¿Por qué se puso de moda la filosofía estoica?

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Marco Aurelio

IDEAS

Una respuesta entre varias: es pragmática.

Un reciente artículo publicado en la revista estadounidense The New Yorker se titulaba “La filosofía estoica se va a Hollywood”, lo cual es una manera de decir que se está convirtiendo en una tendencia. Ahí, se mencionaban entre otros los casos de gente como Brie Larson (la Capitana Marvel, en otras palabras) y Arnold Schwarzenegger como más o menos recientes adeptos a la filosofía estoica.

Pero también acá el estoicismo está siendo abrazado por mucha gente. Según contó Javier Mazza, coordinador docente en el Instituto de Filosofía de la Universidad Católica, uno de sus libreros de confianza le contó que en los últimos seis meses, los libros con las Meditaciones estoicas del emperador romano Marco Aurelio se venden a muy buen ritmo.

Y si uno va a la web y busca videos sobre el estoicismo, puede ver que varios de ellos tienen millones de visualizaciones. ¿Qué hay en el estoicismo que seduce a espíritus contemporáneos atravesados por la inmediatez de Internet y la multiplicación constante de medios y plataformas de comunicación?

Antes de seguir, conviene aclarar una posible confusión: cuando se dice, por ejemplo, “aceptó el castigo estoicamente”, hay quienes ven en esa frase una pasividad y una actitud de autosacrificio. Lo cual puede llevar a pensar que el estoicismo es una corriente filosófica que acepta todo lo que viene sin cuestionarlo y sin rebelarse ante ello. Pero no es tan sencillo. El mero hecho de que esa corriente de pensamiento haya tenido en el guerrero Marco Aurelio uno de sus principales nombres debería ser un indicio de que el estoicismo no es sinónimo de pasividad y aceptación sin más.

Una posible explicación para lo “trendy” del estoicismo es que es una corriente filosófica, como dice Mazza, “que ofrece modos de empoderar. Mucho del estoicismo se convierte en, y no me gusta decir esto, ‘recetas del buen vivir’. Como consejos prácticos para una vida”.

¿Algo así como una filosofía de autoayuda? Para Mazza, la respuesta a esa pregunta es no, porque el mero término “autoayuda” connota cierto recorte y devaluación de los conceptos del estoicismo. Pero agrega otro elemento que probablemente contribuya a que esta escuela de pensamiento viva un relativo auge en la actualidad: es una corriente filosófica “práctica”, por así decirlo.

La praxis, para los estoicos, es importante. Es, agrega el experto, como si los estoicos nos dijeran, desde su distante lugar en la historia que está bien reflexionar, está bien pensar y entregarse a disquisiciones. Pero hay que bajar a tierra todo eso, y convertirlo en acción.

Además, el estoicismo es de más fácil acceso que otras corrientes filosóficas. El umbral de dificultad a superar cuando uno se adentra en los dominios del pensamiento estoico aparenta ser más bajo en comparación con otras corrientes filosóficas. Basta leer textos de Séneca, Epitecto o Marco Aurelio y comparar con una hojeada a libros de Ludwig Wittgenstein o Friedrich Hegel para percatarse de esa condición pop del estoicismo.

Algunos ejemplos: “No es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea” (Séneca); “si hablan mal de ti y es verdad, corrígete a ti mismo; si es una mentira, ríete de ella” (Epicteto); “muchas veces me he preguntado cómo es que cada hombre se ama más a sí mismo que al resto de los hombres, pero a pesar de todo le da menos valor a sus propias opiniones de sí mismo que a las opiniones de otros” (Marco Aurelio). Todos podemos entender (y posiblemente coincidir) con esos aforismos.

Mazza dice que de haber existido redes sociales entonces, los estoicos hubieran sido excelentes tuiteros y probablemente hubieran tenido —tal como tienen ahora—una legión de seguidores. Y rescata un aforismo del emperador romano que él dice tener muy presente: “Ama lo que te pasa, porque está tejido en la trama de tu vida, porque ¿qué otra cosa te podría ser más necesaria?”. Cita el académico y agrega: “Es decir ‘amigate con lo que te pasa en la vida’, porque esa es tu vida”.

—¿Es una corriente filosófica conformista?
—No sé si, necesariamente, es eso. Sí sé que prefiere no dedicarle tanto tiempo al deber ser, sino a ocuparse de las cosas que son, antes que cómo deberían ser. No es que a todo le encuentran la justificación. Lo que nos complica en la vida no es tanto lo que nos pasa en esa vida, sino los juicios sobre aquellas cosas que nos pasan, lo que nosotros le ponemos encima.

En palabras de Epicteto: “No son las cosas que nos pasan las que nos hacen sufrir, sino lo que nosotros nos decimos sobre esas cosas”.

De este punto se desprende que el estoicismo puede ser una corriente que puede ser tan útil como reconfortante para un momento o período de penuria en la vida. Como, por ejemplo, unos años de privación de libertad.

En la novela Todo un hombre de Tom Wolfe uno de los personajes, Conrad Hensley, está, justamente, preso: “Lo poco que Hensey aprendió de filosofía en Mount Diablo parecía tener que ver con personas que eran libres y cuyo principal problema era elegir entre las infinitas posibilidades de la vida. Solo Epicteto partía de la suposición de que la vida era dura, brutal, agotadora, estrecha y que condicionaba y confinaba a los seres humanos. La vida era un asunto mortal, y la justicia no entraba en la ecuación. Solo Epicteto, al menos hasta donde Conrad sabía, había sido un filósofo que había sido despojado de todo, apresado, torturado, esclavizado y amenazado de muerte. Y solo Epicteto había visto a los ojos a sus torturadores y dicho: ‘Ustedes hagan lo que tengan que hacer, y yo haré lo mismo, que es vivir y morir como un hombre’”.

Continúa Wolfe: “La mayoría de los filósofos suponen que que uno es libre, que uno tiene todas esas posibilidades, y es como que uno puede diseñar su propia vida de la manera en que desea. Los estoicos suponían lo opuesto. Ellos decían que, en rigor, uno tiene muy pocas opciones. Probablemente estés atrapado en una situación, cualquier cosa como estar bajo la opresión de alguien, o ser el esclavo de una enfermedad o estar en la cárcel”.

¿Puede, entonces, sorprender que en YouTube haya un discurso de José Mujica y que ahí lo llamen “estoico del siglo XXI”? Mazza trae a la conversación el caso de Viktor Frankl, fundador de la logoterapia y preso en varios campos de concentración nazis, como el de un hombre con una actitud estoica, además mencionar a Nelson Mandela y, también, a Mujica.

Hay otro aspecto de la filosofía estoica mencionado por Mazza que ayuda a comprender esta escuela de pensamiento. Para los estoicos, hay cuatro cualidades que son fundamentales: la sabiduría, la templanza, la justicia y el coraje.

“La sabiduría a la que se refieren los estoicos es la de saber hacer, porque la praxis es fundamental, pero también el coraje es una virtud sumamente importante, porque cuando uno sabe lo que tiene que hacer, a veces... Perdón: la mayoría de las veces lo que hay que hacer es lo más difícil. El orden de esas virtudes es importante: saber qué hacer (sabiduría), tener la mesura para poder razonar con todos los elementos (templanza); pensá en la acción más justa (justicia) y cuando lo sepas, hacelo (coraje). Porque lo más probable es que no sea lo más fácil”.

Acá, Mazza recurre a su memoria y rescata parte del monólogo final del personaje de Al Pacino en la película Perfume de mujer, cuando habla en defensa de su amigo: “He estado en muchas encrucijadas en mi vida. Siempre supe, sin excepción, cuál era el camino correcto. Pero nunca tomé ese camino. ¿Saben por qué? Porque ese camino siempre era el más difícil, por lejos. Bueno, acá está Charlie en una encrucijada. Y eligió el camino. Es un camino difícil (NdR: el “camino” al que alude el personaje de Pacino es que Charlie se niega a delatar a varios compañeros de clase para salvarse de una sanción). Es un camino hecho de principios, que llevan a la formación de un carácter. Déjenlo seguir en ese camino”.

Eso, dice Mazza, es una parte de la filosofía estoica encapsulada en una actuación de Al Pacino. Los estoicos no quieren ir por el lado más cómodo de la vida, sino que postulan que muchas veces “hacer lo correcto” es lo más dificultoso, y que pude ser un poco hipócrita partir de la base de que hay atajos hacia el buen vivir.

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