Julio es el nombre del perro que aparece en la foto de perfil de @ai8art, una nueva cuenta de Instagram. Se trata de un pug con un visor de realidad aumentada que, en la vida real, fue la mascota de Freddy Slivinski, un uruguayo que vive en Israel junto a su familia desde 2002 y trabaja en publicidad y marketing. Sin embargo, la foto fue generada por inteligencia artificial (IA), tecnología que está en el centro del nuevo proyecto de Slivinski, quien ya ha desarrollado otras ideas virales.

Las imágenes que acompañan esta nota ofrecen un vistazo a lo que busca comunicar @ai8art: Leonardo DiCaprio vendiendo hamburguesas de una reconocida casa de comida rápida, el papa Francisco vestido por Adidas, o una escultura de Sócrates haciendo un globo con un chicle.

Con una chispa de imaginación y la herramienta adecuada de IA, todo parece posible. Esa es la invitación que hace Slivinski: combinando MidJourney para las imágenes, Vidu AI para las animaciones y ChatGPT para los textos, da vida a historias disparatadas. “Todo lo hizo un robot. Y el resultado alcanza un nivel muy alto”, comenta a Domingo, sorprendido por los resultados.

@ai8art es un proyecto creativo que explora el potencial tecnológico en el diseño gráfico y la publicidad. Aunque Slivinski asegura que lo disfruta, también plantea una reflexión: ¿seguirán siendo los humanos necesarios para crear este tipo de contenido? La pregunta surge al observar su mercado laboral: empresas que antes contaban, por ejemplo, con 10 diseñadores, ahora tienen dos; empresas que antes necesitaban creativos para redactar textos, ahora los generan con ChatGPT. Lejos de desanimarse, afirma: “Creo que siempre hará falta el toque humano para lograr algo único. La creatividad y el pensamiento diferente los aportamos nosotros”. En este sentido, anticipa que, en un futuro cercano, surgirán nuevos roles, como editores de imágenes y textos generados artificialmente o creativos especializados en la creación de “prompts”, es decir, las instrucciones que se le dan a un sistema de IA.

Por ejemplo, detrás de cada imagen compartida en la cuenta hay una historia ideada por Slivinski en su rol humano; como preguntarse qué haría su actor favorito si no se dedicara al cine o cómo se vestiría el pontífice si quisiera explorar un estilo más cool. Algunas son más complejas y humorísticas, como la imagen y el relato de un bebé rebelde montando un rinoceronte, un modelo de championes que satiriza la moda, o un toro -porque Slivinski es de tauro- vestido de torero. En cualquier caso, el resultado final siempre tiene el toque humano y debe ser supervisado por alguien de carne y hueso. Al fin y al cabo, el humor humano sigue teniendo ventaja sobre el de ChatGPT, que al ser consultado para esta nota propuso este chiste: “¿Cuál es el colmo de Aladdín? ¡Tener mal genio!”.

Slivinski continuará publicando historias en inglés y pronto abrirá un buzón para que sus seguidores propongan las suyas.