Siete razones para visitar Filadelfia, la ciudad del amor fraternal y de Rocky Balboa

El lugar donde Estados Unidos declaró su independencia es hoy una vibrante metrópolis que supera las expectativas.

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Ciudad de Filadelfia

Una ciudad estadounidense que tiene que estar en su lista para visitar es Filadelfia. “Philly”, como comúnmente se le dice, es además una ciudad cercana a Nueva York, por lo que puede visitar los dos destinos en un mismo viaje (en tren es un trayecto de una hora y 10 minutos, y en auto o bus son alrededor de dos horas de camino). La ciudad, que fue capital de Estados Unidos, que es la más grande del estado de Pensilvania y es conocida como la ciudad del amor fraternal, es una con mucha historia que contar.

Si está pensando visitar esta ciudad, aquí le presentamos algunas recomendaciones y curiosidades.

El Benjamin Franklin Parkway.

El bulevar que recorre el centro cultural de Filadelfia, el Benjamin Franklin Parkway, tiene numerosos lugares de interés, entre ellos el Museo de Arte de Filadelfia. Tiene una extensa colección de arte, incluyendo pinturas, esculturas y fotografías de artistas como Thomas Eakins, Mary Cassatt y Edward Hopper.

Fue inmortalizado en la franquicia de las películas de Rocky Balboa, quien subió esos mismos escalones durante un entrenamiento. El lugar es visitado para precisamente subir esos escalones y tomarse la foto con los brazos levantados frente a la estatua de Rocky, obsequiada por el mismo Sylvester Stallone.

El famoso Philly cheesesteak.

No hay dudas de que Filadelfia tiene numerosos y muy buenos restaurantes, muchos de ellos cuyos propietarios son celebrities. Pero los platos más famosos y reconocidos de la ciudad son bastante sencillos. Entre ellos, el Philly cheesesteak, un sabroso sándwich, popular en todo Estados Unidos, que nació en el sur de la ciudad.

Este es una combinación de carne con queso cheddar derretido (y cebolla opcional). Si lo quiere bien auténtico, tiene que ir a Pat’s King of Steak, donde fue inventada esta receta en 1930. El restaurante abre las 24 horas.

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Ciudad de Filadelfia

Historia y museos.

El Museo de Arte Afroamericano fue el primero que se creó en una ciudad grande del país para preservar la cultura y la historia afroamericana. Abierto en 1976, sigue siendo uno de los lugares más visitados por los interesados en este tema.

Además de historia afroamericana, está el Museo Nacional Weitzman de Historia Americana Judía. Establecido también en 1976, es el único museo dedicado exclusivamente a este tema, y cuenta con más de 30.000 accesorios y equipos relacionados con los judíos americanos.

Otro museo infaltable es el dedicado a la Revolución Americana que posee una colección inigualable de artefactos, que incluyen armas, documentos, artículos personales, obras de arte y la tienda de campaña del cuartel general del primer presidente estadounidense George Washington.

En la lista del viajero debe figurar también la Casa de Betsy Ross, la mujer que confeccionó la primera bandera de Estados Unidos, por pedido de George Washington. La casa se encuentra cerca de otras atracciones históricas como la casa de Benjamín Franklin. El prócer vivió en ese lugar durante su servicio en el Congreso Continental y en la Convención Constitucional. La casa fue desmantelada unos 20 años más tarde de su muerte pero se instaló una estructura de acero que se eleva en el lugar exacto donde estaba ubicada la casa original.

Tours gratis.

Un buen ahorro no cae nada mal y en Filadelfia, como en otras ciudades, puede aprovechar de las actividades gratuitas como la visita al Independence Hall, un patrimonio histórico de la Unesco. Debe recoger sus boletos gratis para este tour que le permitirá conocer el lugar donde se firmó la Declaración de Independencia de Estados Unidos en 1776. Once años después, representantes de una docena de estados se reunieron en este mismo lugar para sentar las bases de la Constitución. Cerca tiene la Campana de la Libertad, originalmente fundida en Inglaterra y refundida en 1753 en Filadelfia. La campana fue trasladada del Independence Hall a un pabellón al otro lado de la calle en 1976 y luego al Liberty Bell Center hace dos décadas.

Casas-botes históricas.

En el Boathouse Row podrá ver diez propiedades del siglo XIX que son un patrimonio histórico nacional en el río Schuylkill. Estas casas-botes siguen en uso, ahora como escuelas y universidades, y no se pierda la vista de noche, ya que con sus luces proveen uno de los lugares más reconocidos de la ciudad.

El ayuntamiento.

El Ayuntamiento del gobierno de la ciudad, inaugurado en 1901, es un elaborado edificio que fue el más alto de Estados Unidos. Aunque muchos otros son hoy más altos, este se mantiene como uno de los edificios de gobiernos municipales más grandes del país. En su torre de observación tiene una estatua de bronce de William Penn, fundador de Pensilvania. La estatua mide 11 metros de altura y pesa 24 toneladas. Además es hueca, con un estrecho pasadizo interior que da acceso a una pequeña escotilla ubicada por encima del sombrero. Desde 167 metros de altura, la torre del ayuntamiento ofrece una vista de 360 grados de la ciudad y sus alrededores. Allí se ofrecen tours algunos días de la semana.

Fácil de recorrer.

No es casualidad que haya sido nombrada, en numerosas ocasiones, una de las ciudades más “caminables” de Estados Unidos. Además, si le gustan las bicicletas puede alquilar una en docenas de sitios, por pases diarios que van desde US$ 15. Y si prefiere, puede usar transporte público, como el Philly Phlash Downtown Loop, por el que por US$ 2 por tramo puede ir de un lugar a otro, o comprar pases de uno o dos días (US$ 5 y US$ 9, respectivamente) para la ruta que tiene más de 20 paradas en diferentes atracciones o usar el transporte público regular.

Otros lugares por visitar.

Elfreth’s Alley es la calle más antigua y mejor conservada de Filadelfia y quizá de todo Estados Unidos. Las viviendas de este pasaje adoquinado han sido habitadas desde la segunda década del siglo XVIII. Asimismo, en las casas 124 y 126 se encuentra el Elfreth’s Alley Museum. Pero, cuidado, se rumorea que está embrujado por los espíritus de sus antiguos residentes.

Vala la pena la visita a Reading Terminal Market, un mercado que abrió sus puertas en 1893 y es uno de los más importantes del país. Además, el edificio donde está ubicado es considerado monumento histórico nacional y los actuales locales y sus dueños son descendientes de los primeros comerciantes. Aquí consigue productos frescos locales, libros, elementos de cocina y flores. Uno de los puestos que más llaman la atención es el de los amish, una comunidad religiosa que se opone a la tecnología y promulga una vida de campo sin lujos.

(Con información de El Nuevo Día / GDA)

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