"Yo no voy al psicólogo. Lo soluciono con un café o una cerveza y sigo”. Así rezaba el titular de una reciente entrevista a un famoso actor y humorista argentino. La psicóloga clínica Marina Mammoliti, creadora del podcast Psicología al Desnudo, el más escuchado en el rubro en Spotify en Hispanoamérica, entiende de dónde viene esa idea que parece aferrada a viejas creencias sobre la salud mental y la necesidad de atención. “Hay un montón de cosas chiquititas que hacemos que pueden ser terapéuticas, como llorar o hablar con un amigo, que hacen que nos sintamos mejor”, pero -sigue- “hay un abismo de diferencia entre el cafecito y la terapia, cuyo objetivo no es únicamente el alivio instantáneo”.
Ni la cerveza ni el amigo ni los cinco tips de un influencer podrán hacer, a su juicio, lo que puede lograr la psicoterapia: un proceso de autoconocimiento que busca caminar hacia la mejora de la salud mental del paciente (y que lleva más tiempo que beber un café).
Ya sea a través de la escucha de Psicología al Desnudo o al asistir al evento “Amor y Conexiones Auténticas”, que la tendrá como protagonista el próximo 10 de setiembre y que realizará junto a El País en la Sala Teatro Movie Montevideo Shopping, Mammoliti espera que el público se quede con ganas de explorar las preguntas que a ella la han mantenido inquieta desde siempre: ¿por qué hacemos lo que hacemos?, ¿por qué pensamos lo que pensamos?, ¿por qué sentimos lo que sentimos?
“Siempre fui híper curiosa. Era de esos niños que querían ser astronautas, porque siempre me interesaron muchos los misterios de las galaxias y los planetas. Pero rápidamente me di cuenta que no me gustaba la física o la matemática que el trabajo de astronauta requeriría. Años después, en un clase de psicología en el liceo me di cuenta que nosotros mismos somos un universo. Recuerdo que ahí apareció muy fuertemente en mí la idea de explorar los mini universos que somos”, relata sobre cómo descubrió su vocación.
¿Dónde está el equilibrio? Marina Mammoliti es licenciada en Psicología, egresada de la Universidad Nacional de Córdoba, especializada en psicología analítica junguiana, es decir, aquella desarrollada por Carl Jung (1875-1961). Este fue el creador de la famosa teoría del “inconsciente colectivo”, como parte fundamental de la psique además del yo y del inconsciente personal. En otras palabras, la psicología analítica junguiana habla de la necesidad de arrojar luz a lo inconsciente para comprender de dónde viene aquello que repetimos sin saber por qué -y nos hace mal- dado que solo lo individual no basta. Si pasamos de la metáfora del “mini universo” a un iceberg, es entender que debajo de la superficie está la suma de experiencias pasadas, creencias arraigadas, traumas no resueltos y patrones de pensamiento que deben ser revisados para no caer en los mismos errores. El desafío, claro está, es querer bucear hacia el fondo.
Uno de los postulados de Jung es que la vida es un equilibrio entre los opuestos. Y, en este sentido, la psicóloga cree que la vida moderna está en completo desbalance. Piense en este ejemplo: la generación de sus abuelos reprimía todo lo que tenía que ver con el sexo; hoy se revelan cosas que deberían quedar para el fuero íntimo. O este ejemplo: de no creernos merecedores de amor podemos pasar a ejercer un amor propio tan exacerbado que termina siendo egoísmo.
Lo mismo pasa con aspectos de la salud mental. “Antes no se hablaba de emociones; hoy decimos todo. De un exceso pasamos a su opuesto”, apunta. El tema es que, ante la falta de equilibrio, se cae en el extremo: “Ya no me siento un poco triste, estoy depresivo; ya no me cuesta un poco concentrarme, tengo trastorno de déficit atencional e hiperactividad; ya no me pongo un poco nervioso, tengo trastorno de ansiedad generalizado. Estamos empezando a entender nuestras emociones, y en este inicio, nos cuesta entender qué montos son saludables y habituales y cuáles son problemáticos”.
Y añade: “Nos fuimos al otro extremo de pensar que cualquier mini emoción no es normal. Si vas a encontrarte con alguien que recién conocés y te sentís nervioso no significa que tenés sí o sí fobia social. Es lo que naturalmente te va a pasar en esa situación. Hay que encontrar el límite de lo que es saludable”.
En este camino es que eligió comunicar “la ciencia o el arte de la psicología”, en un lenguaje sencillo pero con rigor científico, primero en su Instagram (@psi.mammoliti), sin mayores pretensiones que llegar a sus pacientes al inicio de la pandemia por covid-19. En ese entonces vivía en Playa Unión, a seis kilómetros de Rawson, la capital de la provincia de Chubut. Pronto los caracteres de Instagram “quedaron chicos” y empezó a grabar de forma totalmente casera sus primeros episodios para Psicología al Desnudo para responder a las inquietudes de pacientes y seguidores en aspectos tan variados como duelo, amor propio, ansiedad o positividad tóxica. Esta iniciativa ya superó los 120 episodios y el podcast figura en el top 15 mundial.
“Sabemos que competimos -el plural se debe a que ahora es un esfuerzo de un equipo de profesionales- con cuentas (en redes sociales) que ofrecen recetas rápidas. Y es lo que mucha gente quiere. Pero a la sexta vez que fuiste a buscar el tip y no te resolvió (el problema), vas a terminar en algún lugar donde te expliquen a nivel profundo cuál es el mecanismo de fondo”, dice a Domingo. Ese lugar es la divulgación de la ciencia responsable y también es la terapia. Lo otro, en muchos casos, son meras transmisiones de experiencias personales que se colocan en un lugar de verdad absoluta que, incluso, pueden llegar a dar mensajes equivocados o “peligrosos”.
“Está lleno de influencers de fitness o de bienestar que comparten sus experiencias personales. Y yo entiendo que lo hagan con mucho deseo de compartirlo, porque cuando hacés algo que a vos te funciona y te hace sentir muy bien, obviamente, lo querés compartir. Querés que el mundo lo haga también, ¡que se sienta igual de bien que vos! Pero, y acá está el problema, que a vos te haya funcionado, no tiene por qué ser la receta del éxito para otros”, explica. Nuevamente, cada individuo es un complejo mini universo que deberá encontrar el equilibro de lo que es sano para él.
Sistema operativo emocional.
Uno de los conceptos últimamente más simplificados es el del apego. La psicóloga hablará sobre eso en el evento “Amor y Conexiones Auténticas”. Al contrario de la reducción que se muestra en redes sociales sobre esta teoría, Mammoliti explicará por qué se considera que el apego es “la raíz de nuestra personalidad”. Es aquel vínculo emocional profundo que establecemos desde los primeros momentos de nuestra vida y que entiende que “es la semilla de lo que hacemos hoy”, algo así como “nuestro sistema operativo”.
Así lo explica: “Quiero que el público reconozca su estilo de apego para entender por qué nos comportamos como nos comportamos o por qué nos cuesta más o menos soltar y dejar ir aquello que nos duele”. Al reconocer “nuestro sistema operativo”, es decir, si tenemos apego seguro, evitativo, ansioso o desorganizado, dejaremos de “andar por la vida en piloto automático” para pasar a construir relaciones más saludables y satisfactorias. Mammoliti recuerda que, al final del día, lo que está en juego es nuestra salud mental, y esta merece más que el alivio instantáneo del café con un amigo o un consejo rápido; merece el compromiso con nuestro propio bienestar.
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