Si Sandra Hüller gana el Oscar a Mejor Actriz el próximo domingo 10 de marzo se convertiría en la segunda actriz alemana en llevarse la estatuilla casi 100 años después de quien la obtuvo dos años seguidos: Louise Rainer. Esta última fue premiada por El gran Ziegfeld (1936) y La buena tierra (1937). Los pronósticos no la acompañan, pero eso no le quita el sueño a quien protagoniza dos de las aspirantes al Oscar a Mejor Película: Anatomía de una caída (por la que está nominada) y Zona de interés.
“Es un sistema que no entiendo. No conozco sus reglas. No sé lo que hay que hacer para ser visible y llamar la atención. Hay demasiada gente implicada y no puedo hacer nada”, le dijo al diario El Mundo sobre el Oscar. Si bien no es a lo que está acostumbrada, hay quienes destacan que corrió con una pequeña ventaja. Como los dos films en los que actúa no están cubiertos por la SAG-AFTRA, que se mantuvo en huelga durante todos los festivales importantes, Hüller pudo presentar públicamente su trabajo.
Y si de campañas se habla, fue muy exitosa la que se hizo por Toni Erdmann, candidata a Mejor Película Extranjera en 2016 en la que la actriz se dio a conocer al gran público por más que ya tenía 32 años y más de una década de experiencia en cine. “No pasó nada. Todo puede acabarse en un minuto”, reflexionó Hüller en entrevista con Vanity Fair.
Esta intérprete de 45 años nació en Suhl, en el estado de Turingia, y se crió en la pequeña ciudad alemana de Friedrichroda. Hija de docentes y la mayor de dos hermanos, en su adolescencia se metió en un grupo de teatro atraída por la forma en que podía hablar con sus pares y discutir de temas que no eran habituales abordar en su pueblo. Eso la condujo a Berlín, donde estudió teatro en la Escuela Superior de Arte Dramático Ernst Busch entre 1996 y 2000. En 2003 fue elegida Mejor Actriz Joven.
El dramaturgo Oliver Held la recomendó para el Teatro Municipal de Basilea cuyo elenco integró hasta el 2006. Desarrolló una gran carrera teatral que incluyó, entre otras cosas, interpretar a Courtney Love —la viuda de Kurt Cobain— en For Love o hacer de la reina Isabel I en Virgin Queen acompañada solo de tres músicos.
Luego se le sumaría la pantalla grande y sin pensarlo se terminaría transformando en el nuevo gran rostro del cine europeo. Se podría ubicar como puntapié inicial Requiem (también exhibida como La posesión), película que le dio el Oso de Plata a la Mejor Actriz de la Berlinale, entre otras distinciones. Inspirada en hechos reales, contaba el caso de una adolescente atrapada entre una enfermedad psicológica o una posesión del demonio. Fue el mismo caso en que se inspiró El exorcismo de Emily Rose.
Polémico papel
Hüller siempre sostuvo que jamás interpretaría un personaje nazi… hasta que llegó Zona de interés. Allí encarna a Hedwig Höss, la esposa del comandante Rudolf Höss que estaba a cargo del campo de exterminio de Auschwitz. El film dirigido por Jonathan Glazer muestra a la familia llevando una vida normal, mientras muro de por medio se cometían atrocidades.
Cuando le ofrecieron el papel lo rechazó. “Tuve una reacción física: me sentí mal, como si tuviera ganas de vomitar porque me daba mucho miedo este tema”, confesó a Vanity Fair. La convenció ese contraste tan fuerte que muestra la película y ella se propuso encontrar la forma de ser Hedwig, “pero sin empatizar con ella en ningún momento. Era consciente de que tenía que hacer mi trabajo, pero sin interpretar realmente al personaje… Trabajé desde afuera, desde lo que quería mostrar”, explicó.
Se rodó en el propio Auschwitz y con la particularidad que el director decidió esconder cámaras por toda la casa de los protagonistas, llevando el control de lo filmado en el sótano. Los actores eran invitados a actuar sin referencias mientras las cámaras los espiaban en su cotidianidad.
“No se trata de entender a una nazi, sino de entender por qué se comportaba así. Era alguien que sabía lo que ocurría allí, en el campo de concentración, y que se las apañó para ignorarlo, anteponiendo su propia vida a la de millones de personas. Ese fue el esfuerzo para entrar en el personaje”, expresó a Cadena SER una actriz que suele ofrecer opiniones comprometidas.
Como dato anecdótico, la perrita de Hüller forma parte del film. “Recibir el amor de una criatura mientras interpretaba a este personaje fue realmente relajante e importante para mí”, dijo.
Hüller afirma que aprende de cada personaje que hace. “Creo que cada vez que elijo un papel es una especie de elección o decisión política. Y eso es así siempre, tenga o no que ver tu decisión con la política. Es más, cuanto te dices a ti misma: ‘Necesito un descanso y voy a hacer algo fácil que no me comprometa, en realidad eso es en sí una decisión política nada inocua. Eso sí, cuando acepto hacer algo, lo hago por completo y con todas las consecuencias (…) Lo que no podemos perder de vista y tenemos que tener claro es que el cine sin riesgo y sin gente con una voz fuerte que se atreva a articularla, no es nada”, resumió sobre cómo encara su carrera.
Un personaje creado para ella
Justine Triet concibió el complicado estudio de personajes de Anatomía de una caída pensando en Sandra Hüller y bautizó a la protagonista de la película Sandra un año antes de enviarle el guion a la actriz.
Esta película francesa candidata al Oscar a Mejor Film cuenta la historia de una escritora alemana que vive en Francia y es sospechosa de haber matado a su marido. “Es en gran medida una película sobre el público y su perspectiva sobre una mujer de éxito, sobre una mujer bisexual, sobre todas estas cosas”, manifestó Hüller (nominada como Actriz)
La alemana le preguntó a Triet si Sandra era culpable y la directora le respondió que no tenía respuesta, pero que actuara como si fuera inocente. La decisión final la toma el público.
Una de las tantas cosas por las que destaca la labor de Hüller en este largometraje es por su capacidad de actuar en más de un idioma: la escritora domina el alemán, pero en el juicio debe defenderse en francés (también ha filmado en inglés). Hüller suele doblar ella misma las películas al alemán, pero en este caso lo hizo a regañadienters porque la barrera comunicativa es crucial para entender el film ganador de la Palma de Oro en Cannes.