", asegura el ginecólogo Roberto Sergio, jefe de la sala para madres adolescentes del Hospital Pereira Rossell. Sin embargo, el experto cree que hay mucho prejuicio sobre la epidural. "Si se supiera exactamente de qué se trata se demandaría más", dice.

Su visión no dista tanto de la realidad. Un relevamiento realizado por el anestesista Gonzalo Solla y otros especialistas entre 243 embarazadas de Montevideo (mujeres que se controlan en el Casmu, en el Pereira Rossell y en el Hospital de Clínicas) con un total de 320 partos previos, arrojó que ninguna de ellas recurrió a la analgesia porque no la conocían. En contraste, la investigación reveló que el 63% de las anestesistas, y mujeres cercanas a estos profesionales (consideradas la población con mejor nivel de información) utilizó la analgesia para sus partos, y el 91% asegura que la solicitará nuevamente en el futuro.

Más dilatación. Bajo los efectos de la epidural, el parto está más controlado y el ginecólogo puede trabajar con tranquilidad porque las madres dilatan más rápido. Además, la técnica puede aplicarse a mujeres de diversas generaciones, apunta Sergio, excepto cuando hay trastornos severos de coagulación, existe una infección en el sitio donde se va a puncionar, o se tiene una eclampsia (enfermedad hipertensiva del embarazo). Por el contrario, "no pasa nada si la mujer sufre lumbalgia u otro problema de columna", acota Solla.

Otra diferencia entre suministrar o no la epidiral es que con ésta aumenta el uso de fórceps, un instrumento médico similar a una tenaza que sirve para retirar al bebé cuando la madre no tiene suficiente fuerza para dar a luz. "Las contracciones se mantienen normales pero hay una alteración en el pujo, vinculado a un bloqueo motor de las piernas", explica Beyhaut, aunque aclara que con la analgesia el trabajo de fórceps se hace en mejores condiciones porque la madre tiene el piso pélvico más relajado, lo que hace que se comprima menos la cabeza del feto, y ella sienta menos dolor. Además hay menos desgarros, asegura el especialista.

Eso sí, el ginecólogo Sergio resalta que no todas las madres sufren lo mismo en el parto. "Influye mucho el umbral de dolor de cada una porque las endorfinas (sustancias producidas por el cerebro que reducen el dolor) no actúan igual en todos los organismos".

Otras técnicas. Si bien lo ideal es inyectar la analgesia durante el trabajo de parto, existen situaciones en las que el procedimiento se realiza antes, como cuando llega una mujer con muchísimo dolor y poca dilatación, explica Solla. "En ese caso, primero se le da a la madre una inyección raquídea, que se suministra a través de un catéter como la epidural pero alivia inmediatamente el dolor. Luego se comienza el trabajo de parto y si la mujer no lo tolera se administra la epidural", especifica. Por otro lado, el médico explica que cuando la analgesia se aplica sin dilatación suficiente, aumenta la duración del trabajo de parto y puede haber una cesárea. Pero tampoco es una relación directa, porque esa misma madre, aún sin analgesia, igual puede entrar al quirófano. "Se recurre a la cesárea cuando la mujer demora más de 12, 14 horas en dar a luz o cuando el bebé está enredado en el cordón umbilical", indica el ginecólogo Sergio.

Además de la analgesia epidural existe otra manera de calmar el dolor del parto: a través de una inyección intravenosa de calmantes opiáceos. En tales casos, la droga que se utiliza más frecuentemente es la merepedina (o Demerol, por su nombre comercial).

Sin embargo, los médicos no la aconsejan porque puede producir infección respiratoria en el bebé, y sólo calma el dolor en un tercio de las mujeres. "La epidural funciona en un 98% y el fármaco no pasa por la placenta del bebé. Hoy, es el único método seguro que hay", finaliza Solla.

Beneficios y diferencias

"La analgesia epidural no sólo es beneficiosa porque permite aliviar el dolor del parto, y evitar que la mujer se descompense antes de dar a luz, en el caso que sea más sensible al sufrimiento. También está indicada en pacientes con problemas cardiorespiratorios con el fin de evitar una intervención quirúrgica con anestesia general, en donde siempre se corren más riesgos". Roberto sergio (ginecólogo).

"Si bien el artículo 2 de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva promociona la equidad en términos de género, justicia social, y la igualdad de trato y oportunidades, la realidad es que en el país existen diferencias para acceder a un parto sin dolor. Las posibilidades de hacerlo están dadas por el dinero que se tenga y el servicio de salud al que se pertenece". neder beyhaut (anestesista).

Técnica con historia

"Los primeros intentos para controlar el dolor del trabajo de parto consistían en métodos psicológicos y físicos. En la Antigüedad, se llegó a recurrir al hombre más grande y pesado de la tribu para que brincara sobre el abdomen de la mujer y así acelerara el nacimiento del niño", relata el médico anestesista Neder Beyhaut, quien se ha especializado en la historia de la analgesia epidural.

Las primeras técnicas epidurales para el parto fueron realizadas en Inglaterra en 1942, y desde ese entonces su uso se fue popularizando en varios hospitales del Primer Mundo como algo rutinario, cuenta Beyhaut. En Uruguay, en tanto, comenzó a utilizarse recién entre fines de la década del 70 y comienzos del 80. Su crecimiento desde entonces ha sido lento, sobre todo si se tiene en cuenta que, según el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología, la analgesia epidural es definida como la única técnica capaz de producir alivio eficaz para el trabajo del parto.

De todos modos, a Beyhaut le parece fundamental la contención emocional y/o familiar que tenga la mujer durante el embarazo y en el momento de dar a luz. "También dan buenos resultados las técnicas de relajación y respiración preparto, pero la única manera de aliviar el dolor es con la epidural", asegura.

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