EL PERSONAJE

Mónica Farro confirma su vuelta al Bailando, confiesa que fue infiel y cómo se lleva con el paso del tiempo

La vedette cruzó el charco hace 15 años y se mantiene vigente. Está feliz con su presente y su nombre suena con fuerza: vuelve al reality de Tinelli después de 12 años y estrenó una obra con Cherutti.

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Mónica Farro vuelve a ser figura del Bailando 2023 después de 12 años sin estar en la pista de Tinelli.
Mónica Farro vuelve a ser figura del Bailando 2023 después de 12 años sin estar en la pista de Tinelli.
Foto: Cristian Rivero.

Hace 15 años que Mónica Farro (47) cruzó el charco y lo hizo con bastante inconsciencia sobre su futuro. Vivía cómoda en Uruguay: estaba casada con el futbolista Quique Ferraro, tenía un hijo adolescente y ya trabajaba en televisión. Irrumpió de la mano de Gerardo Sofovich, a quien dice deberle esta década y media en la vecina orilla, y nunca le faltó trabajo. Sin embargo, a la distancia, duda si triunfar en Argentina era su sueño, aunque reconoce que su vida dio un giro: logró vivir del teatro, ganó fama y algunos escándalos.

“No sé si era mi sueño venirme a Argentina, yo estaba muy tranquila en Uruguay, hacía lo que me gustaba. Obviamente dar el salto era crecer a un nivel distinto, entonces esto me hizo ver un mundo diferente y vivir del teatro, pero no lo tenía pensado”, asegura Farro en diálogo telefónico con Domingo. Y si bien reconoce que el ambiente farandulero en Argentina “es hostil”, no pagó derecho de piso. “Vine de la mano del mejor, jugando de 9 a un equipo espectacular, no a probar suerte. Vine con un lugar y un nombre y ahí me mantuve”, afirma.

Hoy está más en el candelero que nunca. No se queda quieta y un día antes de esta nota y de estrenar en calle Corrientes Tango y Burlesque, junto a Miguel Ángel Cherutti, tuvo un ataque de llanto por el agotamiento físico y mental. Es que, según dice, no tiene tiempo ni de sentarse a comer, al punto que la charla con Domingo sucede a la medianoche, mientras ultima aprontes para la obra.

También volverá al Bailando después de 12 años y tras 10 días de negociación con la producción. “Estoy muy entusiasmada. El último año lo viví muy mal, no lo pude disfrutar. Ahora tengo otra cabeza y estoy más madura”, apunta, y se refiere a la etapa en que fue pareja del productor ‘Negrito’ Luengo.

Ha sido noticia, además, por la pelea con More Rial: Farro fue una de las tres víctimas de un robo en los camarines de LAM, se rumoreó que la hija de Jorge Rial era la culpable, esta la trató de prostituta y Farro decidió llevarla a la Justicia. “Hoy ya no permito esas agresiones: tengo un hijo, un hijastro chico, mi mamá, mi marido y te dejan muy mal parada. No tengo por qué permitir que la gente cuando busque ‘Mónica Farro’ le salga que soy prostituta. Yo soy artista”, se defiende. Y revela que ya ganó tres juicios por asuntos similares: a Sol Pérez, a Pamela Sosa y a Rocío Marengo.

No es una santa

Marcelo Tinelli y Mónica Farro en el Bailando

Esta pisciana nació en el barrio Sayago, fue a la escuela N°52 y al liceo N°23. De pequeña le gustaba usar tacos altos y con 3 años hacía berrinches si no le ponían la ropa que quería. Eran tales las pataletas que su madre le consultó a la pediatra si esas reacciones eran normales y la médica le contestó: ‘Sí, va a tener carácter, déjela’. Y así fue.

A los 6 años empezó ballet, con 9 competía en patinaje artístico. También se destacó en atletismo y viajó representando a Defensor Sporting. A los 14 años se recibió de modelo profesional y participó de diversos comerciales.

“Siempre estuve muy expuesta y juzgada por el público y eso siempre me gustó mucho”, reconoce Farro.

Se casó muy joven, con 17 años, y enseguida nació su hijo Diego. En el medio hizo secretariado comercial. Luego empezó a viajar para acompañar a su marido. Vivieron en Chile y Ecuador, donde dio clases de gimnasia en un canal y trabajó para marcas.

En el 2000 volvió a Uruguay y le propusieron sumarse a El show del mediodía. Después aparecieron ofertas para hacer teatro y pasó por todos los canales. “Con Leo Rosenwasser, en Noche y pico, por Canal 4, fui una de las primeras que se puso un hot jean y salió a caminar por 18 de Julio para las cámaras ocultas”, recuerda Farro.

Ganó Miss Playboy TV Latinoamérica 2004. El certamen se hizo en el Conrad y ahí la vio Sofovich. Con Playboy recorrió América, España y Portugal y participó de tres realities entre 2005 y 2007.

-¿Te dijo Gerardo Sofovich qué le deslumbró de vos?
-A él ya le habían hablado mucho de mí pero en ese momento estaba trabajando con otra uruguaya que no voy a nombrar (da las iniciales: C.F) y aparentemente no llegaba la reunión por eso. Un día ella se pelea con Gerardo, se va o la echan, no sé, y me llama a mí.

Cruzó el charco a fines de 2007 con un contrato por seis meses para hacer No somos santas, y aunque Sofovich bajó la obra antes de tiempo porque se peleó con Nazarena Vélez, le dijo, ‘quedate tranquila que vas a seguir trabajando conmigo’. En 2008 la llamaron para el Bailando, después hizo temporada con Sofovich y Flor de la V en Carlos Paz y así se fue quedando.

Los primeros años, cuenta, solo salía del apartamento para trabajar: la locura mediática era mucha y tenía asistentes que hacían todo por ella. “Salías a la calle y la gente te agarraba de los pelos para tener una foto. Hoy con las redes sociales todo cambió, pero antes nos iban a ver al teatro, salías y estabas una hora haciendo fotos con la gente”, repasa.

Farro dice que en Argentina la vida corre demasiado rápido y tuvo que acostumbrarse al vértigo. Venía de un país donde no existen los programas de chimentos y a nadie se le ocurre perseguir a los famosos, pero allá es otro cantar: la agarraron in fraganti y le costó un divorcio. “Engañé a mi marido en la temporada 2009 con un productor, Intrusos me hizo unas fotos en un boliche donde nos estábamos besando, las sacaron al aire y me divorcié. Hacía dos años que vivíamos separados e iba a terminar pasando. Después me fueron muy infiel a mí y los romances de mi entonces novio (‘Negrito’ Luengo) salían en todos los programas porque yo estaba en el Bailando”, revela quien nunca necesitó inventar escándalos para figurar.

En el divorcio cedió la casa y el auto y entendió que su lugar era Argentina porque allá también tenía trabajo. Si bien no pensó en volver, todos esos años anheló que su hijo se mudara con ella. “Necesitaba que estuviera conmigo porque era lo que más me importaba en la vida. Él en el divorcio no eligió ni a su padre ni a su madre, eligió quedarse en su país”, confiesa. Hoy su sueño de tenerlo cerca se cumplió: “No lo traje yo pero lo pudo traer la novia”, acota.

Sex symbol

Trabajó para Playboy, hoy está en Divas TV, sigue subiéndose al escenario a bailar sin medias y comparte fotos con poca ropa en sus redes. “Si la vida me deja seguir mostrando yo me voy a seguir mostrando”, asegura quien nunca se sintió una mujer objeto. “Trabajé con los mejores capocómicos (Corona, Tristán, Santiago Bal) y nunca tuve el papel de tontita, capaz que por eso nunca me sentí cosificada, porque tengo una personalidad de ir al frente, más guerrera”, lanza.

Reconoce que el cuerpo ha sido un 100% en su carrera, aunque asegura que para brillar la inteligencia es clave. “Lamentablemente muchas veces todo pasa por el físico y después viene lo otro”, dice. Y añade: “Siempre me sentí muy sexy y fui muy segura. Y si fui insegura no lo mostré, porque todos tenemos ciertas inseguridades, pero cuando salgo a lo mío soy muy segura, por eso me podés parar a quien quieras al lado que yo sé quién soy”.

Cuenta, además, que recibió “millones de propuestas indecentes” y todas desde Uruguay. Aclara que nunca directas, sino a través de terceros y que le han hecho llegar cheques en blanco. Nunca aceptó porque estuvo casada desde los 17 hasta hoy. “Solo un año de mi vida estuve soltera, y me divertí muchísimo, pero si hubiera estado soltera tendría siete pisos. Nunca acepté por respeto a la persona que tengo al lado”, confiesa.

Mucha gente le ha dicho -incluido su marido- que está mejor que hace unos años y aun así el paso del tiempo “está siendo un tema” para Farro. A su buena genética la ayuda que entrena todos los días, come sano y no consume alcohol ni sal. “Tengo la edad que tengo y estoy bien. Por más que quiera ser diferente, en algún momento voy a tener 60 y no voy a estar como ahora o como estuve antes y trato de aceptarlo. Iré mostrando menos, o lo que crea que está bueno mostrar, o haré más comedia o una conducción. No voy a ponerme un conchero toda la vida”, concluye.

-¿Alguna vez pensás dónde estarías si te hubieras quedado en Uruguay?
-Muchas veces pensé qué estaría haciendo en Uruguay: ¿seguiría casada?, ¿me hubiera divorciado igual?, ¿tendría mi propio programa?, ¿seguiría en esto? Estoy feliz con mi presente y anhelando un futuro hermoso. Estoy donde quiero estar: siendo figura en el teatro, ahora en el Bailando. Me siento muy querida por el ambiente y por las mujeres. La mujer nunca me vio como una competencia. Recibo mucho cariño y soy simpática, me saco fotos y saludo porque el artista es artista gracias al público. Entonces siempre tengo mi tiempo para el público.

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