NOMBRES
Nació en Turquía 40 años atrás y se convirtió en una de las caras más populares a partir de la exitosa serie de Netflix. Lo suyo es el arte: le gusta pintar escribir, cantar y es diseñadora.
Mientras Tuba Büyüküstün fue jovencita no paró de hacerse preguntas, de investigar, indagar, hurgar en su interior y leer sobre distintos asuntos con el fin de elaborar sus propias definiciones e intentar moldear su identidad. Hoy, con 40 años cumplidos el 5 de julio, mantiene ese hábito a capa y espada. Es que esta actriz y diseñadora oriunda de Turquía percibe la vida como un viaje constante de autoconocimiento y lo repite en cada entrevista que concede -que no son tantas, ya que cultiva el bajo perfil y prefiere pasar más tiempo de calidad en su casa que entre flashes-.
Está convencida de que la prueba de fuego para todo ser humano es aprender a conocerse a uno mismo, por esa tendencia natural a escapar a la introspección, parecido a hacerse trampa al solitario.
“Tenemos que abrir los ojos para mirar hacia adentro y ver”, dijo a L’Officiel. “Llegar a esta vida es un viaje de autoconocimiento y yo me conozco tan poco que todavía tengo que ver todos los caminos que existen”, mencionó en una extensa nota con Revista Hello!
En ese sentido, Tuba no se asemeja en nada a Ada, su personaje en la exitosa Mi otra yo. En esta serie de Netflix interpreta a una médica escéptica a quien las constelaciones familiares le hacen mucho ruido. Tuba, sin embargo, lejos de hacer la vista gorda, se permite actuar en consecuencia a las revelaciones surgidas en sus procesos de búsqueda personal.
El trayecto de autoconocimiento, incluso, le sirvió para descubrir distintas vocaciones que luego adoptó como pasiones, más allá de que no estaban en su plan de vida inicial.
Soñaba con manejar los hilos del detrás de cámara y por eso estudió diseño de vestuario y decoración de escenario en la Universidad de Artes de Mimar Sinan. En el camino se cruzó con la actuación producto de roles en avisos publicitarios y el flechazo fue inmediato. Ella dice que haga lo que haga, solo intenta hacerlo feliz. Y que no se involucra en lo que no cree. “Nadie puede lograr el éxito si no está contento con algo”, sentenció a Hello!
Pasiones
Nació en Estambul y, según dijo a Hello! fue criada bajo los códigos y valores de la sociedad turca como “ser modesta, sincera y tratar a los otros con respeto”. Es única hija de un ingeniero eléctrico y una empleada de banco.
De niña le iba bien en biología y repetía que quería ser ingeniera genética, pero el entusiasmo por la ciencia duró menos que un romance veraniego. El amor por el arte, en cambio, siempre estuvo ahí, latente, desde las películas de cowboys y los musicales que veía los domingos junto a su familia hasta su afición por la escritura, el dibujo y el canto. También le gusta la escultura y quiere mejorar en esa área.
Fue precisamente el arte y la plástica eso que la empujó, sin querer, hacia la actuación. Todo pasó por casualidad mientras era estudiante de diseño en la Universidad Mimar Sinan. Había ido a visitar unos talleres de pintura y de golpe se encontró frente a una sesión fotográfica de Cemil Aðaçýkoðlu.
“De alguna manera, logró introducirme en esa sesión, y después todo empezó a encajar en mi vida. De hecho, quien primero encendió aquella luz es Cemil Aðaçýkoðlu”, contó la mujer que encontró en los comerciales la oportunidad de ganarse unos pesos extra.
Dicen que el que busca encuentra, pero no fue el caso de Tuba que no buscó ninguno de los éxitos que le llovieron después. Ser actriz no era su proyecto de vida ni la profesión de sus sueños. Pero apareció una chance y no la dejó picar. Debutó con la serie Sultan Makam? cuando tenía 21 años, y rápido apareció el papel de Zarife, en Çemberimde Gül Oya, al que definió como uno de los mejores trabajos de su carrera.
En 2006, en tanto, se estrenó en el séptimo arte con Sinav, donde trabajó codo a codo con el estadounidense Jean-Claude Van Damme.
“No era mi sueño ser actriz pero entonces me di cuenta de que yo amo esto y decidí continuar”, confesó en el programa IWC talks to al referirse al galardón como Mejor Actriz que obtuvo en el Festival Internacional de Televisión de la República de Serbia y Montenegro por su protagónico en Gülizar.
Y agregó: “Yo quería ser diseñadora, estudié diseño y vestuario. Diseñar es una parte de mí y actuar es otra. No puedo dejar ninguna de las dos”.
Buen olfato el de Tuba. En 2014 se convirtió en la primera actriz turca en ser nominada al Emmy como Mejor Actriz por 20 dakika (20 minutos).
Detalles
Los premios recibidos son consecuencia de ese afán perfeccionista que la caracteriza y que traslada a todo desafío que asume. Cada vez que se enfrenta por primera vez a un personaje lo hace con la misma curiosidad y entusiasmo que en su debut. Procura empaparse y acercarse lo máximo posible a cada papel. Y aunque gane cancha y oficio, no pierde la frescura y el ímpetu.
“Cuando estoy preparando los personajes, trabajo con lápiz y papel para poder digerirlos y analizarlos por completo. En primer lugar trato de entender la situación, la personalidad y la psicología del personaje, de dónde viene y hacia dónde va”, relató a L’Officiel.
La empatía es otro rasgo típico suyo y por eso ponerse en el lugar del otro, algo tan valorado para su profesión, le sale con facilidad.
“Durante el debut de un personaje, me pregunto qué haría o cómo sería si fuese esa persona en concreto, con esas circunstancias. ‘Si tuviera este nombre, si hubiera nacido en esa familia, si todo eso me hubiese pasado a mí, si tuviese ese carácter, ¿cómo sería?’ Me produce una gran satisfacción pensar en todo eso e intentar averiguarlo”, indicó a Hello!
La interpretación a Tuba se le da como un juego, quizás porque su veta favorita de la profesión es que le permite continuar siendo como una niña. Es decir, “actuar como lo haríamos si fuésemos niños, continuar compartiendo papeles, creer en esos papeles que interpretamos juntos hasta el final y hacerlo lo mejor posible cien personas juntas”, explicó.
Veta social
Tuba considera que la capacidad de soñar es una de las mejores cualidades que puede tener una persona. “Yo sueño muchísimo pero no me pierdo en mis propios sueños, también tengo una mente muy analítica y un lado realista”, reveló a Hello!. E instó a no perder esa característica tan presente en todos los niños.
La infancia es un tema muy presente en la vida de esta mujer que es mamá de las gemelas Maya y Tropak, de diez años, y su preocupación no queda en un mero palabrerío: es embajadora de la buena voluntad de UNICEF en Turquía desde 2014.
Desde entonces, ha sido testigo de situaciones y momentos de enorme tristeza y dolor. Ha visto familias enteras procurando sobrevivir al aferrarse a sus anhelos, mujeres con el corazón roto y niños que no comprenden por qué les suceden hechos tan terribles.
“Lo que más me entristece es todo lo que pasan los niños porque ellos nos eligen nada de lo que les sucede. Los adultos tenemos esa capacidad de decisión, mientras a ellos les toca adaptarse y vivir lo que les viene sin ser preguntados”, explicó esta actriz que en 2015 recibió el premio internacional Giuseppe Sciacca, que reconoce a los que luchan por la dignidad de las personas.
“Los niños nos necesitan, nos hacen acordar a nosotros mismos, porque conforme nos hacemos adultos nos olvidamos de la infancia, y yo creo que ellos nos hacen amar los sentimientos comunes: el amor puro y los pequeños detalles que los seres humanos tenemos por dentro”, señaló a IWC talks to.
Ensalada de datos curiosos
Le encanta escribir y dibujar. Nunca sale de su casa sin una libreta y un lápiz.
Su película favorita de todos los tiempos es Breakfast at Tiffany’s, el clásico protagonizada por Audrey Hepburn.
La palabra que mejor la describe es perfeccionista.
Si pudiera elegir un súper poder sería ser invisible, ya que no disfruta mucho dar entrevistas.
Asegura que sus hijas Toprak y Maya, las gemelas de 10 años que tuvo con el actor Onur Saylak, son sus mejores amigas.
Disfruta de escuchar música clásica y se ha probado como cantante, aunque era algo que le daba miedo hacer.
Fue la primera actriz turca en ser nominada a un Emmy en la categoría Mejor Actriz por su rol en la novela 20 Dakika (20 minutos) en 2014.
Su debut en Netflix fue en 2020, con el estreno de la miniserie El gran imperio Otomano. Reapareció en la plataforma este año con la exitosa Mi otra yo, que se mantuvo primera en el ranking de las más vistas por semanas.
Con más de seis millones de seguidores en Instagram, es imagen para Oriente Medio de la marca de joyas ARTE Madrid y de la firma de relojes suizos IWC Schaffhausen.