Nancy, Laura, Geraldine, Mara (dos con el mismo nombre), Karina, Michelle y Felicitas son las valquirias de esta misión. Es cierto que sus nombres no suenan como los de las míticas guerreras nórdicas, como Sigrún, Skogul o Gud, pero estas mujeres son igualmente valientes y han sido elegidas para un desafío: la primera misión análoga marciana compuesta exclusivamente por una tripulación femenina. Entre ellas, la uruguaya Mara Cecilia Fernández asumirá el rol de comandante, al igual que Brunilda en la mitología.
Misión Valquiria es un proyecto pionero que busca empoderar a las mujeres en la exploración espacial y en las disciplinas STEAM en América Latina. Las ocho seleccionadas pasarán 15 días confinadas en un hábitat que simulará una operación científica en Marte, ubicado en Cundinamarca, Colombia, mientras que otras seis brindarán apoyo desde “tierra”.
Este proyecto, organizado por Woman AeroSteam, reúne a mujeres civiles y militares de Uruguay, Perú, Colombia, Chile, Ecuador, México, Argentina, Bolivia y Guatemala para desarrollar investigaciones sobre salud femenina en el espacio, cultivos en Marte y gestión de errores en operaciones técnicas. Además, tiene el objetivo de acercar la ciencia y la tecnología a las niñas del continente. Un detalle especial: la tripulación contará con una mascota robótica creada por niñas a través del programa Ceibal.
“América Latina tiene muy poca voz y voto en el espacio. Nuestra cultura no está representada y eso tiene que cambiar. El espacio no es el futuro, es el presente”, afirma la comandante de la Misión Valquiria, Fernández, de 35 años y capitana del Cuerpo Aéreo de la Fuerza Aérea Uruguaya.
Confinamiento marciano.
La tripulación está en formación desde abril de este año y las investigaciones científicas comenzaron en mayo. Fernández aún “no lo puede creer”, pero solo falta un mes para iniciar la misión, cuyo comienzo está previsto para el 19 de noviembre. Durante 13 días, las ocho mujeres seleccionadas completarán otra etapa de entrenamiento y recibirán capacitación de preconfinamiento. El 25 de noviembre ingresarán al Hábitat Análogo de Exploración Espacial Simulada (HAdEES-C), de la Fundación Cydonia, miembro de la Federación Astronáutica Internacional, donde permanecerán por dos semanas.
El HAdEES-C fue diseñado para probar operaciones en condiciones simuladas similares a las de la Luna, Marte y otros cuerpos planetarios. En el caso de la Misión Valquiria, el escenario será el planeta rojo. Por ejemplo, la comunicación entre el hábitat y “la Tierra” tardará 22 minutos, el mismo tiempo que demora la transmisión de cualquier mensaje entre Marte y nuestro planeta. Además, Fernández cuenta que la tripulación solo podrá comunicarse una vez al día. “Es mi tarea a las 5 de la mañana. Informaré que todo está OK. A los 22 minutos recibiré la respuesta. Diré ‘recibido’ y volveremos a estar incomunicadas hasta el día siguiente”, explica.
El resto del día estará dedicado a tareas científicas y de ingeniería. Uno de los objetivos principales es estudiar la salud femenina en condiciones simuladas de Marte, específicamente la menstruación, el estrés y las alteraciones del sistema inmunológico, para anticipar los efectos en futuras misiones espaciales. “Usaremos trajes que medirán desde el ritmo cardíaco hasta los niveles de oxígeno. En situaciones de estrés, registrarán cómo nuestro cuerpo lo percibe y cómo lo maneja”, explica la comandante.
También se llevará a cabo un proyecto de botánica que estudiará el cultivo de semillas utilizando equipos de simulación de microgravedad y luz azul. En este caso, se analizarán siete semillas que son “social y económicamente importantes” para el continente y representativas de los países participantes. La acelga será la representante de Uruguay, de alto valor nutritivo y bajo aporte calórico.
Las valquirias también deberán resolver distintos problemas y desperfectos técnicos tanto dentro como fuera del hábitat, como el impacto de un meteorito o fallas en el sistema de soporte vital.
Por otra parte, la tripulación enfrentará ciertas restricciones de recursos, como agua y electricidad. “Solo tendremos un litro de agua por persona para todo. No podremos bañarnos”, relata Fernández. El baño, por ejemplo, será seco. ¿Y la alimentación? Solo consumirán alimentos deshidratados. Contrario a lo que se podría pensar, “al agregarle una mínima cantidad de agua, una zanahoria sabe igual que una zanahoria fresca; es una comida amigable”, comenta la comandante de la misión.
Estas restricciones, sumadas al confinamiento y la presión, complicarán la convivencia, por lo que se ha prestado especial atención a la selección de los perfiles, la enseñanza de técnicas de control emocional y el apoyo psicológico. “Imaginate todo este trabajo para que alguien se enoje y abra un centímetro la puerta. Si la puerta se abre, la misión fracasa”, advierte Fernández. Parte de sus responsabilidades será gestionar al equipo en un desafío físico y mental que busca trascender los límites de la Tierra.
El Hábitat Análogo de Exploración Espacial Simulada es el primero de su tipo en Colombia. Con una superficie de 178 metros cuadrados, cuenta con cinco estructuras habitables: dormitorios, cocina, esclusa, invernadero con baño y un domo principal con laboratorio de ingeniería y otro de geobiología, zona de trabajo y zona de ejercicio. Hay restricciones en el uso de agua y energía.