Se conocieron gracias al surf, viajaron por el mundo y hoy impulsan a que otras mujeres se atrevan a este deporte

Las uruguayas Agustina Brum y Camila Meana crearon Salty Girls, un emprendimiento por el que ya pasaron más de 500 mujeres. Viajan a varios destinos, construyen comunidad y demuestran que no hay edad para encarar las olas.

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Salty Girls
Salty Girls, el emprendimiento uruguayo que fomenta el surf entre mujeres.
Foto: cortesía Salty Girls

Tirarse al agua con la tabla, enfrentar las olas, lograr equilibrarse, disfrutar del momento, y aprender a tener respeto por el mar. Este fue un ritual que Agustina Brum (27) vivió desde muy chica, ya que el surf en su vida es herencia familiar. Los veranos en Rocha y, ya de adolescente, también los inviernos en Maldonado, la encontraron siempre surfeando.

Si bien hace más de nueve décadas que el surf es practicado por mujeres, ellas siguen siendo minoría sobre las tablas. Por eso, cuando Agustina se encontró con Camila Meana, uruguaya de su misma edad y apasionada por este deporte, la conexión fue inevitable. “No había otras chicas de nuestra edad surfeando, entonces nos hicimos muy amigas automáticamente, porque compartíamos esta pasión”, relata a Domingo.

Fue así que empezaron a acompañarse. En verano hacían temporada juntas en el Este y en los recesos de la facultad —Brum estudió biología y Meana, arquitectura— se iban de viaje a Brasil, a Costa Rica o a España a surfear.

Agustina Brum
Agustina Brum empezó de chica en el surf y es una de las idealizadoras de Salty Girls.
Foto: cortesía Salty Girls

En 2019 estuvieron cuatro meses viajando por varios países de Asia y en todas aquellas experiencias una cosa les llamaba la atención una y otra vez. “Siempre éramos pocas las mujeres en el agua y les sorprendía a otros surfistas ver a dos chicas tan jóvenes viajando con esta finalidad. Cuando volvimos a Uruguay fue que dijimos ‘che, tenemos que organizar un grupo con más mujeres e irnos a algún lado’. Con Cami tuvimos la suerte de encontrarnos una a la otra, pero había otras conocidas que no tenían con quien ir a surfear”, cuenta.

Fue así que decidieron organizar el primer viaje solo de mujeres. El plan era ir a Praia do Rosa, en Santa Catarina, Brasil, compartir traslado, hospedaje y, claro, ir al encuentro de las olas. Sin embargo, a la hora de reunir el grupo, no fue tan sencillo. “Cuando quisimos buscar 10 chicas para ir en grupo, no conseguíamos porque todas nos decían ‘me copa el plan, pero no sé surfear’. Cami ya daba clases de surf y entonces se nos ocurrió llevar las tablas, los trajes y dar clases allá. Con esa propuesta se empezaron a sumar”, rememora.

En aquel momento el boca a boca no fue suficiente y decidieron crear una página de Instagram para divulgar el viaje. Así, lo que era un llamado para un grupo pequeño, se viralizó. Los cupos se agotaron, quedaron muchas afuera y se dieron cuenta de que, si fuera por el interés, el próximo viaje ya estaba garantizado. Allí nacía Salty Girls (@saltygirls.uy).

Salty Girls
Desde sus comienzos han hecho más de 20 viajes grupales.
Foto: cortesía Salty Girls

“No dijimos ‘vamos a hacer ese emprendimiento y a motivar a chicas a surfear’, se dio muy natural y encontramos un nicho casi que sin querer. Fue una manera de aprender cómo hacerlo, porque ese viaje terminó siendo un éxito”, relata.

En estos cinco años se han sumado mujeres de diversas edades, de los 16 hasta los 64 años, y Brum observa que el principal elemento en común entre la gente que quiere empezar este deporte es el miedo. En ese sentido, hacerlo en grupo es derribar la principal barrera para muchas.

“Siempre decimos que es importante tenerle mucho respeto al mar y al deporte en sí, porque estás en otro medio, que es el agua. Lo que no está bueno es tener pánico porque ahí es cuando la razón se te nubla y no tomás buenas decisiones. Está bien tener miedo porque te deja en alerta y hace que estés en el momento presente, el pánico lo tenés que aprender a manejar y eso es gran parte del trabajo que hacemos. Y hacerlo en comunidad te motiva e impulsa”, explica.

Ese fue el caso de Evelyn Ruiz (39), médica dermatóloga que desde hace cuatro años participa de las salidas de Salty Girls. “Siempre quise surfear, pero por distintas razones no lo hacía hasta que vi en Instagram una publicidad de ellas, les escribí y así arranqué. Empezamos con clases semanales y eso fue un camino de ida, participé en varios trips, uno de ellos a España. Una experiencia hermosa donde mejoré mi surf y conocimos lugares divinos”, cuenta a Domingo.

“Es una de las actividades que más me gusta. La conexión con la naturaleza que te da es impagable, además de que formamos un grupo donde compartimos el surfing pero también somos amigas. Agradezco porque me hicieron conocer, siendo ya grande, este deporte que me hace tan feliz y me dio muchas cosas lindas”, suma.

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Además de los viajes internacionales y las salidas grupales a balnearios uruguayos, las Salty Girls ofrecen clases de surf durante el verano en Rocha y Maldonado.
Foto: cortesía Salty Girls

Lo mismo siente la profesora de yoga Luísa Oddone (27). Es brasileña y cuando se mudó a Uruguay encontró en el grupo la posibilidad de aprender un nuevo deporte y de hacer conexiones en un momento delicado de su vida. “Conocí a las Saltys cuando llevaba poco tiempo en Uruguay y atravesaba algunos problemas psicológicos. Además de aprender algo nuevo y conectar con la naturaleza, encontré un grupo humano muy lindo”, comenta.

“Nací en el interior de Brasil, donde la playa más cercana está a más de 500 kilómetros, y solía ir a la playa como máximo una vez al año. El surf, sinceramente, no me parecía una posibilidad, estaba lejos de mi realidad. Sin embargo, cuando me mudé cerca de la costa, naturalmente despertó mi interés. Fue entonces que, al encontrar un grupo de mujeres, me sentí en confianza para empezar a aprender”, detalla y recuerda que no todo fue fácil al principio.

Luisa Oddone
La brasileña Luisa Oddone se sumó a las salidas del grupo en 2020.
Foto: cortesía Luisa Oddone

“Tenía el pensamiento de ‘ya soy grande para esto’. Sin embargo, al estar dentro de un grupo, en el que todas están en una situación similar, la experiencia cambia completamente: te divertís más y compartís las mismas emociones, ya sea de alegría o, a veces, de frustración”, dice.

Por las clases y salidas grupales de Salty Girls han pasado más de 500 mujeres, y desde 2019 realizaron más de 20 viajes, tanto a balnearios uruguayos como a sitios internacionales. La intención, dicen, es seguir creciendo, impulsando a que otras puedan animarse y, sobre todo, seguir formando una comunidad sana alrededor de este deporte.

Salty Girls
Uno de los principales desafíos, dicen, es vencer el miedo y animarse a algo nuevo.
Foto: cortesía Salty Girls

“No solo es nuestro trabajo, sino que tiene un propósito que es priorizarse y regalarse lindos momentos”, afirma Brum, una de las responsables de este proyecto, quien subraya que para vivir esta experiencia solo hay que animarse a dar el primer paso.

Próximas salidas y actividad veraniega

Para las salidas grupales, que pueden ser de un fin de semana o de hasta 10 días, las Salty Girls arman paquetes que incluyen pasajes, traslados, clases de surf, alquiler de tablas y trajes, alojamiento y alimentación. A fines de noviembre (la fecha será informada en su página de Instagram) harán una salida grupal de fin de semana a La Pedrera. A partir del inicio de la temporada de verano estarán de forma permanente con clases en Cabo Polonio y La Barra, hasta la Semana de Turismo del año que viene. También se encuentran armando el itinerario de viajes internacionales para 2025, que por lo general son tres en el año.

Salty Girls
Las salidas grupales pueden ser de un fin de semana o hasta diez días.
Foto: cortesía Salty Girls

“Siempre se está renovando el público. Muchas repiten, pero se renueva bastante y el verano, sin duda, es el mejor momento porque el clima acompaña más”, dice Brum. Además, el hecho de que los grupos sean conformados solo por mujeres, entiende, no es un dato menor. “Hace la diferencia. Sin despreciar para nada a los hombres, porque he tenido muy buenos profesores, pero creo que la confianza que se da entre mujeres cuando estás tan vulnerable, probando algo nuevo, es muy linda”, afirma quien hace 10 meses se convirtió en mamá y le dio un nuevo significado a este deporte y a este grupo.

“Haber vivido esta experiencia de ser madre y después volverme a encontrar con el proyecto me hizo darle aún más valor. Antes me pasaba mucho de encontrarme con madres que me decían ‘es la primera vez que dejo a mi hijo y me estoy animando a algo nuevo’, y ahora me tocó a mí encontrar ese momento de reconexión con el surf”, finaliza.

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