Montevideo Rowing: un club con 150 años de historia que sigue remando para mantenerse a flote

Es la institución deportiva más antigua del país junto al Montevideo Cricket. Al margen de su trayectoria en el mundo del remo, fue protagonista del primer partido de fútbol. Hoy aguarda una indemnización para mudar su sede a Capurro.

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El club atesora innumerables galardones, junto con una historia que tiene que ver con los inicios del deporte competitivo.
Leo Mainé.

Este 2024, el Montevideo Rowing celebra 150 años de existencia, lo que lo coloca como el club más antiguo del país, junto al Montevideo Cricket. Su derrotero histórico ha sido increíble: al margen de su actuación en el mundo del remo, fue protagonista del primer partido de fútbol que se jugó en el Uruguay en 1881. Y lo sigue siendo: desde hace años, esta institución pionera se encuentra “aislada” entre las obras del Ferrocarril Central y la rambla portuaria, aguardando una indemnización para poder mudarse a una nueva sede en Capurro.

En la década de 1870, los montevideanos no eran grandes deportistas. Jugaban a la pelota vasca por la herencia española que permeó en la sociedad local, pero no mucho más que eso. Incluso el fútbol, hoy el deporte rey, era una actividad marginal. También había algún entretenimiento ecuestre (sumado a las corridas de toros y a las riñas de gallos, que no eran deportes), hasta que hacia fines de 1873 llegó un británico que removió las actividades populares.

Según la historia oficial del Montevideo Rowing Club, este migrante, de nombre Frank H. Chevalier Boutell, empleado de la flamante Compañía inglesa de Ferrocarriles, trajo al país el primer cutter, es decir, un “afilado” bote de carrera. Ya en ese entonces, las competiciones de remo se realizaban, como hoy, en delgadas embarcaciones con forma de cuchillo, que “cortaban” el agua a una velocidad mucho mayor que cualquier otra. Y que, justamente por su escasa manga, requerían entrenamiento y un buen estado físico para poder gobernarlas.

“El primer partido en la historia del fútbol uruguayo fue entre el Rowing y el Cricket, en 1881. Recién en 1891 se fundó el primer club oficial dedicado a este deporte, el Albion. Por eso, la historia del fútbol se puede decir que empezó con estas dos instituciones inglesas”, comenta a Domingo Jorge Douglas, socio histórico y dirigente del Montevideo Rowing Club. “Cuando se funda la institución había una predominancia de los ingleses que vinieron a hacer el ferrocarril y otras obras que se construyeron en aquel período”, agrega.

Era tal el entusiasmo que tenía Chevalier Boutell (quien además del cutter trajo el primer sliding seat, o sea el carrito rodante sobre el cual se sienta el remero y que lo impulsa hacia atrás y adelante al compás de la remada) que promovió un cónclave para organizar las primeras regatas. Pero, además, él y su hermano Arthur, junto a un puñado de uruguayos contagiados por estos pioneros, se propusieron darle vida a un club deportivo. “El Montevideo Rowing se fundó en el Hotel Central de Montevideo; su Asamblea Preliminar constitutiva fue el 8 de mayo de 1874. Sus fundadores fueron 48 y se nombró como presidente de esa asamblea a Samuel Alejandro Lafone, quien era hijo de un importante dueño de saladeros”, comenta Douglas.

Y agrega: “El 27 de mayo se celebró la primera Asamblea General para elegir autoridades y se eligió la primera Comisión Directiva. Fue designado como presidente honorario José Ellauri, quien entonces era presidente de la República”. El acta fundacional, junto con la pluma con la que se rubricó el documento, se encuentran hoy exhibidas en la sede del club.

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El acta fundacional se exhibe en la sede de la Rambla Sudamérica, junto con la pluma que se utilizó para firmarla.
Leo Mainé

Expansión del deporte

El 8 de diciembre de 1875, los hermanos Chevalier Boutell (junto a G.B Ellis de timonel) conquistaron el primer trofeo internacional para el deporte uruguayo al ganar una regata en la bahía de Montevideo, donde el club tenía su sede. En mayo del año siguiente se disputaron nuevas competencias internacionales, derrotando al Buenos Aires Rowing Club.

“El Buenos Aires Rowing Club se había fundado cinco meses antes que el nuestro, en diciembre 1873, en la zona de Tigre. Muchos años después, en 1888, asociados del Montevideo Rowing Club que estaban disconformes (porque para ser de la Comisión Directiva había que ser británico y las actas se hacían en inglés), fundaron el Club Nacional de Regatas. Se trata del primer club de criollos que se formó en Uruguay con alcance a todo el país, siendo incluso anterior al Club Nacional de Football”, anota Douglas.

El 20 de diciembre de 1922 se fundó el Club Alemán de Remo con algunos socios del Rowing que pertenecían a la colectividad germana, aunque para entonces el deporte ya se había difundido bastante con la apertura de otras instituciones similares en Paysandú (1901) y Salto (1916).

Y la historia siguió: en 1923 abrió el Club Colonia Rowing; en 1925, el Club de Remeros Mercedes; en 1926, el Carmelo Rowing Club, y en 1936, el Club Remeros de Fray Bentos.

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Jorge Douglas, socio histórico de la institución. Además de remero, fue basquetbolista profesional.

Las sedes en Montevideo

Las primeras sedes que tuvo el Montevideo Rowing Club funcionaron en galpones e instalaciones portuarias, por lo cual sus remeros siempre contaron con un acceso directo a la bahía. “La primera de 1874 estuvo en la Barraca Elliot. Un año más tarde se mudó a la Barraca Fynn y en 1884 lo hizo a la Barraca Jackson, para luego volver a la Fynn”, anota Douglas.

En 1908 se trasladó al Espigón F del puerto, hasta que pudo levantar su sede social propia, una obra del arquitecto Mauricio Cravotto (quien también hizo el Rambla Hotel y el Palacio Municipal de Montevideo), a la que se mudó en 1928. Este pintoresco edificio, ubicado en la calle Río Branco, es monumento histórico nacional y hoy se encuentra ocupado por oficinas.

En 1999, el club se mudó a su actual emplazamiento en la Rambla Sudamérica. Y, desde hace tiempo, por las obras del tren de UPM y la futura línea de pasajeros, aguarda una indemnización para construir su nueva sede en Capurro, en un terreno cedido por el Ministerio de Obras Públicas. Mientras esto ocurre, con los tiempos burocráticos del Estado, se sustenta básicamente con su gimnasio y el alquiler de su cancha de fútbol de salón.

El Montevideo Rowing Club está hoy aislado, lejos del agua y del brillo que supo tener en la historia del deporte nacional. Aunque pese a las dificultades, mantiene su fulgor: en los Juegos Panamericanos de Chile 2023, Eric Seawright y Martín Zócalo sumaron cinco medallas (una de ellas de oro) para Uruguay. Bruno Cetraro, tal vez el mejor remero del país, también se inició en la escuela del Montevideo Rowing Club.

Un sello postal por el aniversario

En mayo de este año, con un acto realizado en la Secretaría Nacional del Deporte, el Correo Uruguayo lanzó un sello conmemorativo por los 150 años del Montevideo Rowing Club.

El secretario nacional del Deporte, Sebastián Bauzá, destacó que el club “está en la historia del deporte uruguayo”. Y agregó que “cuenta con apellidos muy importantes para el remo, que han conseguido medallas olímpicas en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, Londres y Helsinki, como los Douglas, los Risso y los Seijas”. Bauzá también recordó a los deportistas del Montevideo Rowing que consiguieron el año pasado medallas en los Juegos Panamericanos.

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Sello conmemorativo por los 150 años.

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