En el primer capítulo de Ni una más, una joven de 17 años llega hasta las puertas del instituto secundario donde estudia, despliega una pancarta, se las arregla sola para colgarla y se para debajo de ella esperando la reacción. En unos minutos sonará el timbre del “insti” y todos la verán. “Cuidado, ahí dentro se esconde un violador”, reza el cartel que será el punto de partida para la serie española de ocho capítulos que se estrenó a fines de mayo en Netflix y que tiene a Nicole Wallace (22 años) como protagonista.
La joven actriz no es nueva en esto de interpretar personajes adolescentes que calan hondo. Ya se la vio en la versión española de la serie noruega Skam, sobre las vivencias de un grupo de adolescentes, o en el drama romántico Culpa mía, su primer protagónico en cine. En ambos casos hay mucho de historia juvenil; no es el aspecto que más destaca en Ni una más según Nicole.
“Esto no es una serie de adolescentes”, remarca en entrevista con Vogue de España. “Habla de cosas que afectan a todo el mundo. Da igual la edad, da igual el momento en el que estés y da igual el personaje con el que te puedas identificar, ya sea los padres, las chicas, los chicos o con el perro si hace falta”, se explaya.
Y es así. Ni una más parte de un caso de abuso sexual cuyo culpable se desconoce y ese es el gancho para mantener en vilo a la audiencia hasta el último episodio, pero también se ocupa de temas como el amor y la amistad, el uso excesivo de las redes sociales, las drogas, el suicidio, la salud mental… Temas fuertes que llevaron a escenas fuertes aunque no todas le tocaran a ella.
“He sufrido alguna que otra escena, pero se lleva con mucho cariño de todo el equipo, muy bien cuidada y sintiéndome muy libre de jugar”, contaba a Vogue. En tal sentido también destacaba lo mucho que han cambiado los rodajes y lo contaba con conocimiento de causa porque lleva haciendo castings desde los 14 años.
“Hace un tiempo hice un casting donde tuve que hacer la misma escena con varios chicos y con todos tenía un beso. Todos me pidieron permiso para besarme y me preguntaron si estaba cómoda. Fue la primera vez que me pasó y es algo que debería ser así. Fue muy guay. Voy conociendo a gente y hablando y me doy cuenta de que sí hay microcambios de micromachismos”, señalaba quien se muestra abiertamente feminista en sus redes.
Su camino
La actuación no fue lo primero que atrajo a Nicole dentro del mundo del arte. Comenzó por el lado de la música, tomando clases de piano con 5 años y luego de violonchelo y viola. Eso hizo que la inscribieran en un centro que era conservatorio y escuela a la vez.
Pero la cosa no iba por ahí. Entonces quiso bailar e hizo todo lo posible para entrar a una escuela de danza. Pero el bichito de la actuación andaba rondando en su casa porque su hermana Chloé, ocho años mayor que ella, buscaba ser actriz (terminó siendo fotógrafa). Nicole también probó, pero siendo menor de 16 años solo recibió rechazos. Hasta que llegó Skam.
Y entonces el nombre Nicole Wallace comenzó a sonar fuerte. Aclaremos que no es un nombre artístico, ese apellido le viene de su padre estadounidense. Su madre sí es española y ella nació en Madrid. Nicole sostiene que la doble cultura la ayudó a ser “abierta de mente”. “Creo que el haber crecido viajando desde que nací, para ir a ver a mis abuelos a Estados Unidos, saber que existe un país y un continente completamente diferente al mío… tenerlo como algo obvio, ha hecho más fácil que empatizara tanto con la gente. Me ha hecho querer viajar y conocer nuevas culturas, sitios y personas”, declaró a El Español.
Reconoce que en su elección de ser actriz influyó que tanto su padre como su hermana fueran fotógrafos. “He tenido una cámara, la de mi padre, siempre en mi cara y luego dos, cuando mi hermana se hizo mayor y también cogió una. Estar delante de la cámara es donde me siento más cómoda. Un hermano pequeño hace lo que hace la persona a la que admira, en mi caso, mi hermana”, dijo una actriz cuyo rostro y gestualidad es lo que más elogian quienes hoy se pelean por tenerla en sus productos, incluyendo importantes marcas de moda.
Igual admite que le costó darse cuenta de que quería actuar, más bien se define “actriz por accidente”, pero no se arrepiente ni cierra las puertas a volver a incursionar en su faceta musical.
“Tengo un video de cuando era pequeña. Se ve a mi padre riéndose de mí porque tengo la cara llena de chocolate y preguntando: ‘Tú vas a ser una actriz muy grande cuando seas mayor, ¿verdad? En las películas o en la tele. Yo le grito: ‘¡En películas!’ En el fondo creo que lo tenía tan claro que ni siquiera lo expresaba”, recordaba a modo de anécdota.
Cuenta que le gusta practicar yoga, encontrarse con amigos y leer. “Me definiría como una persona muy empática, inteligente emocionalmente, conectada consigo misma. También trabajadora y responsable. Además de divertida”, se definía en nota con El Español.
Si tiene que hablar del hoy, los proyectos le llueven y ella hasta se imagina produciendo. Comenta que le gustaría mucho hacer de villana o de loca, pero que el papel de sus sueños es la princesa Rapunzel. Y le encantaría trabajar con su hermana o ser dirigida por Greta Gerwig (Barbie), con quien se cruzó en el Festival de Cannes y casi infarta.
Finalmente resume todo en una frase: “Soy muy de por donde me lleve el universo, allí tengo que ir”.
Alma: Una chica rebelde que amó interpretar
“La admiro mucho. Ha sido un regalo poder vivir en ella y crearla, me ha enseñado un montón de cosas”, señaló a El Español, Nicole Wallace sobre Alma, el personaje que interpreta en Ni una más.
Incluso se sintió muy identificada con ella. “Creo que Alma soy yo cuando tenía esa edad, también era un poco rebelde (...) Luego te vas haciendo mayor y te vuelves más responsable. Este lado tan impulsivo desaparece un poco. Me ha dado más cosas Alma, que yo a ella”, admitió.
Entre las cosas que destacó de la serie en general, es el abordaje que se le da a temas tan difíciles como la igualdad o la salud mental, y advirtió sobre la tendencia a normalizarlos entre los jóvenes de su generación. “Deberíamos dejar de normalizar, simplemente informar o enseñar para que la gente vea y sepa lo que está pasando. Mi generación está muy puesta a nivel de salud mental. La mayoría de mis amigos va a terapia”, contó.
En lo que refiere a seguir encarnando personajes de adolescente a pesar de haber cruzado la barrera de los 20 años, la actriz comentó: “No tengo mayor interés en dejar la adolescencia atrás. Siendo una mujer sucede que cuando cumples 30 en la industria, esta se vuelve tres veces más complicada y desapareces un poco. Así que cuanto más pueda hacer de adolescente, mejor. Ya llegará el momento en el que no me sienta y no pueda”.