Nombres del Domingo
Tiene 18 años e interpreta a un joven transgénero en la tira argentina 100 días para enamorarse. Sus personajes llegan, y ella lo sabe.
Se sienta frente al espejo de su cuarto. Los ojos húmedos clavados en el vidrio, en su propio reflejo, en ella misma. Se mira. Una camisa gris prendida hasta el último botón. Se desata el pelo que tenía sujeto en un moño, se lo pone delante de los hombros y agarra una tijera. Suspira, cierra los ojos, corta un mechón y llora. Es Juani, que le pide a su mamá que lo ayude a seguir porque no puede solo. Porque Juani no se siente ella, se siente él. Y quiere ser Juan.
Juani es Maite Lanata. Es el personaje que interpreta en la novela 100 días para enamorarse, la tira de Telefé que en Uruguay se puede ver en Montecarlo. Allí Juani transita el cambio de pasar a ser Juan a lo largo de toda la tira y lo comparte con su familia, a la vez que los ayuda a vivirlo con él. Maite comparte elenco con Nancy Dupláa y Luciano Castro, que interpretan a sus padres, además de Carla Peterson y Juan Minujín.
Para crear a su personaje, Maite, que tiene 18 años, terminó el liceo el año pasado y estudia actuación en la Universidad Nacional de Artes, investigó, vio documentales y charló con personas que tienen las mismas características que Juana, entre ellas, con Lautaro Giménez, un joven trans que también participó en algunos capítulos de la tira; también se contactó con Familias Diversas (una ONG que promueve los derechos de todas las formas posibles de familia) y le propuso a la producción del programa incorporar ciertos aspectos que para ella hacían a su personaje y acentuaban la incomodidad de Juani con respecto a lo femenino.
"A Juani le cuesta mirar a los ojos, le cuesta esa mirada de los otros porque la ven como una chica, como algo raro, pero ella misma no sabe cómo mirarse; sí sabe que está incómoda con su cuerpo", dijo Maite en una entrevista con La Nación sobre su personaje. Sobre ella, los guionistas de la tira dijeron: "Maite es genial. Cuando empezamos a juntarnos ya tenía todo un bagaje de haber estudiado la temática".
Pero no es la primera vez que interpreta a un personaje de esas dimensiones, que tiene alguna implicancia en lo social y que le propone un desafío actoral. A los 11 años encarnó a Alma, en la novela El elegido, en la que hacía de una niña con autismo, hija de Pablo Echarri y Leticia Brédice; por ese papel estuvo nominada a los Martín Fierro como revelación. También hizo de Luna, hija del juez Lunati a la que secuestraban los presos de la prisión de San Onofre, en la primera temporada de El Marginal.
Dice que no busca esos personajes, que le llegan y los acepta, porque son los que más le gustan, que los prefiere ante cualquier otro. "Es cierto que son papeles jugados los que me tocan, ¡y me encanta! Me gusta mucho investigar para preparar un personaje. Me meto en Internet, en YouTube, veo documentales y películas".
Niña
No sabe cuándo quiso ser actriz, pero la pasión por la actuación la arrastra desde que tiene memoria. Actuaba en cada acto del jardín de infantes y de primaria, invitaba a sus amigas a su casa para escribir guiones y montar obras de teatro para su familia, hasta que una vecina le dijo a su mamá que la llevara a un casting para una publicidad. Sus padres al principio lo dudaron, pero ella insistió hasta convencerlos. Era la primera vez que se paraba frente a una cámara y la eligieron. Desde entonces todo ocurrió muy rápido en la vida de Maite, que tiene una trayectoria larga a pesar de sus 18 años. Recuerda que con su primer sueldo se compró una pelota "pelopincho" y después, con lo que le pagaban en El Elegido, un videojuego para pasar el tiempo en el camarín.
Hija de una diseñadora gráfica que ahora ayuda a su hija a componer los personajes, su papá tenía una empresa de servicios que quebró el año pasado y ahora "vende pochoclos en la plaza Mafalda". Maite vive con ellos y no tiene intenciones de irse sola. Dice que está bien, y que su familia es su sostén para la actuación. Aunque al principio ellos no querían saber nada con que su hija se dedicara a esto, se dieron cuenta de que lo suyo era vocación.
Siguió yendo a castings hasta que llegó el papel de El Elegido y empezó a ser "la nena de la tele". Antes de 100 días para enamorarse y El Marginal, también fue Moira Danubio en la serie El jardín de bronce y Julia en la película Mía. Además, este año debutó en teatro con la obra Jazmín de invierno, en el Centro Cultural San Martín y en setiembre estrena la película Yanka, en la que es protagonista.
Sin embargo, Maite dice que no la reconocen mucho en la calle, pero sí en las redes sociales. Tiene 318.160 seguidores en Instagram y 35.850 en Twitter. Desde que interpreta a Juani, sus fotos o tuits se llenan de mensajes de sus seguidores, primero agradeciéndole, después felicitándola, luego diciéndole que lloraron con sus escenas de la tira. "Me lloré desde que empezaron a hablar de la identidad de género, estoy tan orgullosa de esta novela y de que interpretes a Juan. Te amo @MaiteLanataMai", "cuánto bien le estás haciendo a la gente. Infinitas gracias", "gracias por dar todo y dejar todo por Juan. Te admiro mucho".
Es que en una de las últimas escenas de la tira, en esa en la que Juani se enfrenta al espejo y se reconoce como Juan, en esa en la que se desata el pelo que tenía sujeto en un moño, se lo pone delante de los hombros y agarra una tijera, en la que suspira, cierra los ojos, corta un mechón y llora, fue Maite la que le propuso cortarse el pelo al director y productores de la novela. Porque Juani es Juan y Juan no se siente bien con el pelo largo.