"Mi nombre es Masrui, y es un placer ser su mayordomo durante su crucero, puede localizarme en cualquier momento en el 6405”. Así comienza la tarjeta que los huéspedes del Yacht Club del MSC Splendida reciben ni bien ingresan a su cabina. A la ya tradicional oferta de los cruceros que llegan a Montevideo, a partir de la próxima temporada 2025-2026 se sumará esta nueva modalidad de viaje, donde los conceptos de servicio personalizado, lujo y comodidad se redefinen.

Quizás la definición más exacta de esta experiencia es viajar en un barco dentro de otro barco. El huésped se encuentra a bordo del crucero, sí, pero su experiencia es única y distinta a la de las miles de personas con las que comparte sus vacaciones. Por eso, desde MSC suelen catalogar la modalidad como exclusividad y privacidad en un mundo de opciones. Y eso es así ya desde antes de embarcar.

Foto: MSC

Para empezar, ni bien se llega al puerto es posible evitar las filas. Se ingresa directamente a un sector para huéspedes del Yacht Club, donde se realiza rápidamente el check-in mientras ofrecen jugos naturales, frutas y champagne. Luego será acompañado a su cabina.

En el Yacht Club hay múltiples opciones de alojamiento -varían según el barco-, que se adaptan a diversidad de gustos y necesidades, desde las suites con bañera de hidromasaje privada hasta los dúplex para familias o las que cuentan con más espacio para descansar. Lo que tienen en común es un diseño sofisticado, espacios amplios y el máximo confort con ropa de cama de algodón egipcio y hasta un menú de almohadas.

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Ya en la cabina podrá conectar sus dispositivos a Internet y disfrutar del minibar, todo a su disposición -ambos servicios incluidos en la tarifa-. Es allí donde el mayordomo deja su carta de bienvenida y presentación. ¿Un mayordomo? Para casi cualquier huésped es un servicio más que exótico, pero al que se acostumbrará y rápido. ¿Su función? Ayudarlo en todo lo que requiera, como reservar excursiones, restaurantes o tratamientos en el spa, conseguir que le planchen una camisa o acompañarlo cuando desembarca.

Para empezar, por ejemplo, puede pedirle ayuda para que personalice el minibar según sus preferencias. Luego, podrá llamarlo ante cualquier duda y cada noche encontrará la cabina acomodada -esto se suma al servicio de limpieza matutino- y los mejores chocolates italianos en su mesa de luz.

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Sí, al lujo y la exclusividad también se acostumbrará rápido. Si llegó con ganas de picar algo, lo primero es darse una vuelta por el Top Sail Lounge. Ubicado en el área de MSC Yacht Club en la proa del barco, es amplio y vidriado, ofrece impresionantes vistas junto con bocados gourmet y bebidas premium (que también están incluidas). Aquí se hace bien visible una de las principales ventajas de esta experiencia: no se encontrará con aglomeraciones, sí con espacios libres.

Lo mismo sucederá si decide ir a la piscina. Esta modalidad también incluye un área exclusiva con una terraza al aire libre con el Yacht Club Grill & Bar, que ofrece comidas y bebidas durante todo el día, ya desde la mañana, con una amplia selección de opciones de desayuno. Muy cerca, reposeras para estar al sol -con toallas súper mullidas-, una piscina y varios jacuzzis con agua templada son entorno perfecto para descansar. Y también tomar algo, ya que de forma permanente los camareros le consultarán qué desea entre decenas de posibilidades, como cócteles artesanales, cervezas, vinos y, si llega la noche, una copa de champagne bien fría.

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Uno de los puntos fuertes de esta modalidad premium es, sin dudas, la gastronomía. Si bien es posible ir a todos los restaurantes del crucero, también aquí hay oferta solo para unos pocos. Una recomendación: el restaurante Yacht Club, tanto por su ambientación como por la cocina gourmet mediterránea e internacional, que también combina ingredientes locales. En este restaurante a la carta, se vuelven a repetir algunas de las características centrales de esta forma de viajar: los espacios son amplios -incluso entre las mesas- y la cantidad de comensales es la justa para sentirse acompañado pero no invadido. Disponible para el desayuno, almuerzo y cena, en el menú de una noche se pueden encontrar -otro punto a favor, la mayoría de los platos varían cada día- entradas como cóctel de camarones, terrina de foie gras, ensalada César y sopa de mariscos y principales como risoto de hongos, cola de langosta europea grillada, filet mignon a la Rosini y strudel vegetariano.

Mención aparte merece la carta de vinos -con una selección cuidadosamente curada e internacional- y un sommelier con las mejores recomendaciones. Y un punto clave: todo ya está incluido en la tarifa. También es parte del paquete el acceso gratuito a la MSC Aurea Spa Thermal Suite -busque el área de descanso, con sillas de relax, ideales para leer y disfrutar de la vista- y descuentos en tratamientos de spa.

Aunque el Yacht Club es más que tentador, no se olvide del resto del barco, en especial del teatro, los diferentes kids club si va con niños, y de darse una vuelta por la piscina central donde a toda hora hay diferentes actividades y mucho movimiento.

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