EL PERSONAJE
La sindicalista se transformó en una figura de los medios. Está al frente de una fundación sobre Trastorno del Espectro Autista y dice que su vida cambió luego del accidente de tránsito
Valeria Ripoll es una rara avis en el sindicalismo uruguayo. Hace años desembarcó como una cara nueva, fresca, en Adeom, el sindicato de los municipales que -salvo excepciones como la de Mabel Lolo- siempre ha sido dirigido por hombres y nunca contó con la simpatía de todos los montevideanos. Lo hizo con lengua filosa y temple de acero. Dos características que algunos no creían que podía esgrimir una joven gremialista.
Pero su vida ha cambiado. Y ella ha dado pistas de que va por más. Desde hace meses es panelista del programa televisivoEsta boca es mía y recientemente hizo público, a través de las redes, que se separó de su marido. ¿Qué le puede importar al público que una sindicalista se separe?, se preguntará usted. La respuesta puede encontrarse en ese giro que está teniendo su vida: el de transformarse en una figura mediática, más allá de representar a una masa de trabajadores.
Pocos conocen que Ripoll (39) es una activista destacada por los derechos de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Y pese a que muchos la consideran una militante “de izquierda” (estuvo afiliada al Partido Comunista), dice que hoy no votaría al Frente Amplio.
A comienzos de año tuvo un duro accidente automovilístico -que también mediatizó-, que la hizo replantearse muchas cosas.
—¿Qué le dejó ese hecho?
—Es algo que no voy a olvidar en toda mi vida, nunca había tenido un accidente de tránsito. Primero que nada agradezco que no andábamos apurados. Veníamos de pasar el fin de año en el camping de Aguas Dulces con unos compañeros y salimos con tiempo, como a las nueve de la mañana, porque yo tenía programa a eso de las dos de la tarde. Además, la ruta estaba muy trancada, todo estaba muy lento. Nos quedamos sin frenos y Martín (el conductor) atinó a doblar hacia un caminito que salía ahí. Nos dimos contra una palmera, volcamos y dimos tres vueltas. Él no se lastimó y mi hija más chica, que venía atrás, tampoco. Yo me quebré el fémur, pero podría haber sido muchísimo peor si hubiéramos ido a la velocidad que uno viaja normalmente por la ruta.
Ripoll agradece a toda la gente que se detuvo a socorrerlos, que fue mucha. “Yo no podía salir del auto porque estaba quebrada y tuve que esperar hasta que llegó la emergencia. Me atendieron muy bien en una policlínica chiquita de Castillos en la que prácticamente no había recursos. Podríamos no haber contado el cuento. Mucha gente que vio cómo quedó el auto pensó lo peor”.
El accidente la hizo parar, por primera vez. Y poner en cada lado de la balanza el tiempo invertido en sus múltiples actividades y en su propia familia. “Yo no paro nunca, ni en mi licencia, no dejo de responder el teléfono. Me hizo ver que vivís recontra acelerado y que priorizás todo lo de los demás todo el tiempo; pero en ese segundo podríamos haber muerto. Creo que fue la primera vez en un montón de años que hice una pausa, porque no podía caminar, aunque en dos semanas ya me estaban bajando de mi casa en silla de ruedas para volver a Adeom e ir al programa (se ríe). Me hizo pensar y ver las cosas de otra forma, porque hoy podría no estar acá. Después de este tipo de hechos valorás mucho más el tiempo que compartís con tu familia y cada cosa que hacés con tus seres queridos. Hoy mis responsabilidades con Adeom me las tomo de otra forma. Se terminó el full time, ahora tengo que llegar a mi casa y comer con mi familia”, sostiene.
Abrazo Azul y la Filarmónica
Valeria Ripoll tiene tres hijos: Celeste (16), Nahuel (14) y Julieta (7). El varón padece Trastorno del Espectro Autista (TEA), un problema de desarrollo que puede generar déficits comunicacionales y conductuales significativos. A partir de su experiencia de vida junto a Nahuel, impulsó la creación de la fundación Abrazo Azul, una organización sin fines de lucro que busca incluir, acompañar y ayudar a padres y niños que viven una realidad similar a la suya (ver nota aparte).
Ripoll entró a trabajar en la Intendencia de Montevideo en 2007, a partir de un llamado masivo para obreros y administrativos que se hizo el año anterior. Llenó un formulario, lo puso en una urna en un Centro Comunal Zonal y luego participó de un sorteo en el que resultó favorecida. Entró primero al Planetario, luego pasó por el Jardín Botánico y por último fue asignada al Teatro Solís, donde se encuentra trabajando actualmente como inspectora de la Orquesta Filarmónica. “No soy la única inspectora. Nos encargamos de hacer las citaciones según el programa, de contratar músicos extra cuando es necesario, de llamar y mandar las convocatorias a los ensayos”, explica.
El sindicalismo
Como mujer, secretaria general de Adeom, integrante del PIT-CNT y de la Federación Nacional de Municipales, es sin dudas una figura “de peso” en el sindicalismo uruguayo.
—¿Considera que el ambiente sindical es machista? ¿Que debería haber más mujeres?
—Obviamente el sindicalismo siempre ha sido un ámbito vinculado a los hombres. Hasta hace muy poco tiempo era como la excepción ver mujeres y se remarcaba continuamente un sindicato que estaba liderado por una mujer. En Adeom, si vos salís de Mabel Lolo y Elena Lequio, no hay otras compañeras que hayan sido secretarias generales o presidentas. Somos pocas y muchas veces estamos en lugares por cuota, lo que también hace que tengas varias mujeres para llenar una mesa pero que en realidad no hablan, no opinan, no conocen los temas.
Según Ripoll, el sindicalismo es un ámbito difícil para las mujeres con hijos porque implica muchas horas al día y los problemas o conflictos surgen sin previo aviso. “Te pueden pasar de madrugada, en cualquier momento. Y yo soy dirigente en el interior (de la Federación de Municipales), por lo que tengo que viajar seguido. Me ha pasado de tener que ir con mi hija más chica. Es mucho más complejo para nosotras, las mujeres, estar en este tipo de responsabilidades”, destaca.
Y sabe que le cambió la cara al sindicato de la intendencia. “El trabajador municipal venía con una imagen bastante castigada y desvalorizada en cuanto a la tarea que realizamos. Hemos resuelto cambiar la estrategia y salir a explicarle más a la gente por qué son las medidas, que muchas veces no son económicas sino por falta de personal o porque no tenés las herramientas para cumplir con los servicios. El paro ya no es la primera medida que se toma, hemos optado por alternativas como la denuncia o las ocupaciones para mostrar la situación”, señala.
Con respecto a su vinculación con los medios de comunicación, se considera una persona “diferente” como vocera sindical: “Adeom ha llegado a tener grandes conflictos con los periodistas, de no dejarlos entrar a la sede, o de no tratarlos de la mejor manera, cuando vos los necesitás para que puedan mostrar tu planteo. Lo peor que podés hacer es ver a los periodistas como enemigos. En ese punto me considero muy respetuosa y respondo cada vez que me consultan. Y esto, no a mí, a toda la directiva, nos ha permitido generar credibilidad en la población”.
Consultada sobre si le gustaría ocupar un cargo político, responde que no lo descarta. Incluso no rehuye a la posibilidad de postularse a intendenta en caso que se lo ofrezcan. “Me gustaría en algún momento dar el paso. Creo que todo en la vida tiene un ciclo. Siempre estuve en contra del dirigente sindical que está 40 años, que se jubila de eso y que no le da espacio a los jóvenes. Desde mi agrupación he generado una cantidad de recambios, hay un montón de compañeros que se han capacitado, que han participado en la directiva de Adeom y que van a las reuniones. Yo mañana podría irme y sé que hay personas que están capacitadas para poder seguir”, señala.
Hoy no milita en ningún sector y no participa en la política partidaria como para que alguien la promueva como candidata, pero el tiempo dirá a dónde la conduce este giro que está teniendo su vida.
Más allá de la vida sindical
Fundación Abrazo Azul
La fundación Abrazo Azul se inauguró en 2020. Como presidenta, hizo hincapié en la importancia de que nuestro país cuente con una legislación sobre el TEA. “Somos un grupo de padres y profesionales que trabajamos y hacemos propuestas. Hemos tenido una reunión con el presidente y con distintos ámbitos ministeriales”, dice.
Esta boca es mía
“Me siento muy cómoda y el equipo de Esta boca es mía es fantástico, te hacen sentir muy bien. Mucha gente cree que con esas discusiones que tenés al aire sos como el enemigo del otro panelista, pero nada que ver. En este caso puedo hablar sin nada que me condicione. Está bueno poder hacerlo, opinar y preocuparme por investigar o averiguar de otras cosas”.
El accidente automovilístico
Ocurrió el 3 de enero en el kilómetro 243 de la ruta 9. Resultó con fractura de fémur y quedó atrapada dentro del vehículo, que dio varias vueltas sobre sí mismo. “Realmente ves pasar tu vida por delante. Me acuerdo de cada segundo del accidente, cuando todo estaba dando vuelta. Es como que el tiempo va más lento”, señala.