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Fue editora de premiados reportajes y hoy dirige las investigaciones de USA Today. Amy Pyle está en la primera línea de la información.
En su carrera de casi 30 años como redactora o editora, ha hecho rendir cuentas a autoridades y poderosos, y ha expuesto a los responsables de delitos y fraudes a través de grandes investigaciones periodísticas.
En una de ellas, en 2015, denunció a la Administración de Veteranos por sobremedicar a sus pacientes con opioides y, luego de publicada la investigación, fue posible liberar a miles de veteranos de diferentes guerras de esa adicción. Este año, en tanto, uno de los reportajes que lideró u2014en el que reveló los trabajos forzados en centros de rehabilitación de drogasu2014 fue finalista del Premio Pulitzer 2018. Y en uno de los más recientes reportajes que editó, se demostró que los arrestos por drogas en la frontera con México disminuyeron notoriamente en el período en el que el Presidente Trump se concentró en la separación de familias.
Esos han sido algunos de los trabajos que ha dirigido o llevado a cabo en los últimos años, ahora como editora de investigaciones nacionales en USA Today y antes como editora en jefe del prestigioso centro de investigación, sin fines de lucro, Reveal from the Center for Investigative Reporting (CIR). Durante sus años en el CIR, Pyle lanzó el primer programa semanal de radio y podcast de investigación, de una hora de duración en Estados Unidos. Esta plataforma cuenta con cerca de un millón y medio de descargas.
En el CIR, además, se han desarrollado investigaciones en varios formatos, entre los que destaca el documental Heroin(e), nominado a los Oscar 2018 como Mejor Documental Corto.
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Como muchas personas de su generación, su gran inspiración para entrar en el periodismo fue el caso Watergate, que leyó en sus últimos años en el colegio. Le atrajo la idea de ser una especie de detective y resolver misterios, lo que además se combinaba muy bien con sus habilidades para escribir. Luego de estudiar un máster en periodismo en Northwestern University, trabajó en varios diarios locales, hasta que en 1989 ingresó a Los Angeles Times. Ahí comenzó a desarrollar sus primeros trabajos de investigación periodística. Entre ellos colaboró en una investigación tras el terremoto de Northridge, que ganó el Premio Pulitzer de 1995.
A sus 60 años, dice que durante su carrera le han preguntado varias veces si es muy abrumador ser una reportera de investigación por las realidades en las que se sumerge. u201cSiempre digo que si se logra hacer una diferencia, entonces has aportado con algo muy positivou201d
En un tiempo en el cual el periodismo de investigación parece recobrar más fuerza e importancia se da la paradoja que también hay cada vez más desconfianza hacia los medios de comunicación. Pyle elige destacar la necesidad de contar con periodistas que investiguen: u201cMás que nunca, hoy hay una gran necesidad de periodismo de investigación, en un mundo muy complicado que a todos nos toca cubrir. Estamos sujetos a las mismas críticas y escrutinios que todos los medios están enfrentando. Pienso mucho respecto de la situación de las noticias falsas, porque creo que es un período muy crítico para el periodismo. Por lo mismo, es aún más importante que todo esté correcto, porque si tiene errores es muy fácil derribar el trabajo como falsou201d.
Como editora de una de las secciones más importantes de uno de los medios con mayor alcance en su país, Pyle está en uno de los lugares de mayor tensión y conflicto en el particular enfrentamiento que existe entre la administración de Donald Trump y el cuarto poder. Las disputas y descalificaciones son parte del paisaje cotidiano para periodistas y medios, a un nivel infrecuente en la historia de las relaciones entre los medios y la Casa Blanca.
Para Pyle, sin embargo, este es un buen momento para ser periodista, en particular si es reportero de investigación. u201cCreo que es un momento muy estimulante para un periodista porque hay mucho que cubrir. Pero al mismo tiempo es muy difícil, porque es complejo mantenerse enfocado. Es verdad que la relación entre Trump y los medios es muy tensa, pero la administración de Obama era muy hostil con la prensa. Y ahora no es así. Los reporteros que están cubriendo Washington DC en muchos casos encuentran que es más fácil conseguir información bajo esta administraciónu201d.
Pero hay un aspecto que en la anterior administración no era tan problemático como en la actual, dice Pyle, y que tiene que ver con el color de la piel de los o las periodistas. u201cMe preocupo cuando mando reporteros a situaciones en las que podrían estar en peligro. Me preocupo especialmente por los reporteros de color. Tenemos muchas conversaciones antes de enviarlos a una concentración de Trump, porque hay un odio esparcido no solo hacia la gente de color, sino también hacia los periodistas. Un periodista expuesto puede ser un blanco perfecto. Me preocupo por la seguridad personal, porque hay periodistas que trabajan conmigo que se han convertido en el blanco de ataque de gente en Internet, que los han amenazadou201d.
Las amenazas y el hostigamiento es peor para los y las periodistas de ascendencia afro o latina, pero la propia Pyle reconoce que, en realidad, es el oficio mismo de periodista es el que está amenazado, tanto por los vaivenes de la industria como por el clima político que se vive actualmente en Estados Unidos.
A ese sombrío panorama se le suman distorsiones perniciosas para quienes viven de informar con los debidos controles y verificaciones, como el papel que han tenido las redes sociales en la diseminación de noticias falsas y mentiras. Cada vez más, piensa Pyle, será necesario destinar recursos a desmentir ese tipo de información, que ya no necesita u201cplantarseu201d como antes en los grandes medios, sino que se puede hacer desde un perfil falso en alguna red social.
Al respecto, Pyle recuerda que uno de sus subalternos se puso a investigar el origen de la información de que la u201ccaravanau201d de migrantes que se dirigía a Estados Unidos, había sido financiado por el cuco u201cglobalistau201d (código para u201cjudíou201d) del Partido Republicano: George Soros.
u201cDecidimos rastrear la mentira de que Soros estaba financiando la caravana, para mostrar cómo la historia se masificó y se transformó a partir de un par de tuits publicados por algunas personas conocidas, y terminó siendo retuiteado por el hijo del presidenteu201d.
u2014¿Cuáles son los temas en los que la prensa debe concentrarse hoy en investigar en Estados Unidos y en el mundo?
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u2014Creo que el odio que se ha esparcido luego de las elecciones de 2016 (en las que ganó Donald Trump) es un gran problema. Hay que investigar quién está financiando el odio, y quién lo está perpetuando.
La mejor manera de contar historias
Hace unos meses Amy Pyle recibió una llamada inesperada. El editor de USA Today la contactó para ofrecerle liderar el equipo de investigaciones nacionales del diario, uno de los mayor alcance en Estados Unidos. Pyle llevaba seis años en el CIR y reconoce que estaba pensando en el siguiente paso a dar.
Una de las razones que la motivaron a aceptar fue que USA Today quería invertir en investigación, y también por la alta capacidad de ese medio en llevar la información a audiencias masivas. Con todo, USA Today no deja de ser un medio más identificado con las tradiciones y lo convencional.
¿Cómo hacer para que el periodismo de calidad llegue a la audiencia a través de las nuevas plataformas disponibles. Para Pyle, se trata de u201cencontrar la manera específica en la cual se cuenta una historia. u201cEs la habilidad de poder contar las historias de diferentes maneras. Es estimulante y confuso a la vez, porque es difícil saber cuál es la mejor manera de contar una historia específica Como periodistas, tenemos un gran desafío y es que ya no tenemos una audiencia cautiva. Es ahí donde veo que estas plataformas pueden ayudar mucho, porque podemos usarlas para llegar a diferentes segmentos de la sociedad y distintos grupos de interésu201d.