Teresa Aishemberg y su vida tras el retiro: “Soy clara, directa y avasallante”

Esta líder comparte con Domingo su enfoque de vida, sus hobbies y lo que está haciendo luego de dejar la Unión de Exportadores en setiembre.

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Teresa Aishemberg
Teresa Aishemberg
Ricardo Figueredo

Decidida, va de frente y le gusta cantar “Las mañanitas” (de Alfonso Esparza Otero). Sí, así es conocida en el ambiente empresarial y gubernamental Teresa Aishemberg , quien, luego de 50 años dedicados a la Unión de Exportadores (UEU), dejó su cargo de secretaria ejecutiva (equivalente a gerente), en el pasado septiembre para iniciar una nueva etapa. Hoy, desde su casa de campo y posada en Maldonado, cuenta a Domingo cómo se ha “reinventado”.

Afirma que siente la misma energía “de siempre” y que está volcando su experiencia a otros grupos, como Alianza del Pastizal y Pampeanas Regenerativas. Forma parte del directorio del Centro de Formación para la Integración Regional (Cefir) y es asesora del Programa Sembrando de la Presidencia de la República, el cual busca incentivar el espíritu emprendedor, entre otras actividades con las que colabora como voluntaria. “Me encanta hacer que las cosas sucedan”, resulta ser su lema.

La suya es una historia de “empujar”. Así lideró la UEU y la sacó adelante junto con empresarios del sector y un equipo firme que supo acompañarla con su particular estilo de ver la vida y el trabajo.

El día de su retiro, en un homenaje que la UEU le realizó en el marco del Día de la Exportación en la Criolla, el presidente Luis Lacalle Pou hizo referencia al fuerte carácter de Teresa, la vicepresidenta Beatriz Argimón la elogió por haber abierto el camino a otras mujeres en el mundo empresarial, y diversos políticos -de distintos signos- y sus colegas dieron cuenta de su actuar, con la pasión y perseverancia que la caracterizan, y anécdotas.

Teresa Aishemberg
Teresa Aishemberg
Ricardo Figueredo

“Comencé a trabajar a mis 18 años en la UEU y fui cumpliendo todo tipo de funciones. Me iba transformando como los camaleones”, afirmó. Lo cierto es que el tiempo fue pasando y, a lo largo de estas cinco décadas, Teresa compartió su experiencia con trece presidentes de la UEU y cinco presidentes de la República. “Nos propusimos conquistar 178 mercados y lo conseguimos”, agregó.

Abrir caminos.

Teresa tiene sus orígenes en el campo, ama la naturaleza, los animales, viene de una familia numerosa de siete hermanos, y se crió en un ambiente mayormente de varones. Eso la llevó a aprender a manejarse en entornos masculinos, donde fue escalando y asumiendo posiciones de liderazgo, muy difíciles para una mujer en aquellos tiempos.

“Yo tenía mi objetivo y mi estrategia de ser eficiente y de compartir con el grupo de empresarios. En las reuniones de directorio hablaban de fútbol, ​​​​me manejaba con la convicción de que nada es imposible”, afirmó.

Sin duda, Teresa le dio impronta a su gestión con su estilo de “marcar y aclarar” en sus relaciones interpersonales, lo que algunas veces le ocasionó dolores de cabeza y la llevó a tratar de aprender a frenarse a sí misma. “Pero soy así, clara y directa, a veces avasallante. A algunos no les gusta eso, pero es mi forma de ser y creo que se debe a tantos años de empujar”, ​​compartió.

Efectivamente, la UEU es una organización que, durante una buena parte de sus inicios, estaba acostumbrada a esperar que los clientes vinieran -esa era la tónica del momento-, pero luego se impuso la necesidad u oportunidad de hacer maletas para salir a conocer al cliente y atraerlo.

“Empujé todo eso, los tiempos cambiaban y había que adaptarse, viajar, acercarse a otros mercados”, dijo al referirse al afán de Uruguay para abrir más sus exportaciones al mundo y diversificar la oferta.

Muchas personas se fueron formando -directa o indirectamente- bajo su ala, lo que la ayudó a desarrollar otra de sus facetas: sofá u orientadora de emprendedores y mujeres. Así fue como, naturalmente, los ayudados a definir objetivos claros ya crecer, bajo la premisa de que “hay que seguir para adelante” y “solo el cielo es el límite”, según suele pregonar.

Cabe agregar que actualmente, Teresa también pertenece a otras organizaciones, como el grupo de mujeres marinas Wista Uruguay y la Asociación Diplomática de Ayuda (ADA).

Teresa Aishemberg
Teresa Aishemberg
Ricardo Figueredo

Energía.

El secreto de la vitalidad de Teresa -con sus ya casi 70 años de edad- son las diversas facetas que desarrolla, que enriquecen su vida: le gusta la música, especialmente el folklore y clásica, toca la guitarra, ejercita su francés, navega, juega al tenis, integra un coro de abuelos, cuida a sus nietos y, recientemente, comenzó un curso de entrenadores con caballos.

“Hago de todo, porque me organizo; para mí, cada minuto es oro, duermo seis horas, hago algo de deporte todos los días. Siempre me hice espacio para mí, porque necesito recargar mi energía. Todos deberíamos hacer eso. Yo, en lo personal, saco mi energía de la sierra, allí me renuevo”, dijo.

Casada, con cuatro hijos y 11 nietos, asegura que su vida personal y laboral parecen no haber chocado entre sí, porque sabe administrar su agenda, y más ahora que dio vuelta la página con su retiro de la UEU y puede acomodar mejor su cuerpo a la libertad que la nueva situación le profesa.

“Con el campo, retomé una vida que estaba para mí detenida y lo hago con toda la energía que tuve para los exportadores. También vuelco mis conocimientos de gestión, marketing y ventas a grupos desde otros roles”, compartido.

En cuanto a su posada, está en una fase de personalizar sus servicios y enfocarla hacia productos saludables, en una suerte de relanzamiento. Esta filosofía prospera en los grupos a los que pertenece, ya que los productores de Alianza del Patizal, por ejemplo, están abocados a la regeneración de pastizales para producir más sano, incluyendo el desarrollo de quintas orgánicas para el autoabastecimiento.

Amor a los caballos.

Teresa montó desde niña y continuó esta actividad durante distintas etapas de su vida. “De mañana temprano, los caballos me vienen como a saludar. Ellos miran hacia el ventanal donde yo estoy y no sé realmente si me ven, pero sí miran para mi lado, me provocan, entonces salgo y los saludo”, comentó.

Destacó que los equinos tienen una energía propia muy fuerte que se transmite en la comunicación con las personas, no solo en el andar, sino como terapias alternativas. Es por ello que Teresa está realizando un curso en un centro de capacitación sobre disciplinas que promueven la mejora de los equipos en las empresas, a través de terapia con caballos. Algo que seguramente volcará, cuando llegue el momento, como parte de los servicios de su posada.

“Nada”.

Consultada sobre qué cambiaría de su vida, si tuviera la oportunidad de volver atrás, respondió inmediatamente y con énfasis: “Nada. Siempre fui una mujer feliz y logré los objetivos de trabajo, de familia, todo lo que quise lo logré con mucho sacrificio. No hay nada fácil, pero mi mensaje es que se puede”.

Finalmente, casi como ejerciendo un rol de entrenador con Domingo, Teresa, quien fue muy abierta a mostrar su lado personal e íntimo en esta entrevista, con mate y termo en mano, aconsejó: “Hay que darle importancia a cada minuto de la vida ( ...) y nunca aflojar”. Para ella, la vida es actividad y se perfila apoyando nuevas cosas que surjan en su camino. Según sus palabras, “siempre seguiré aportando mi granito de arena”.

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