"Vos generás ceremonial y protocolotodo el tiempo”, dice Luciana Andión. Se trata de la primera uruguaya en ser parte de la Academia Internacional de Ceremonial y Protocolo, creada en España en 2001. De la noticia se enteró hace poquito y fue toda una sorpresa. “Es un grupo muy grande de expertos al que ingresás por recomendación de colegas. Buscan un determinado perfil de personas, que sean expositores en congresos, docentes y que hayan escrito artículos o libros relacionados a la materia”, explica Luciana a Domingo.
¿Pero a qué se refiere con ceremonial y protocolo? “El ceremonial vendría a ser el evento y ese evento está marcado por el protocolo, que son las pautas que me dicen cómo tiene que ser esa ceremonia. Son leyes, normas de convivencia, usos y costumbres”, detalla la experta.
Eso engloba tanto cómo saludamos a una persona, en qué lugar nos sentamos en un evento, qué vestimenta usamos o cómo nos dirigimos a alguien. Es amplio, variado y obedece al contexto.
“A mí me gusta definir que ceremonial y protocolo tienen que ver mucho con la urbanidad, o sea cómo nos movemos en sociedad, y de la mano de la urbanidad va la ubicuidad, que es cómo nos ubicamos en cada circunstancia, porque hay ceremoniales más rígidos y ceremoniales más flexibles”, apunta Luciana.
En un mundo tan cambiante como el actual hay que saber adaptarse y entender las diferentes culturas; lograr eso que parece tan difícil que es colocarse en el lugar del otro. “Para nosotros puede sonar chocante que alguien no me quiera saludar por ser mujer, pero si yo conozco la cultura del otro lo puedo entender. Después veremos si lo quiero aceptar o no, ese ya es otro tema”, aclara la experta.
Tres ámbitos
Podemos encontrar el ceremonial en tres áreas. La primera es el Estado, donde hay leyes y decretos que marcan cómo se debe realizar una determinada ceremonia, como puede ser el cambio de mando presidencial.
La segunda es el ceremonial privado, que es el que se da por ejemplo en las empresas. Una empresa puede tener un ceremonial y protocolo interno respecto a su organigrama de personal, además de normas de convivencia o formas de recibir a autoridades del Estado o visitantes extranjeros.
La tercera área es el ceremonial social, que tiene que ver con los eventos que como sociedad solemos hacer. “No es lo mismo si celebro un casamiento, una despedida de soltero o el cumpleaños de mi mascota”, apunta Luciana.
En todos los casos el tema tendrá que ver con cómo nos adaptamos a cada circunstancia para que todas las partes se sientan cómodas.
“En el Uruguay donde más te convocan es en el Estado”, cuenta la especialista sobre dónde aplica más sus conocimientos. “También he tenido la suerte de asesorar a empresas para eventos puntuales en los que, por ejemplo, tienen que recibir al Presidente de la República. O casos como un aniversario de una empresa como la funeraria Martinelli, donde hay que armar un evento con calidez y respeto por las circunstancias; algo que requiere formalidad, pero eso no implica rigidez”, advierte.
Su consejo clave es que es mejor comenzar bien arriba porque bajar es facilísimo. “Si yo de repente empecé un trato muy formal contigo y vos me diste más confianza, yo bajo y me adapto. Ahora, hacerlo al revés es dificilísimo, no puedo empezar tuteándote si a vos te molesta. Eso es lo que veo que hoy más cuesta, la gente quiere entrar desde abajo”, observa.
La experta cuenta que, por lo general, el uruguayo se muestra como muy canchero, entonces parece que todo fluye. “Desde afuera nos ven como amigables”, describe. “Mis colegas se sorprenden cómo en Uruguay el presidente se mueve de una forma muy simple y cercana con la gente. Si quiere sentarse en la vereda, se sienta en la vereda”, añade.
Esa sencillez quizás haga pensar que en nuestro país no se necesitan expertos en ceremonial y protocolo y por eso cada vez son menos los que se dedican a esta tarea, cosa que no ocurre en el resto del mundo. “En el Estado se están potenciando las oficinas de comunicación porque se piensa que pueden hacerlo todo y no necesariamente es así”, se lamenta.
Eso se traduce también en el ámbito de la formación, donde no existe una carrera especialmente dedicada al ceremonial y protocolo, sino que se reducen a materias dentro de carreras como las Relaciones Públicas.
“Yo creo que hoy en día tendríamos que tener una carrera que abarque las diferentes áreas, o sea, comunicación, ceremonial y protocolo, y algo más de urbanidad. Me parece que como sociedades estamos necesitando respetarnos más entre nosotros”, reflexiona Luciana, quien todos los años dicta cursos y capacitaciones y orienta a las personas que se dedican a la organización de eventos.
Además utiliza las redes sociales (Instagram: @addvalueuy) para brindar tips sobre su especialidad. “Doy consejos sobre cómo cuidar tu marca personal, cómo te presentás, y también tips de comunicación”, señala quien además es Licenciada en Comunicación y coach, según un método creado por ella que identifica con el acrónimo D.A.N.C.E.R. y que está explicado en un libro que escribió especialmente sobre el tema. Refiere a seis herramientas: diferenciarse, apasionarse, networking (relaciones colaborativas), comunicación, enseñanza y resiliencia.
“Se trata de que te conviertas en la mejor bailarina o el mejor bailarín de la vida y que bailes al ritmo que te toque, porque no siempre los ritmos son iguales. A veces es más como un tango y otras es una salsa y a veces te vas a un candombe”, explica.
En cuanto a su trabajo en el mundo del ceremonial y el protocolo, aclara que “nosotros hacemos eventos con otra mirada, cuidando mucho la institucionalidad, la imagen del país, de la empresa y de las personas”. Una responsabilidad que ahora le cabe como miembro del organismo internacional que prestigia su actividad.
Un té muy especial para la princesa de Jordania
Uno de los trabajos que Luciana recuerda especialmente fue la visita de la princesa de Jordania, su alteza real Dina Mired, que llegó a nuestro país para reunirse con el entonces presidente Tabaré Vázquez. Como ella lidera una organización referida al cáncer, quiso conocer de primera mano todo lo que estaba haciendo el mandatario en su lucha contra el tabaquismo.
“Cuando se recibe a una autoridad, en Uruguay en general se le ofrece café y agua. Pero como yo sabía que ella era más del té, me ocupé de tener un té negro con toques de manzana y llevé mi vajilla. Cuando le di la opción, ella quedó muy sorprendida y muy agradecida por ese detalle. Fue algo que en lo personal significó mucho para mí porque era una cultura totalmente distinta, una princesa... no suelen venir mucho al Uruguay”, destacó Luciana.
Vale destacar que ese encuentro también le permitió desplegar sus conocimientos sobre el té, que es una de sus aficiones y por la que tiene en Instagram la página EncontraTe Uruguay.
“La reabrí hace poco para compartir todos los eventos que hay en torno al té, que viene creciendo”, contó quien es una de las jurados del certamenEn Conchillas el té se toma así, en el que le toca evaluar todo lo que tiene que ver con protocolo.