Tamara Rojo, o cómo cambiar la historia

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Tamara Rojo

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Tras dirigir al English National Ballet y ser figura de la compañía, fue elegida para estar al frente del San Francisco Ballet: es la primera mujer en lograrlo

"He buscado, desde que asumí como directora artística, piezas y repertorios que fueran únicas para el English National Ballet”. Tamara Rojo (1974) tiene el pelo negro y espeso, los ojos igual de oscuros e intensos, la piel como una porcelana pulcra, limpia. “Una parte importante de la visión artística es precisamente mantener los clásicos vivos. Y eso a veces significa desafiar a la tradición, pero a veces, también, significa cambiar la tradición”. Habla sin mirar a cámara, con las palabras suaves pero firmes, con la certeza de alguien que sabe lo que dice: sin titubeos, sin errores, sin silencios. El video está en la página del English National Ballet (ENB), de Londres, del que Tamara Rojo -bailarina y española- ha sido directora artística desde 2012. Hace referencia al estreno de su versión de Raymonda, el pasado 18 de enero en el London Coliseum.

La obra original es uno de los grandes clásicos del ballet. Con música de Aleksandr Glazunov y coreografía de Marius Petipa, cuenta la historia de dos hombres que pelean por el amor de una mujer en el contexto de las Cruzadas de la Edad Media, una serie de guerras impulsadas por la Iglesia Católica para recuperar la cristiandad de Medio Oriente, entonces dominado por el Islam.

La versión de Tamara, que mantiene la música y se pega a la coreografía original de Petipa, cuenta, sin embargo, otra historia, en otro tiempo, en otra guerra: “Inglaterra. 1854. Raymonda huye de su cómoda vida para convertirse en enfermera en la Guerra de Crimea. Allí, se compromete con un soldado, John, pero pronto desarrolla sentimientos por su amigo Abdur, un líder del ejército otomano”, dice la página oficial del ENB.

Esta, su Raymonda, centrada en la mujer, actualizada en su argumento, pensada para el hoy y para la audiencia actual del Reino Unido, será una de las últimas puestas como directora del ENB: a comienzos de 2022, el San Francisco Ballet anunció que Tamara Rojo será su nueva directora artística, la primera mujer en dirigir la compañía, la sucesora de Helgi Tomasson, que estuvo al frente de ese ballet por más de 30 años.

Doble

Como bailarina y directora

Tamara Rojo, dijo una vez The New York Times, es una de las figuras más importantes de la danza contemporánea. Es, además, una de las mejores bailarinas españolas de la historia. Su carrera, sin embargo, la hizo fuera de España, especialmente en Inglaterra. En el English National Ballet, donde fue figura y directora durante 10 años, pero también en el Royal Ballet, como primera bailarina.

Tamara Rojo
Foto: Difusión.

Ella, una mujer española de 47 años. Ella, que hizo que el ENB se posicionara al mejor nivel internacional. Ella, que en 2012, cuando asumió su rol como directora, llevó un proyecto que defendió con argumentos y convicciones. Ella, que se encargó de mantener los clásicos pero también de reversionarlos -la compañía estrenó una versión de Giselle del bailarín y coreógrafo Akram Khan que mezclaba danza contemporánea, clásica y un baile tradicional indio- que incorporó al repertorio de la compañía a coreógrafos jóvenes y también a coreógrafas mujeres, y que impulsó la escuela de formación artística del ENB porque cree en los proyectos que se sostienen en el tiempo. Ella, que encaró una campaña de recaudación de fondos de casi US$ 50 millones para construir una nueva sede para su compañía.

Ella, que en 2015 llevó al ENB a su pareja, Isaac Hernández, como primer bailarín. Ella, que se defendió ante los cuestionamientos de la prensa diciendo: “Soy mujer, soy española y dirijo una de las compañías más importantes del mundo, algo tienen que criticar”. Ella, que cree que el arte tiene que llegar a todos y ampliarse y expandirse y actualizarse y crecer: que cree que el arte tiene que hablar de lo que somos. Ella, que fue una de las mejores bailarinas del mundo. Ella, que dijo una vez que el arte del ballet es un arte frágil: no está escrito en ninguna parte y hay que protegerlo y cuidarlo para que siga existiendo. Ella, Tamara Rojo, que ha protegido al ballet con el cuerpo entero, a fines de 2022 dejará su vida en Londres y 10 años de trabajo para una compañía en la que creyó como nadie, cruzará el océano y asumirá como la nueva directora del San Francisco Ballet, la compañía más antigua de Estados Unidos.

Tamara Rojo
Con su pareja.
pareja

Isaac Hernández

Isaac Hernández es primer bailarín del English National Ballet y pareja de Tamara Rojo desde hace cinco años. Aunque su relación no estuvo exenta de polémicas (cuando él fue llevado a la compañía, ya tenían un vínculo sentimental pero aún no eran pareja), bailaron juntos en varias oportunidades. Ahora, según publican algunos medios, él se sumará al San Francisco Ballet.

Vocación

Llovía y hacía frío el día que su madre llegó tarde a buscarla del colegio. Tamara estaba parada afuera, esperando, cuando una maestra le dijo que entrara, que fuera al gimnasio, que estaban haciendo ballet. Ella no sabía de qué se trataba. Entró al gimnasio y entonces sucedió: un mundo nuevo del que le atraía todo, la música, el piano, el movimiento, la belleza, la calma.

Todo en su carrera ha sucedido con una convicción: la de querer ser bailarina. Y con una certeza: la de tener, siempre, que tomar las decisiones adecuadas para conseguirlo. No se ha tratado, dijo muchas veces, de sacrificio. Se ha tratado de tener una vocación.

Empezó a estudiar en el Centro de Danza Víctor Ularte de Madrid y se unió a su compañía en 1991, a los 17 años. Desde entonces, todo sucedió, más o menos, así: fue bailarina del Scottish Ballet, donde interpretó varios clásicos, con 25 años se incorporó al English National Ballet de Inglaterra como figura principal, tres años después, tras ser invitada a bailar en el Royal Ballet, de Londres, se sumó a la compañía también como primera bailarina, tras 12 años, regresó al English National Ballet, como primera bailarina y como directora artística, es Máster en Artes Escénicas y Licenciada en Danza con Matrícula de Honor por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, participó como invitada del Ballet Nacional de Cuba, del Mariinski Ballet, de la Scalla de Milán, del ballet del Teatro Mijáilovski de San Petersburgo, del Tokyo Ballet y otros, obtuvo el Premio Príncipe de Asturias, la Medalla de Oro de las Bellas Artes y la Encomienda de Número de Isabel la Católica, la Medalla de Honor del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, la Medalla de Oro en las Artes del Centro Kennedy, el Benois de la Danse y más.

Tamara Rojo
Foto: Difusión.
La última

Un nuevo desafío

Tras una selección que llevó más de 10 meses, el San Francisco Ballet, una de las compañías más prestigiosas del mundo y la más antigua de Estados Unidos, eligió a Tamara Rojo como su nueva directora artística. Es la quinta dirección que tiene la compañía y la primera mujer en dirigirla. Al respecto, dijo que aún es apresurado hablar sobre proyecciones, que primero irá a interiorizarse con las dinámicas del lugar.

Todo eso -la carrera, la experiencia, la trayectoria los reconocimientos, el trabajo y la tenacidad- hizo que Tamara se transformara en lo que es hoy: una de las personas más importantes de la danza, una bailarina talentosa pero, sobre todo, una mujer con una mirada particular, inteligente y propia, que quizás sea todo lo que hay que tener para marcar la diferencia.

En una entrevista con el Instituto Cervantes que está en YouTube, vestida con un traje negro, con el pelo impecable y liso y con la voz que mantiene el acento español pero que carga con la marca otros idiomas y de otros sitios, Tamara dice, hablando de otros, pero como pensándose a sí misma: “Si no puedes hacer ciertos pasos, no puedes ser primer bailarín. Hay un talento mínimo que uno tiene que tener para poder llegar a ser primer bailarín. Pero la verdad es que lo más importante son otras cosas: la capacidad de trabajo y la inteligencia. La gente más inteligente es la que llega más lejos y que además lo sostienen por más tiempo (…) Lo más importante para un bailarín de elite es eso: su inteligencia”.

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