NOMBRES
Una historia de celos, drogas y canciones de amor. La fotógrafa se casó con el Beatle y el guitarrista. Y nunca se pudo despegar de su pasado.
Seguramente nadie desea vivir con los ojos en el pasado. Pero cuando la memoria tiene tanto peso, es difícil inclinar la balanza hacia el presente. Pattie Boyd es hoy una señora de 77 años, que se dedica a vender por Internet fotografías que ella misma tomó en los tiempos en los que estuvo casada con el miembro de los Beatles, George Harrison y con el guitarrista Eric Clapton. Pero, además, siendo en su juventud una de las modelos más bellas del mundo, fue amante de otras estrellas de la música, lo que le permitió ser testigo de algunos de los momentos más íntimos de la época dorada del rock británico.
Harrison y Boyd se conocieron en 1964 durante el rodaje de A Hard Days Night, la primera película de los genios de Liverpool, en la que ella interpretó a una colegiala que conocía a los cuatro músicos en un tren. El tímido guitarrista quedó inmediatamente prendado por su belleza, al igual que Paul McCartney. Y aunque la modelo al principio no mostró interés en ellos porque estaba saliendo con otro joven, al poco tiempo comenzó un romance con Harrison, que terminó en casamiento en enero de 1966. Ella tenía 21 años y él, 22.
En los años siguientes, Harrison se introdujo en el mundo del hinduismo, luego de leer un libro sobre la reencarnación que les regaló a los Beatles un devoto de esa religión en las Bahamas, mientras grababan la película Help! Comenzó a seguir al gurú religioso Maharishi Mahesh Yogui, fundador del movimiento Meditación Trascendental y se sumergió en la música de la India a través del sitar de su amigo y maestro Ravi Shankar, siendo siempre apoyado y acompañado por su joven esposa.
Pero para el beatle eran tiempos tanto de espiritualidad como de experimentación, por lo que comenzó a introducirse en el mundo de las drogas. Esto, sumado a las infidelidades de Harrison, empezó a resquebrajar un matrimonio que era visto como “perfecto” por millones de jóvenes en el mundo.
Amigos para siempre
Harrison y Clapton se conocieron a comienzos de la beatlemanía y perduraron como mejores amigos hasta la muerte del primero, el 29 de noviembre de 2001. Entablaron una relación (que incluyó la colaboración musical entre ambos) a partir de 1968, luego que Robert Stigwood, mánager del guitarrista de Cream, se hizo cargo de los asuntos de los Beatles después de la trágica muerte de su representante Brian Epstein.
Desde hacía años, Clapton estaba obsesionado con Pattie, por lo que se le ocurrió la curiosa idea de iniciar una relación con su hermana Paula Boyd, de 17 años, como forma de acercarse a ella. Y aunque parezca descabellado, el ardid funcionó.
El guitarrista de los Rolling Stones, Ronnie Wood, ya había tenido una relación con Pattie Boyd. Y con Harrison y Clapton compartió también el amor por Krissy Findlay, otra de las groupies que llegó a formar parte del círculo íntimo que rodeaba a la primera línea del rock británico. Así, los músicos y sus parejas convivían entre giras, reuniones y hasta celebraciones familiares. Eran los sesentas, el amor libre flotaba en el aire. Pero llegó un punto en que el vínculo entre Clapton y Pattie Boyd se transformó en una olla a presión, por lo que comenzaron a verse a escondidas de Harrison.
Herencia musical
Clapton trabajaba en el primer (y único) disco de estudio de su nuevo grupo, Derek and the Dominos, el cual sería lanzado en 1970 con el nombre de Layla and Other Assorted Love Songs. La frutilla de la torta, en ese conjunto de canciones de amor, era por supuesto Layla, que el guitarrista había compuesto para su amada: Layla, me tienes a tus rodillas / Layla, te suplico querida, por favor / Layla ¿no aliviarás mi mente preocupada?
La letra, era evidente, estaba dedicada a Pattie Boyd. Pese a que se encontraba en juego su amistad con Harrison, ya nada detenía a Clapton, quien no tenía problemas en hacer público su deseo por la mujer del prójimo.
Finalmente, la historia terminó de un modo diferente a lo que se podía presuponer para un triángulo amoroso. El guitarrista de los Beatles aceptó la relación de su mejor amigo con su esposa, de quien se divorció para que se pudiera volver casar. Ello ocurrió en 1979 y Clapton ofreció una fiesta en su mansión de Surrey, Inglaterra, para celebrar la boda, en la que McCartney fue testigo. Al caer la tarde, Paul, Ringo y el propio George, se unieron a Clapton en un concierto improvisado en una carpa.
Otras celebridades estuvieron presentes aquél día memorable sobre el escenario: los músicos de Cream Jack Bruce y Ginger Baker, el guitarrista Jeff Beck y el cantante de los Rolling Stones, Mick Jagger. Otras estuvieron como espectadores: David Bowie, el bajista de los Rolling Stones Bill Wyman y Elton John.
Entre ellos había uno que también había sido amante de Pattie. ¿Quién podía ser? Pues claro está: Mick Jagger. Pattie Boyd confesó mucho después, en una autobiografía, que también mantuvo un breve romance con John Lennon, quien por cierto se excusó por no haber podido asistir a la boda.
La musa del rock inspiró otras canciones emblemáticas como Wonderful Tonight de Eric Clapton y Something de los Beatles, aunque Harrison se encargó después (¿tal vez con algo de resquemor?) de decir que esta última no la había compuesto para ella.