Un concurso nacional de mesas de té que no para de crecer y salvó de la tristeza a una de sus creadoras

"En Conchillas el té se toma así" se titula esta competencia creada en 2013 por tres doñas de Conchillas en un afán por revalorizar esta costumbre inglesa. La próxima edición será el 14 de octubre.

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La competencia plantea presentar una mesa de té al mejor estilo inglés, con el fin de que sea lo más representativa de la tradición inglesa.
La competencia plantea presentar una mesa de té al mejor estilo inglés, con el fin de que sea lo más representativa de la tradición inglesa.
Foto: Gentileza MdP.

En la casa de la niñez de Cristina Fernández (75) la hora del té era sagrada. Vivía con su familia en la localidad coloniense Cerros de San Juan, su padre era carpintero, tenía el negocio frente a la casa y Cristina recuerda que paraba toda actividad a las 16:55 para poder cumplir con esta tradición inglesa. La mamá de Cristina lo esperaba para servir el té en una preciosa vajilla antigua, que hoy cuida como un tesoro.

Pasaron los años, Cristina se casó, se mudó a Conchillas (Colonia), fue mamá, quedó viuda y fue justamente el té el que la rescató del dolor y la tristeza que le provocó la muerte de su esposo en 2013. Resulta que ese año se anotó a un taller impartido por la Universidad Claeh apenas desembarcó la empresa Montes del Plata en Colonia, donde les enseñaban a armar proyectos y manejar computadoras. En esa clase también estaban sus amigas Raquel Chocho y Mercedes Brochini -ambas de 80 años- y las tres coincidieron en el deseo de hacer algo por Conchillas. Luego de afinar ideas decidieron crear un concurso de mesas de té titulado En Conchillas el té se toma así con el afán de preservar este patrimonio intangible. La próxima edición del evento será el sábado 14 de octubre en Casa Evans.

Cristina Fernández, Mercedes Brochini y Raquel Chocho, creadoras del Concurso Nacional de Mesas de Té.
Cristina Fernández, Mercedes Brochini y Raquel Chocho, creadoras del Concurso Nacional de Mesas de Té.

Las doñas bautizaron su grupo Un sueño nos impulsa y superó todas sus expectativas: el primer año la competencia fue local, luego departamental y hoy es nacional. El evento, además, fue declarado de Interés Turístico en 2015. De 12 mesas y unas 60 personas en el público en su debut, se pasó a 30 mesas y más de 800 concurrentes.

“Lo hicimos como una ilusión, como un sueño y nos colmó el alma porque jamás pensamos que íbamos a tener un público tan grande; hemos tenido participantes hasta de Buenos Aires”, afirma con entusiasmo Cristina Fernández a Domingo.

Su creadora confiesa que el principal cometido del certamen era “que quedara algo en el pueblo que resaltara la tradición de los ingleses”. Es que Conchillas fue fundada en 1887 por la empresa británica Walker & Company: compraron las tierras, trajeron gente de Europa para poblar, ellos acercaron sus costumbres, y así el té se convirtió en marca registrada por estos pagos.

Como en Inglaterra

Hay dos categorías: amateur (para los que debutan) y homenaje (uno de los participantes tiene que haber participado en ediciones anteriores). El período de inscripción cerró el 6/10 y el costo era de $ 500. El jurado lo integran Mónica Devoto (sommelier de té), Luciana Andion (especialista en protocolo) y Gladys Mayer en el área de gastronomía (es el único jurado que cambia cada edición). Deben presentar una mesa al mejor estilo inglés: “Hay distintos estilos (inglés, francés, americano, continental) y cada uno tiene su forma de presentar la mesa”, señala Luciana. Y pone un ejemplo: “El estilo francés ubica los cubiertos hacia abajo y el inglés hacia arriba”. La vajilla sí o sí tiene que ser inglesa, aunque se aceptan piezas de distintos juegos.

La sommelier de té Mónica Devoto es una de las tres jurados del concurso.
La sommelier de té Mónica Devoto es una de las tres jurados del concurso.
Foto: Gentileza MdP.

Cada mesa debe elaborar una docena de scones, mermelada y dos tortas de pastelería inglesa. Los ingleses toman un té negro así que este no puede faltar de base, aunque luego se pueda incluir uno blendeado con frutos o flores. Y debe estar “maridado” con la elección gastronómica. Luciana evalúa que estén presentes todos los elementos que requiere armar una mesa de té: “Miro el orden y ubicación de cada uno de los elementos (la vajilla, cómo está colocada la servilleta, cómo está puesto el arreglo floral) y si hay una armonía en la presentación”, explica. Cada jurado pone un puntaje, se reúnen, hacen un promedio y se entrega un primer y segundo premio en cada categoría. En el caso del Homenaje, se busca que las mesas cuenten una historia y se elige el tema (un gusto o un hobby de Carlos III) en función de eso. “Lo que hace al ganador es que realmente nos haga vivir una tarde de té al estilo inglés. Esto no implica ser muy suntuosa, al contrario, a veces las mesas más simples son las mejores porque rescatan determinadas tradiciones a la hora de elegir esa taza de té que de repente era de tu abuela, o esos scones esponjosos. Lo que evaluamos es que la mesa sea representativa de la tradición inglesa”, cierra.

Casa Evans, el escenario actual del concurso, era el comercio de ramos generales más grande de la zona: ahí vendían, entre otras cosas, vajilla, manteles y libros de recetas de origen inglés. Muchos pobladores heredaron esas piezas originales de sus ancestros y las sacan a relucir en este certamen.

También en Casa Evans sonaban campanas a las cinco de la tarde para anunciar que erala hora del té. Así lo relata a Domingo Daniela Hernández. Ella es una de las tres miembros del nuevo comité organizador vigente hace un año -lo completan Roberta Fernández y Raquel Maciel-. “Las doñas”, como las llaman las más novatas, les pasaron la posta porque según declara Cristina, la organización implica mucho tiempo, trabajo y energía y ellas estaban algo cansadas.

“El año pasado nos invitaron a tomar un té y nos vinieron con el regalo de que ellas no iban a poder seguir organizando el concurso y querían que nosotras tres fuéramos las sucesoras”, cuenta emocionada Daniela.

Las doñas les dejaron también una carta con sugerencias a implementar, entre ellas, incluir una categoría dirigida a los participantes con experiencia. Y así nació la categoría Homenaje, que se inauguró conIsabel IIen sus 70 años de reinado, y en esta edición será un tributo al rey Carlos III.

La competencia arranca a las 9:00, cuando los equipos -pueden ser de dos personas- llegan a Casa Evans con su vajilla, manteles, adornos y comida. Tienen hasta el mediodía para armar sus mesas. Luego ingresa el jurado y va mesa por mesa (ver recuadro). A las 15:30 se abren las puertas al público (la entrada vale $ 250) que puede elegir su mesa favorita para el premio “Yo Voto”. La entrega de premios es a las 17:00 y siempre hay un show previo. Acto seguido, se empiezan a desarmar las mesas para la ansiada degustación.

Luciana Andion, jurado de protocolo, invita a que se acerquen y participen del evento todos los amantes del té: “Si no sabés cocinar, le pedís a alguien que te haga la comida. El jurado no evalúa que prepares vos las cosas. Si no tenés vajilla la pedís prestada. Siempre digo queel té une a aquellas almas dispuestas a encontrarse porque tiene una magia que se disfruta”, asegura.

La semilla germinó

Rescatar tradiciones, recetas familiares, vajillas antiguas y volver a hablar de la hora del té son las metas de este Concurso Nacional de Mesas de Té, que no paró de crecer desde su arranque una década atrás (ese inicio coincidió con el premio Pueblo Turístico otorgado a Conchillas por el Ministerio de Turismo). En 2015 tuvieron que mudar la locación al Colonia West Hotel porque El Palenque (sitio donde se hizo el debut) les quedó chico. El nuevo comité organizador sumó la presencia en redes sociales, consiguió hacer el lanzamiento del certamen en la Expo Prado y logró el apoyo de la Embajada Británica. En esta edición se darán el lujo de contar con la presencia de la embajadora Faye O’Connor.

El concurso nacional de mesas de té tiene dos categorías: amateur (para principiantes) y homenaje (dirigida a ex participantes).
El concurso nacional de mesas de té tiene dos categorías: amateur (para principiantes) y homenaje (dirigida a ex participantes).
Foto: Gentileza MdP.

Las doñas felices de que su “hijo” siga creciendo: “Sembramos, y ya que la semilla germinó, queremos que continúe”, asegura Cristina sobre el recambio. Los antiguos ganadores recibieron experiencias turísticas, meriendas, libros de recetas, almuerzos y hasta una tarde de té en la residencia de la embajadora. “Hay varios premios pero la mayoría de la gente participa por la experiencia”, opina Daniela. Cristina tiene pruebas que lo confirman: “Viene gente de todo el país, y si vieras la vajilla y los manteles que traen: una cosa hermosísima. Nosotras armábamos excursiones y venían de Montevideo y Rocha”, cuenta. Y aporta otro lindo y colorido dato: “Durante cinco años también hicimos un concurso de jardines en noviembre. Le pedíamos a los vecinos que embellecieran el frente de sus casas y luego pasaba el jurado por las ubicaciones inscriptas. En paralelo se hacía un concurso de macetas con los niños de las escuelas y se exponían en la plaza. Le cambiábamos el color al pueblo”, relata orgullosa.

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