Meryl Streep, la verdadera reina de Hollywood

Poseedora de una carrera brillante en el cine; acaba de recibir el Premio Princesa de Asturias de las Artes

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Meryl Streep en España.
Meryl Streep en España.
Foto: Miguel Riopa/AFP

Una monja severa en La duda, una madre de espíritu libre en Mamma mía, una feroz editora de revistas en El diablo se viste a la moda. La maestría de Meryl Streep gestó papeles increíbles que, sumados a los premios y distinciones al mérito, entre las que se destacan sus 21 nominaciones al Oscar entre 1979 y 2017 y tres triunfos: Kramer vs. Kramer (1980), La decisión de Sophie (1983) y La dama de hierro (2011), llevaría todo el suplemento. Sencillamente, es la actriz más admirada del cine estadounidense en las últimas décadas.

Mary Louise Streep nació el 22 de junio de 1949 en Summit, Nueva Jersey. Desarrolló un interés temprano por la interpretación y el escenario, recibió formación en ópera y, a menudo, destacó en recitales escolares. Cuando ingresó a la universidad, comenzó a tomarse la actuación más en serio, apareciendo en obras de teatro durante su estancia en Vassar College; finalmente asistió a la Escuela de Drama de Yale. Hizo su debut teatral en los años 70, logrando una nominación al premio Tony por A Memory of Two Mondays de 1976. Durante este período, pensó probar suerte frente a las cámaras, insipirada en la actuación de Robert De Niro en Taxi Driver (1976). Al verlo, dijo que quería ser ese tipo de actriz: diferente, atrevida y aportar algo propio a sus personajes. Hizo su debut cinematográfico en Julia de 1977 y recibió su primera nominación al Oscar por El francotirador de 1978 (película a la que llegó por recomendación de De Niro), que le valió reconocimiento y aclamación a nivel nacional. Ese mismo año, ganó su primer Emmy por protagonizar la miniserie Holocausto. Cerró la década con un Oscar a la Mejor Actriz de Reparto por su papel en Kramer vs Kramer.

Meryl Streep

“¡Che brutta!” (Qué fea), dijo el productor Dino de Laurentiis al verla cuando buscaba una joven figura para protagonizar la remake de King Kong estrenada en 1976, papel que finalmente quedó en manos de Jessica Lange. El tiempo terminó dándole una y otra vez la razón a la actriz frente a aquella precipitada opinión del entonces poderosísimo productor italiano. Ese rechazo demoró el debut de Streep en el cine, pero terminó realzando la imperecedera fascinación que ejerce hasta hoy.

El capítulo más reciente de su carrera tiene que ver con la televisión y algunas producciones en las plataformas de streaming: un nuevo aporte a su pequeña galería de villanas en la segunda temporada de Big Little Lies, una breve y decisiva aparición en Extrapolation, y el aporte en la tercera temporada de Only Murders in the Building.

A pesar de su éxito, Streep ha vivido una vida tranquila y relativamente normal lejos del centro de atención. Vivió con el actor Don Cazale -quien dio vida a Fredo Corleone de la saga El Padrino-, cuidándolo cuando desarrolló cáncer de pulmón y falleció en 1978. “Fue muy difícil. Pero sí, alineó las cosas en mi cabeza y en mi corazón sobre lo que es importante y lo que no importa en absoluto”, dijo sobre él en una entrevista en la NPR.

Seis meses después de su muerte, se casó con el escultor Don Gummer, de quien se separó hace unos seis años y se supo recién ahora. Son padres de cuatro hijos: el músico Henry Wolfe Gummer y las actrices Mary Willa “Mamie”, Grace Jane y Louisa Jacobson Gummer. También es la madrina de Billie Lourd, la hija de la fallecida Carrie Fisher. “El trabajo en equipo lo es todo”, reveló Streep en una entrevista con la revista de la aerolína Lufthansa. “Mi esposo, Don Gummer, estuvo y sigue estando muy involucrado (en la familia). Él es un poco más relajado cuando se trata de criar hijos. Yo soy más una mamá tigre”.

Meryl Streep.
La actriz Meryl Streep recibe el Premio Princesa de Asturias.
Foto: AFP

Vivir otras vidas.

La protagonista de grandes clásicos reconoció que le han criticado por alejarse demasiado de su propia verdad e identidad, tras lo que aseguró que su trabajo consiste en “invadir y encarnar vidas” que no son como la tuya. En este sentido, comentó que la parte más importante de un actor es hacer que cada vida “sea accesible y sentida por el público que está sentado en un pequeño teatro de Málaga (España) o por ‘streaming’ en cualquier parte del mundo”.

“Una regla que se enseña en las escuelas de arte dramático es que no debes juzgar al personaje que estás interpretando. El compromiso que adquieres cuando te pones en su lugar es mirar el mundo desde el interior de su cabeza”, dijo la actriz en su discurso durante la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias.

Streep subrayó que, cuando nacemos, “nos identificamos con los demás, sentimos empatía y una humanidad compartida pavorosa”, pero, a medida que crecemos, “nos ponemos a reprimir esos sentimientos” y a “suplantarlos a favor de la autoprotección o de una ideología” y a “desconfiar de los motivos de los demás, que no son como nosotros”.

Entre los ocho estadounidenses ganadores del Princesa de Asturias desde su creación en 1981, aparecen Woody Allen, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Bob Dylan y John Williams; ella es la segunda mujer después de la soprano Barbara Hendricks y la primera actriz de esa nacionalidad en ganarlo. (Con información de La Nación y EFE)

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