Pudo brillar como actor pero una injusticia lo alejó de la EMAD: González Márquez cerca de cumplir su sueño

El relator prestó su voz para la obra "Boletería" y aunque es una grabación, le permitió acercarse a ese gran anhelo. Sus compañeros de radio le dicen que tendría que hacer stand up, él no lo descarta.

Compartir esta noticia
Álvaro González Márquez junto a los actores Eduardo Delgado y Alexis Pezaroglo
Álvaro González Márquez junto a Eduardo Delgado y Alexis Pezaroglo, protagonistas de "Boletería"
Foto: Fabian Centurión

 Cuando en 2018 Pablo Rueda convocó por primera vez a Álvaro González Márquez para que grabara el relato de un partido para la obra El Amateur, lo hizo sin tener idea de que el sueño frustrado de este relator era ser actor y que esa invitación lo acercaba a concretar un deseo que tenía guardado y archivado: cursó un semestre de la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático (EMAD) pero abandonó luego de perder un examen clave.

Cuando este año el director teatral le volvió a pedir que pusiera voz a otro relato para Boletería, su nueva obra estrenada el 10 de mayo, no dudó en aceptar, agradecido por la oportunidad: “No lo tomo como algo casual y trato de darle el valor que tiene”, asegura González Márquez a Domingo. Y confiesa que las noches de estreno, “de cholulo”, mira para todos lados para ver si algún espectador se percata de que la voz del relato es la suya.

La primera convocatoria le despertó alegría y emoción y, días atrás, cuando recibió el afiche y vio su nombre junto al de los protagonistas (Eduardo Delgado y Alexis Pezaroglo), enseguida se lo envió a sus hijos.

La felicidad se debe a que, si bien no asiste a los ensayos porque su participación se resuelve con una grabación, le permite sentirse parte de algo que adora, como es la actuación, y de ese universo artístico que lo conmueve desde la niñez, cuando lo hipnotizaba La escuelita del crimen (humoristas) en el tablado de Villa Colón.

“Era bastante inquieto y quedaba extasiado mirando las actuaciones. Me aprendía de memoria los diálogos de los conjuntos que me gustaban”, recuerda.

Su participación en Boletería, aunque sea pequeña y algo encubierta, no deja de ser también un reconocimiento a su labor como relator, que intuye la desempeña más o menos bien para que alguien asuma el riesgo de sumarlo al espectáculo “y que no se los haga pedazos”, comenta con su típico humor.

Y añade: “Es también coquetear con ese deseo que tengo de subirme al escenario a actuar”. Ojo, a futuro no descarta pisar las tablas, siempre y cuando no sea “un lastre” para el resto del elenco.

Aunque sus compañeros de 13 a 0 (Del Sol FM) le insisten con que incursione en el stand up por su simpatía y gracia, él preferiría sentarse antes con alguien idóneo que lo ayude a armar un buen espectáculo: “No me gustaría subirme a pasar vergüenza, es también darle valor a ese sueño”, reflexiona.

Datos de la obra

Boletería transcurre en las puertas de una cancha de fútbol de la periferia montevideana. Allí dos amigos (Juan y José) fanáticos se reúnen con el objetivo de poder estar en la final de su equipo donde se define su futuro: mantenerse en su divisional o perder la categoría. El fútbol en esta obra se convierte en una excusa para abordar la amistad.

La obra se exhibe los viernes de mayo y los jueves de junio a las 21:00 en Alejandría Café de las Artes. Por reservas, comunicarse al 094 545 103.

El duro golpe que lo alejó de su pasión

La primera vez que mostró sus dotes como actor fue en el Colegio Pío: la madre de González Márquez vio la fascinación que tenía su hijo de 8 años mientras protagonizaba la obra Garbancito Garbanzal y no dudó en inscribirlo en clases de teatro con Jorge Triador. Años después, superó con éxito la prueba de ingreso a la EMAD, cursó un semestre y abandonó porque no pudo superar el dolor que le causó perder un examen. No recuerda la materia pero sí que la daba Sergio Otermin:

“Fue un dolor y una injusticia muy grande. Incluso mis compañeros hicieron un planteo en la dirección de la EMAD porque había habido situaciones un tanto injustas, pero quedó en eso. Pensé que había hecho las cosas bien, el público destacó mi labor y encontrarme con que había sido el único que había perdido fue un impacto fuerte”, confiesa. Tanto que no pudo volver a entrar al Solíshasta 2017, cuando el Banco Central (donde trabajaba) celebró medio siglo de vida y él fue el maestro de ceremonias. Hoy se arrepiente de aquella decisión impulsiva: “Tendría que haber buscado un camino alternativo para poder concretar lo que tanto me gustaba”, afirma.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Del Sol FMpremiumteatro

Te puede interesar