Tina Ferreira: "Siempre bailé para que alguien sonría"

Compartir esta noticia
Tina Ferreira, figura y referente del carnaval uruguayo

EL PERSONAJE

Es una de las vedettes más importantes del carnaval y referente de la cultura afro en el país. Aunque este año no saldrá en las Llamadas, lleva al candombe en la sangre.

Nació en Pando y hasta los 14 años vivió en Villa La Colina, en Barros Blancos, “un lugar divino, había una casa por manzana, las puertas no se cerraban, los amigos eran de 24 horas”, recuerda Tina. Dice que tenían problemas pero que también eran felices. “Mi padre era alcohólico, entonces las consecuencias del alcohol eran permanentes. Pero también teníamos momentos muy felices con papá, por ejemplo, cuando salíamos con él y todos mis hermanos a juntar leña”. Hace una pausa, los ojos verdes brillan y sonríe, porque Tina siempre sonríe. “Y te puedo asegurar que ahí encontré mi vocación, cuando me di cuenta de que bailando sacaba a mi familia de los problemas por un rato aunque sea”.

—¿Bailabas para que tu familia estuviera mejor?

—Claro. El alcohol a veces traía problemas muy desagradables para toda mi familia, y yo me di cuenta de que si me ponía a bailar captaba la atención de mi padre, de mi madre, de mis hermanos y les arrancaba una sonrisa, por un ratito de felicidad lograba que se olvidaran de todo. Y eso me marcó mucho. Así fue cómo me di cuenta de que a través de la danza y el arte conseguía evitar pensar en todo lo malo. Y hoy lo sigo haciendo. Si yo en un espectáculo de 50 minutos logro que la gente se olvide de sus problemas, les arranco una sonrisa y los puedo hacer bailar, mi propósito está cumplido. Creo que siempre bailé para que alguien más sonriera, y me hace muy feliz.

No hace falta preguntarle cómo surgió su pasión por el baile. Tina dice que su madre llevaba el ritmo en la sangre, que limpiaba la casa bailando, y que era algo innato en ella. Dice que había salido en carnaval alguna vez, que la llevaba a ella y a sus hermanos a ver los desfiles y que ella quedaba encantada viendo a Rosa Luna y a Pirulo, que “eran divinos”.

Tina Ferreira
Foto: Leonardo Mainé

A los 14 años, cuando falleció su mamá, Tina y sus hermanos se mudaron a Montevideo, a la casa de un familiar. No hubo un momento en el que decidiera hacer del candombe su vida, se fue dando. Cuenta que le gustaba tanto que recorría los ensayos de las comparsas, hasta que a los 18 años, José de Lima, director de Marabunta la convenció de salir como vedette de su producción de ese año. “Desde la primera vez que participé de las Llamadas me sentí como en casa, nunca tuve pudor. Creo que siempre tuve conexión y empatía con la gente y eso no fue diferente en las Llamadas. Nunca me dio vergüenza ni nada, nunca me sentí mal conmigo ni con mi cuerpo. Con el tiempo fui aprendiendo que mi cuerpo es una herramienta de transmisión cultural, nada más, y está a la orden de transmitir mi cultura”.

Desde entonces nunca dejó de bailar. De a poco y casi sin saberlo empezó a transformarse en una de las vedettes preferidas del carnaval uruguayo. Ganó premios, participó de las Llamadas con distintas comparsas, se subió a competir en el escenario del Teatro de Verano, dejó de hacerlo y volvió. Tuvo un hijo sola a los 18 años que le cambió rotundamente su vida, estudió periodismo, trabajó en los medios, hizo teatro de revista de la mano de los argentinos Nito Artaza y Miguel Ángel Cherutti, dejó de bailar y volvió. Se transformó en una mujer independiente, que sabe mucho de su origen y se aferró a él para hacerse fuerte, pero que también tiene muy claro su futuro. Y, aunque sabe que todavía falta camino por recorrer, se siente orgullosa de que las mujeres ocupen cada vez más roles en el carnaval. “Hoy las mujeres ocupamos espacios que no son solo artísticos, son de producción, de coordinación, de dirección, en áreas técnicas. Ha crecido muchísimo nuestro rol en el carnaval, así como ha mejorado el rol de la mujer en la sociedad. Ojalá eso se traduzca también económicamente. Aún falta por mejorar”.

Ahora está centrada en su proyecto Señor Candombe, en dar talleres y en lograr instalar un espectáculo permanente en Montevideo. Porque, dice, es un poco contradictorio que Uruguay sea el país del candombe y solo pueda verse durante el tiempo que dura el carnaval. Ahora no está bailando, pero va a volver. Sabe, Tina, que ella no puede dejar de bailar.

sus cosas
Señor Candombe, dirigido por Tina Ferreira
Un proyecto

Tina es la directora de Señor Candombe, una compañía que ofrece un servicio de capacitación a través de talleres (que esté año llegarán al Teatro Solís) y de entretenimiento con un espectáculo que por ahora es itinerante pero que tiene como principal meta instalarse como un espacio fijo y permanente en Montevideo.

Las mujeres que aman demasiado
Un libro

Le gusta leer, pero no tiene un libro ni autor de cabecera. Cuenta que hay algunos que la han marcado en diferentes momentos de su vida. “Uno de ellos es Las mujeres que aman demasiado, de Robin Norwood, que me ayudó mucho. Soy hija de un alcohólico y he trabajado mucho para mejorar mis emociones”.

Meditar
Una actividad

Este año, Tina quiere lograr hacerse espacios y tiempos para tomar talleres de meditación, una actividad que realiza hace mucho tiempo y que, dice, la ayuda a conectarse con ella. “Es una de mis metas para este año, por un lado poder cumplir conmigo físicamente y poder seguir desarrollándome en lo espiritual y emocional”.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar