Miss Universo desde dentro: cómo lo ven las participantes uruguayas

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Carla Romero

CERTÁMENES

La actual Miss Uruguay y dos de años anteriores cuentan sus perspectivas sobre el certamen, cómo vivieron la preparación y en qué están hoy en día.

Carla Romero era una niña cuando empezó a interesarse por los certámenes de Miss Universo. “Los miraba todos los años”, contó. Ahora, con 24 años, logró ser elegida como Miss Uruguay para viajar el próximo mes de enero a competir en Nueva Orleans, Estados Unidos, por el título de Miss Universo. Veamos cómo está siendo su experiencia y cómo ha sido la de Bianca Sánchez y Lola de los Santos, las Miss Uruguay de 2015 y 2020, respectivamente.

El camino.

Luego de terminar el liceo, Carla decidió dedicarse cien por ciento a su carrera, así que lo de Miss Universo quedó en un segundo plano. Pero una vez recibida como licenciada en administración de empresas, se dijo: ‘Quiero hacer algo que me guste, algo más como hobby’.

El destino -o el algoritmo de las redes sociales- respondió al llamado: “Un día, en Instagram me saltó el anuncio del llamado para el certamen de Miss Mundo que organiza Miss Uruguay y después de pensarlo durante una semana dije: ‘Me presento, no pierdo nada’”. Sobre finales de marzo le confirmaron que pasaba al casting presencial.

Pronto quedó en la competencia, la cual tuvo lugar entre abril y julio. “La idea era conquistar al público con nuestro proyecto social”, expresó Carla. El suyo fue sobre salud mental: “Sufrí ansiedad y tuve ataques de pánico, entonces me pareció un tema interesante para darle visibilidad”. Se contactó con profesionales y los invitó a dar charlas y apoyo en sus redes sociales. “La gente me agradecía por poner el tema sobre la mesa”, aseguró.

En la semifinal, las concursantes debieron desfilar en varias pasadas: bikini, top model (al estilo de las pasarelas de Nueva York o París) y gala. Por último, la final incluía una entrevista con el jurado donde cada una mostraba sus ideas y su personalidad, y desfiles en traje de baño y de gala. Hubo dos ganadoras: una para Miss Mundo, con sede en Gran Bretaña, y otra para Miss Universo, con sede en Estados Unidos. Esta última fue Carla.

Experiencias.

Hubo muchas chicas que antecedieron a Carla, y una de ellas es Bianca Sánchez. Cuando ella nació, las primeras palabras que la partera le dijo a su madre fueron: “Esta niña va a ser modelo”. Dicho y hecho. De chica le gustaba mucho mirar los certámenes y a los 16 años empezó a estudiar modelaje.

En 2015, luego de terminar el liceo, fue seleccionada para representar a Uruguay en Miss Universo. La competencia fue alrededor del mes de diciembre en Las Vegas. Era el primer certamen en el que participaba. Tuvo clases de baile y también se preparó con un entrenador personal, y después la organización de Uruguay la llevó a prepararse en México. Allí la acompañaron profesores de pasarela, maquillaje y oratoria. No logró clasificar en el concurso, pero ganó algo más importante: “Cambió mi vida, porque conocí México y lo terminé tomando como mi segunda casa”. Vivió allí durante ocho años.

Cinco años después que Bianca, le tocó a Lola de los Santos representar al país en Miss Universo, que se celebró en Miami. Sin embargo, su amor por los certámenes había comenzado mucho antes. Tenía 15 años cuando compitió por primera vez por el título de Reina de la Semana de la Cerveza en Paysandú, su ciudad natal, concurso en el que volvió a participar dos veces más. También fue a certámenes nacionales en diferentes departamentos del país y viajó a concursos en Hungría, Perú y Ecuador.

Al igual que Bianca, la preparación para Miss Universo incluyó clases de oratoria, pasarela, inglés y postura escénica. Al mismo tiempo, estaba terminando sus estudios en recursos humanos y trabajando en un centro de salud como administrativa. “Tenía que cumplir con el trabajo, las clases y entrevistas, pero lo pude hacer”, recordó. Si bien Uruguay no clasificó, Lola sostuvo que disfrutó de representar a Uruguay y hoy en día le gusta ser una referente para las chicas que están transitando ese camino.

Bianca Sánchez
Bianca Sánchez.

La belleza.

Participar en estos certámenes implica recibir comentarios positivos y negativos. “A mucha gente le encanta opinar sobre el físico de los demás o reírse de algo que dijo una concursante”, señaló Bianca. Cuando ella fue elegida Miss Uruguay, hubo gente que la apoyó y gente que no y la primera semana la pasó “muy mal”. Su padre le dijo que, si iba a vivirlo de esa manera, entregara la corona, porque no valía la pena. “Ahí me di cuenta de que no tenía que escuchar las críticas que no eran constructivas”, relató.

En el año que Bianca concursó, el jurado se fijaba únicamente en la belleza física, pero a partir de la siguiente edición se empezó a adoptar el concepto de ‘belleza integral’. Según Carla, “la magia de estos concursos está en que la mujer dejó de exponerse como un objeto perfecto y cada una tiene que sacar lo mejor de sí tanto exterior como interiormente”. Para ella, ya no se trata de ver qué tan lindas se ven en la pasarela, sino de “mostrar que podemos ser bellas y también líderes de nuestra vida y nuestros proyectos”.

Asimismo, sostuvo: “Un mito común es que las que participamos somos tontas. Pero soy una mujer preparada, estudié, tengo mi propio trabajo, no soy tonta y estoy en un concurso de belleza”.

Lola de los Santos
Lola de los Santos.

Presente.

En este momento, Carla está preparándose para el certamen de Miss Universo que se realizará en enero con el objetivo de llevar a Uruguay a la clasificación. La última vez que eso sucedió fue en 1985, cuando Andrea Beatriz López Silva quedó en el top 5.

Por su parte, Bianca tiene 26 años, está en Uruguay desde diciembre del año pasado y estudia para ser entrenadora personal. “Los certámenes son una etapa ya cumplida”, sostuvo. Y añadió que le encantaría ayudar a próximas concursantes.

En cuanto a Lola, tiene 25 años, es modelo publicitaria, está en programas de televisión y da clases en una escuela de modelos. Tenía planificada su despedida de los certámenes participando en uno a nivel nacional, pero prefirió dedicar este año al trabajo y apoyar a otras chicas que quieran concursar.

La preparación y el vínculo con las demás concursantes.

Actualmente, la preparación de Carla Romero incluye clases de pasarela, oratoria e inglés. Con respecto al idioma, señaló que, si bien hay traductores disponibles en el concurso, “el inglés es una ventaja a la hora de relacionarte con las otras chicas”. Para ella, lo más difícil de la preparación es “aprender a no compararse con las demás”. “Siempre va a haber alguien mejor que vos en algo y es un proceso aceptar eso y reconocer que cada uno tiene sus propias fortalezas”, afirmó.

A su vez, destacó la importancia de “mantener la humildad y seguir siendo uno mismo”. En este sentido, dijo: “No sos una estrella por ir al Miss Universo, seguís siendo una persona normal que tiene que tener cercanía con la gente. Los uruguayos nos caracterizamos por tener mucha calidez y es importante reflejar eso acá y también en el internacional”.

Tanto Carla como Bianca Sánchez y Lola de los Santos han notado que el ambiente del certamen es de compañerismo y hermandad. “No sucede nada de eso que hablan de que se rompen los vestidos o se roban cosas, al contrario, éramos todas súper unidas”, subrayó Bianca.

De hecho, Carla comentó que hay un grupo de WhatsApp donde están todas las candidatas a obtener el próximo título de Miss Universo y hablan “casi todos los días”. Aún quedan países por sumarse que no han elegido a sus representantes, pero por ahora son más de 50 participantes en el grupo.

Para Lola, otro aspecto destacable de la competencia es “el amor de los fans”. Ella recibió mucho cariño a través de sus redes sociales por parte de personas de todo el mundo e incluso cuando andaba por los pasillos del hotel había fanáticos que la saludaban y alentaban por Uruguay. “Fue súper emocionante y hasta hoy en día me acuerdo de ese sentimiento”, dijo.

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