ARTE
Este Arte prepara una nueva edición en Punta Del Este del 4 al 8 de enero, y Revista Domingo conversó con su alma mater, la gestora Laura Bardier.
"He aprendido a que siempre surgen imprevistos”, dice Laura Bardier sobre Este Arte, la feria de arte que desde hace seis años se lleva a cabo bajo su dirección en Punta del Este. Desde el comienzo hasta el presente, Bardier ha visto cómo su proyecto ha ido creciendo paulatinamente, como una duna en alguna de las tantas playas de Punta del Este.
Pero no es la única enseñanza que le ha dejado Este Arte. También, agrega, ha aprendido a lidiar mejor con los imprevistos. Sin embargo, la enseñanza más importante, afirma, es que su idea dio frutos. “El año pasado, el 100% de las galerías que participaron en la feria hicieron ventas. Ese no es un dato menor. Ninguna feria de arte del planeta tiene esas cifras. Es realmente excepcional. Y eso quiere decir que lo que estamos haciendo, lo estamos haciendo bien”, comenta.
En parte, ese éxito se debe a la voluntad de analizar y evaluar qué estuvo bien y qué no cuando concluye la feria, y qué se puede hacer mejor para el año próximo. “Cuando empezamos, no había un sistema realmente formal en las artes visuales. Y hoy sí. Hay galerías de arte uruguayas que no existían antes de Este Arte, que participan de ferias en Estados Unidos y varios países de América Latina. Y hay artistas uruguayos que son representados por galerías internacionales que trajimos nosotros, y que conocieron a esos artistas acá, en Uruguay. Esos artistas no tuvieron que viajar a Suiza o Alemania para entrar en contacto con esas galerías, que hoy los representan. Entonces, también aprendimos que es posible. Hubo gente que nos dijo, cuando empezamos, que sería muy complicado. Pero funcionó. Si uno trabaja con constancia, teniendo claras las realidades -la situación del país y su mercado de arte-, pero también teniendo ambición, se puede”.
Esa evolución también se ha constatado en la capacidad de convocatoria: de unas 1.500 personas años del debut, a unas 7.000 el año pasado.
Este año, la feria tiene varios objetivos. “Uno de los principales es volver a lograr que todas las galerías realicen ventas. Por otra parte, queremos hacer conocidas a aquellas galerías que aún no tienen tanto renombre. En cierta manera, se trata de informar al público, a darle opciones, tanto para aquel público que quiere comprar arte como un hobby, como aquel que tiene otras aspiraciones respecto al arte”, dice Bardier.
Sin embargo, no solo se trata de posicionar a las galerías, sino también a los artistas. “Intento anticipar los artistas y las corrientes que puedan a llegar a ser importantes, que pueden llegar a tener futuro”.
Los preferidos de Bardier
El año pasado, Laura Bardier fue jurado del Premio Paul Cézanne, junto al director del Museo Nacional de Artes Visuales Enrique Aguerre y al artista Pablo Uribe (a quien retratamos en Revista Domingo el 2 de diciembre de 2018), entre otros.
Ahí resultaron ganadores dos artistas a quienes Bardier considera tener futuro: Valentina Cardellino y Sebastián Santana.
Pero por correo electrónico desde Nueva York, también menciona a otros artistas uruguayos que en su consideración son nombres a seguir. “No es ningún secreto que me encanta lo que hace Rita Fischer (de la que la galería Xippas presentará la muestra Vislumbrar extático a partir del 27 de noviembre). Pero también me gusta mucho lo que hacen Julia Castagno, Juan Manuel Rodríguez, Juanito Conte, Guillermo García Cruz...”.
¿En qué se basa para hacer sus evaluaciones? “Es una combinación. Una cosa es el compromiso. Cuando ves esa gente que no puede ser otra cosa sino artista, eso ya es un buen inicio. Luego, obviamente, la obra: una visión propia y auténtica”.
Para la alma mater de Este Arte, lo importante es aprender a trabajar a partir de las limitaciones. “Nos preguntamos qué ventajas tendría hacer una feria de arte en un país con un mercado chico. Y la respuesta es: la cercanía. Esta escala, más pequeña que en otros países, permite que uno pueda estar más cerca de quienes participan de la feria”.
En otras palabras: las distancias entre galería, feria y artista son tanto más cortas que en otros casos, que eso le permite a Bardier un abordaje personalizado y directo con sus interlocutores. Pero Bardier no le llama “pequeña”, “chica” o “menor” a esa escala. Ella emplea el término “humana” para referirse a la capacidad de hacerle sentir al otro que lo que se le está brindando es una atención mayor. Es la contracara positiva, dice ella, de la actitud que mencionaba antes: la de señalar las complicaciones y hacer hincapié en las limitaciones que existen. “Te permite establecer diálogos cercanos, hablar de uno a uno... Todo eso me da Uruguay”, comenta.
Bardier cuenta con un grupo de cinco personas, todas mujeres, como núcleo central para la realización de la feria, que trabajan con ella durante todo el año. Luego a medida que se acercan las fechas de la feria, el equipo va creciendo hasta abarcar a, aproximadamente, un centenar de personas. Al trabajo de toda esa gente hay que sumarle el realizado por cada una de las galerías que participan, que este año serán 30. “Una o dos personas por galería, más aquellos ”, añade la directora de la feria.
Todo ese trabajo insume, claro, mucho dinero. Pero Bardier señala que las inversiones que cada uno de los actores que participan en la producción y realización de la feria, es recuperada. “Hablo mucho con distintos directores de ferias de arte internacionales, y si ponemos como ejemplo a Art Basel, la más importante del mundo, tuvo pérdidas varios años. Por otra parte, esa feria es propiedad de la ciudad de Basilea. Es como si Este Arte fuera de Punta del Este”, dice para ilustrar que una ciudad —en teoría— tiene un margen mayor que un emprendimiento comparativamente más pequeño y privado, para soportar eventuales pérdidas en sus apuestas.
Bardier depende tanto del apoyo público como del privado. En cuanto al primero, dice que, a excepción del MEC, este ha sido “aleatorio”. En cuanto al segundo, ha ido creciendo. “Es cada vez mayor. Al principio no era mucho, porque Este Arte no era un evento conocido. A veces hay que... no digo pagar derecho de piso, pero sí demostrar que lo que uno hace tiene consistencia, hacerse conocer. Hay tantas cosas que se hacen que van y vienen, que es comprensible que un auspiciante quiera ver la viabilidad y la seriedad antes de invertir”.
—Cuando arrancaste, tenías 35 años. ¿No te pesaba ser relativamente joven?
—Había un poco de eso. Como diciendo ”¿Y esta muchacha quién es?. Pero la edad no era el principal obstáculo, sino el desconocimiento de lo que es una feria de arte. Uno de los comentarios que me quedaron luego de que hicimos la primera edición de la feria fue “Ah, ¿era esto lo que querías hacer?” Yo hace 20 años que estoy yendo a ferias de arte en todo el mundo, y para mí había cosas que eran obvias. Pero había mucha gente que no sabía qué era exactamente un evento así. Incluso había gente en mi equipo que nunca había ido a una. Ahí tuve que buscar un punto de encuentro, bajar un poco mis expectativas con respecto a todo el proyecto. Pero no está mal, al contrario. Está bueno “aterrizar” también.
Su proyecto le exige mucho tiempo y dedicación, aunque no vive de él. Por más que Este Arte sea un evento importante y que ella y su equipo hayan empezado a trabajar para esta edición en el mes de abril, Bardier vive de su cargo como directora de una fundación en la ciudad de Nueva York, donde reside desde hace años. “Me contrataron para, justamente, abrir esa fundación que está dedicada a un artista estadounidense, sin ninguna conexión a Uruguay. Ese artista falleció y dejó en herencia un apoyo a las artes visuales, que ahora se realiza a través de la fundación”, cuenta.