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Una bahía que está entre las siete maravillas naturales del mundo, montañas con terrazas de arroz dignas de postales y una capital caótica y vibrante. Un destino imperdible del sudeste asiático.
Ni bien los viajeros uruguayos se hayan recuperado del jet lag y adaptado al calor del sudeste asiático sumado al sincronizado caos de sus motos, Vietnam comenzará a cautivarlos con la amabilidad de sus habitantes, pese a que la mayoría no habla inglés ni español. Los conquistarán también los precios: alojarse en un hotel cuatro estrellas ronda los 60 dólares la noche y una comida promedio en un restaurante no suele superar los 10 dólares por persona. El costo sigue descendiendo si optan por un puesto callejero o mercado, pero debido a las altas temperaturas es probable que prefieran pagar por un sitio con aire acondicionado.
A continuación les ofrecemos un breve resumen gastronómico y una guía por el norte del país con sus dos puntos turísticos más importantes -la capital, Hanoi, y la afamada bahía de Ha Long- y también una ruta alternativa por las montañas que les permitirá conocer sus fotogénicos campos de arroz en terrazas y convivir con algunas de las 54 etnias que componen el crisol de culturas vietnamita.
Menú viet
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Los paladares uruguayos se aliviarán al saber que la cocina vietnamita no es picante. De hecho no suelen condimentar las recetas sino colocar sobre la mesa pequeños bols con salsa de soja y otros aderezos para que cada comensal se sirva a su gusto. Los platos principales también se colocan en platos el centro, entregándosele a cada persona un recipiente más pequeño y un par de palitos. También suelen ofrecer cuchara y tenedor para los turistas poco hábiles con estos utensilios. Lo que pocas veces verán es un cuchillo, dado que las preparaciones ya suelen llegar a la mesa cortadas en trozos pequeños.
Un menú típico suele estar compuesto por al menos dos tipos de carnes u2014las más frecuentes son cerdo, pollo y pescadou2014, alguna tortilla, rollitos vietnamitas elaborados con masa de arroz, ensalada de bambú, verduras cocidas, una sopa y el infaltable arroz blanco aglutinado, que utilizan tanto como nosotros el pan. La mayor originalidad la encontrarán en el desayuno, donde el pan, la leche y el queso son poco frecuentes -salvo en hoteles- pues los vietnamitas consumen por la mañana el mismo tipo de alimentos que en el almuerzo y cena.
Como bienvenida o cierre, un brindis con vino de arroz exclamando al unísono u201cchuc suc khoeu201d (salud) o u201cmot, hai, ba, ¡dzo!u201d (uno, dos, tres, ¡chinchin!). Otras palabras útiles para el viajero serán u201csin chaou201d (hola), u201ccam onu201d (gracias) y u201ctam biétu201d (adiós).
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Hanoi
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El itinerario de los uruguayos que viajan al sudeste asiático suele ser apretado para amortizar el pasaje visitando el máximo posible de sitios en el breve período de sus licencias vacacionales. En el caso de la capital vietnamita, con un día de recorrida intensa puede que sea suficiente. Podrían empezar temprano en la mañana con el Templo de la Literatura, recinto construido en honor al filósofo Confucio y la primera universidad del país. Sus cinco patios los trasladarán al año 1070, época en que fue construido.
Luego se recomienda realizar un salto histórico hasta el siglo XX y visitar el mausoleo y antigua residencia del militar y político Ho Chi Minh (1890 - 1969) dirigente de Vietnam durante los 20 años que duró guerra y artífice de la reunificación del país en 1976.
La jornada podría terminar en el lago Hoan Kiem, frente al que encontrarán decenas de restaurantes y verán el edificio en donde se representa el espectáculo de Marionetas de Agua; las funciones de este entretenido arte milenario duran una hora, se repiten varias veces al día y están acompañadas por música en vivo.
En el lago, atravesando el puente de madera colorado que conduce a su islote central, llegarán a la pagoda Ngoc Son, uno de los templos budistas más visitados de la ciudad. A muy pocas cuadras encontrarán a la catedral católica de San José, también conocida como la pequeña Notre Dame por su similitud con la homónima francesa.
Para practicar el regateo el lugar ideal es el Cho Dong Xuan, el mercado cubierto más grande de la ciudad. Otra opción para compras, en las noches de viernes a domingos, es el Hanoi Night Market, que ocupa varias cuadras del barrio antiguo. Si lo que quieren es ir de copas, encontrarán movimiento en la calle Ta Hien, donde una pinta de cerveza vale solo medio dólar.
Ha Long Bay
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Con más de 2.000 islotes, esta bahía que figura en la lista de las siete maravillas naturales del mundo suele ser la primera imagen que viene a la mente del viajero al pensar en Vietnam. Es posible conocerla con un tour de un día desde Hanoi pues está a solo 170 kilómetros al este de la capital, pero se recomienda recorrerla en una embarcación que ofrezca pasar una noche a bordo. ¡Amanecer visualizando ese paisaje desde la ventana del camarote les quedará grabado en la memoria! También podrían tomarse unos relajantes días de arena y sol alojándose en algún resort de la isla Cat Ba, ubicada en plena bahía.
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Ruta étnica
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El país tiene una población de más de 95 millones (según censo de 2017) y 85% de ellos pertenece a la etnia Kinh, también llamada Viet, que da nombre a la nación. Pero conviven otras 53 etnias, entre ellas la Thai, la Mong y la Giay, cada una con su propia lengua, escritura e identidad cultural. La mayoría no habita en las grandes ciudades sino en poblados de las zonas montañosas, agrupados para preservar sus tradiciones. Afortunadamente algunos habitantes abren sus hogares con la modalidad homestay, que permite a los viajeros alojarse con ellos para compartir charlas, comidas y quizás alguna muestra de danzas típicas.
Las residencias suelen estar construidas sobre pilares de madera, con el suelo de tiras de bambú, por lo que la planta baja resulta una combinación entre living y patio techado al aire libre en la que suelen pasar el día: lo permite el clima y la seguridad del país. Cocina y baños también están en esta área, mientras que las habitaciones suelen ubicarse en la planta alta. La costumbre local es dormir sobre esterillas similares a un saco de dormir, pero para el turismo occidental ofrecen colchones: pasar la noche aquí les recordará las épocas de campamentos del secundario.
En Mai Chau, región de valles de arroz ubicada a casi cuatro horas en auto de Hanoi, es posible alojarse en casa de algún morador del Pueblo Van, de la etnia Thai, relacionada con antiguas tribus de Laos, Tailandia y China. Por su parte, siguiendo la montañosa ruta QL32, que se dirige al noroeste bordeando la cordillera de Hoang Lien Son -donde están las montañas más altas de Indochina- los viajeros pueden pernoctar en Muong Lo, la capital de los Thai, y/o en Mu Cang Chai, localidad a 930 metros sobre el nivel del mar.
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Ha Long Bay. Con más de 2.000 islotes, esta bahía que figura en la lista de las siete maravillas naturales del mundo suele ser la primera imagen que viene a la mente del viajero al pensar en Vietnam. Es posible conocerla con un tour de un día desde Hanoi pues está a solo 170 kilómetros al este de la capital, pero se recomienda recorrerla en una embarcación que ofrezca pasar una noche a bordo. ¡Amanecer visualizando ese paisaje desde la ventana del camarote les quedará grabado en la memoria! También podrían tomarse unos relajantes días de arena y sol alojándose en algún resort de la isla Cat Ba, ubicada en plena bahía.
Sapa
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Quien venga realizando un roadtrip por la ruta QL32 se reencontrará en Sapa con las comodidades occidentales de una localidad turísticamente explotada. Su desarrollo data de la época colonial francesa pues dadas las temperaturas tropicales del promedio vietnamita, se convirtió en el lugar de escape para los habitantes de otras regiones por sus paisajes y el aire fresco de montaña que ofrece a 1.650 metros de altitud.
Otro atractivo de Sapa es la cercanía con la montaña más alta de Indochina: el monte Fansipan, de 3.143 metros de altura, al que se puede acceder abordando un teleférico desde el centro de la ciudad. Los fanáticos del senderismo también podrán llegar a la cima caminando, ya sea con un recorrido intenso de más de diez horas (ida y vuelta) o mediante un circuito más relajado que ofrezca pernoctar en alguna aldea del camino. También se puede hacer trekking hasta los pueblos de los suburbios, donde habitan minorías étnicas como los Hmong, los Tay y los Dao.
*Creadora del blog de viajes Hills To Heels
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Otros destinos atractivos
Hanoi y la bahía de Ha Long son destinos fáciles de visitar de forma independiente pero localidades menos explotadas turísticamente como Mai Chau, Muong Lo y Mu Cang Chai son de acceso más dificultoso debido al idioma, la escasa señalización y la baja frecuencia de transporte público.
Una opción para realizar esta ruta es la que ofrece Asiatica Travel, con guías locales que hablan al español como segunda lengua. La agencia de viajes vietnamita está especializada en circuitos tradicionales y alternativos en Camboya, Myanmar (ex Birmania), Laos y Vietnam. En laweb de Asiatica Travel hay nformación sobre la región, visas y distintas opciones de paquetes para recorrer estos países.