NOMBRES
El actor que interpreta al superhéroe Flash en el universo cinematográfico de DC está involucrado en numerosos escándalos.
Ezra Miller es como un accidente de tránsito: invita, casi que obliga, a mirar, aunque lo que se vea sea un desastre. Al menos en estos últimos tiempos. De escándalo en escándalo, el actor estadounidense es la más reciente incorporación a la lista de estrellas tristemente célebres. La cuestión ahora parece ser si Miller resurgirá de las cenizas como Robert Downey Jr. o se consumirá en las llamas de sus escándalos.
Miller nació en 1992 en Nueva Jersey y creció en un hogar donde lo cultural y lo artístico era valorado. Su madre es cantante y su padre, editor literario. A los hermanos Miller se los estimuló para que se expresaran creativa y artísticamente y lo hicieron. Ezra aprendió a cantar y tuvo entre otras cosas la posibilidad de actuar como parte de la ópera White Raven, del compositor contemporáneo Philip Glass. Más tarde, en 2009, formó la banda de rock alternativa Sons Of an Illustrious Father junto Josh Aubin y Lilah Larson, con la que publicó varios discos y de la que hay numerosos videoclips en YouTube. Miller es el cantante del trío.
Además de darle la chance de expresarse musicalmente, la banda también le otorga a Miller otra plataforma para pronunciarse como no-binario, otras de las características de este actor. “No me identifico ni como hombre ni como mujer. De hecho, me cuesta hasta identificarme como ser humano”, ha dicho.
Antes de la hilera de polémicas por la que ahora acapara titulares, Miller era uno de los niños mimados del cine indie, que vive más de festivales, prestigio y cinefilia que de récords de taquilla. Su papel más sobresaliente antes de entrar en el mainstream fue en la película Tenemos que hablar de Kevin (2011), dirigida por Lynne Ramsey.
La película fue la consagración de Miller como actor a tener en cuenta. Antes de eso, había actuado en varias series de televisión y alguna que otra película. De hecho, su debut fue en una película a los 16 años. A esa edad había decidido abandonar el liceo para dedicarse a ser actor.
Cinco años después del papel en Tenemos que hablar de Kevin —donde interpreta a un joven que comete asesinatos en masa en su liceo—, Miller ya estaba en dos franquicias multimillonarias: Animales fantásticos y dónde encontrarlos, y el universo cinematográfico de DC, interpretando a Flash, el superhéroe cuyo poder es el de la velocidad.
Hasta ahí, todo venía bien. Pero algo pasó en el camino. Miller empezó a ser cada vez más errático en público y, también, algo violento. Hace dos años, se viralizó un video en el cual se lo ve agarrando del cogote a una chica y tirándola al suelo. Esa fue la primera vez que el actor empezó a mostrar una faceta desconcertante. Pero este año fue mucho peor.
Primero, fue arrestado por agarrarse a las piñas en un boliche. Luego, fue arrestado una vez más cuando en una fiesta agarró una silla, la revoleó por el aire y la tiró. La silla le pegó a una mujer, que lo denunció. Y hasta eso parece más o menos inofensivo con lo que vendría después.
Hace poco, los padres de una mujer que ahora es mayor de edad denunciaron que Miller había manipulado sexualmente (grooming) a su hija cuando esta tenía 14 años. El actor tenía entonces 25 años y había conocido a la muchacha en una movilización ecologista. Se hicieron amigos y Miller incluso le pagó pasaje a Londres para que la adolescente pudiera ir a presenciar el rodaje de una de las películas de Animales fantásticos… Actualmente, Miller tiene prohibido por ley acercarse a la joven.
Además, más o menos por la misma época en que eso trascendió, también salió a la luz que Miller tiene a una mujer con sus tres hijos viviendo en una de sus casas. De acuerdo a Miller y a la propia mujer, esto fue una ayuda para a salir de una relación de abuso y violencia doméstica.
De acuerdo al padre, Miller se llevó a su familia y alega que no puede ver a sus hijos. Para enturbiar aún más todo, según la revista Rolling Stone, que reveló el hecho, el hogar de Miller no sería el mejor para tres niños de 1 a 5 años. Entre lo más preocupante, de acuerdo al artículo, es que en la casa de Miller hay armas de fuego sin control de ellas. Y balas.
Cuando esto se reveló, también se conoció que Miller tiene más plantas de marihuana que las permitidas para consumo personal por el estado de Vermont (donde está la propiedad del actor).
Hasta hace muy poco, Miller seguía desafiante. En algunas de sus publicaciones en Instagram publicaba mensajes crípticos pero que algunos interpretaban como burlas a las críticas y a los roces con la Policía.
Sin embargo, parece que la estrella fue convencida (o presionada) para que empiece el camino de la rehabilitación. Hace unos días, el actor, o mejor dicho, sus asesores de comunicación, emitieron un comunicado público que fue divulgado por la revista Variety.
“Habiendo pasado por una época de intensas crisis, ahora comprendo que sufro de complejos problemas de salud mental y estoy en tratamiento. Quiero pedirle perdón a todos aquellos a quienes he alarmado y ofendido con mi conducta en el pasado. Me comprometo a trabajar para recuperar una vida sana y productiva”.
Será cuestión de ver si Miller puede cumplir con su palabra o si su alusión a la salud mental es más cinismo que otra cosa.