Valonia, un paseo para conocer la Bélgica secreta

Historia, cultura y naturaleza en armonía con encantadores castillos y pueblos, ríos y una rica tradición culinaria.

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Ciudadela de Namur
Igor Galo

Por Igor Galo, especial para Domingo

En Valonia, los viajeros pueden descubrir ríos impresionantes custodiados por antiguas ciudadelas y majestuosos castillos. Además, suaves valles, ideales para recorridos en bicicleta, y encantadores tesoros culturales escondidos en ciudades acogedoras y pintorescos pueblos históricos esperan ser explorados.

Esta región belga, que incluye ciudades como Lieja, Charleroi, Namur (su capital) y Dinant, sigue siendo un secreto bien guardado del turismo masivo. Constituida como entidad política en 1970, Valonia es una excelente opción para quienes buscan destinos únicos. Sus monumentos históricos, su exquisita gastronomía y su rica cultura local son algunos de los principales atractivos de esta región que trabaja por afirmar su identidad singular.

Namur, capital de Valonia.

Capital oficial de la región desde 1986, Namur se encuentra en la confluencia de los ríos Mosa y Sambre. Su estratégica ubicación geográfica para el comercio también ha sido la causa de constantes batallas y enfrentamientos a lo largo de su historia.

Una herencia de este pasado es la Ciudadela de Namur, el principal atractivo turístico de la ciudad, a la que Napoleón llamó “La termitera de Europa”. En su interior se excavaron hasta siete kilómetros de galerías subterráneas, y las visitas guiadas en inglés y francés permiten explorar parte de ellas, ofreciendo además un recorrido por cinco siglos de historia de la Europa occidental. Otro punto destacado es el Centro de Visitantes Terra Nova, ubicado a la salida del teleférico, que ofrece un recorrido multimedia por los últimos 2.000 años de la ciudad.

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Namur, capital de Valonia
Igor Galo

Namur ha sido testigo del paso de numerosos militares, reyes, príncipes y gobernantes extranjeros. Desde hace casi 40 años, sin embargo, es la sede de su propio parlamento regional. Recorrer las calles de su barrio histórico permite descubrir joyas como la iglesia barroca de Saint Loup, construida por los jesuitas, o el barrio Art Déco, erigido sobre las ruinas que dejó la Segunda Guerra Mundial.

Gracias a su escala humana, la capital valona invita a perderse sin rumbo por sus calles de trazado medieval. Allí se encuentran lugares como el Museo Félicien Rops, dedicado al artista local más internacional, conocido por su obra Pornócrates, o el Museo TREMA, que alberga objetos medievales, entre ellos el Tesoro de Oignies, una de las siete maravillas de Bélgica. Otro lugar de interés es el complejo museístico Les Bateliers, que cuenta con jardines, entrada gratuita y exposiciones arqueológicas y de artes decorativas.

Una visita a Namur no está completa sin degustar una cerveza local. Las marcas Houppe y Blanche de Namur están entre las más populares y son el acompañamiento perfecto para las papas fritas, que los valones consideran una invención propia. Según una leyenda, en el siglo XVIII, el río Mosa se congeló, lo que impidió a los habitantes pescar los peces típicos de la región. Como solución, comenzaron a cortar las papas en forma de peces y a freírlas, dando origen a este icónico plato. Verdadera o no, lo cierto es que la doble fritura que aplican y las salsas que utilizan les otorgan un sabor único.

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Namur, capital de Valonia
Igor Galo

Joya a orillas del Mosa.

Otra forma ideal de explorar Valonia es en bicicleta. Las orillas de los ríos Mosa y Sambre están acondicionadas para recorridos tranquilos sobre dos ruedas, permitiendo a los visitantes disfrutar de los encantos del valle sin prisas. Entre los pueblos de la región, Dinant destaca como el destino estrella, considerado uno de los más hermosos de Bélgica.

Este icónico lugar es famoso por la cúpula de su colegiata y su imponente ciudadela, que transportan a los visitantes a épocas pasadas. Además, Dinant es conocida por ser la ciudad natal de Adolphe Sax, el inventor del saxofón.

Como es habitual en Bélgica, Dinant cuenta con su propia cerveza, La Caracole, y con vinos locales que llevan la denominación de origen protegida “Costa del Sambre y del Mosa”.

FUERA DE RUTA: CHARLEROI

El contrapunto a la Valonia más coqueta es Charleroi. La ciudad más poblada de la región fue fundada en honor al rey Carlos II en 1664.

Antigua ciudad fortaleza a orillas del río Sambre, llegó a ser de las más prósperas a inicios del siglo XX por sus minas de carbón e industria metalúrgica, pero desde la década de 1970 inició su declive.

Hoy vive una transformación urbana. Su prestigioso Museo de la Fotografía, el mayor de Europa en su tipo, y el museo BPS22 de arte contemporáneo son claves en su renacer cultural. Charleroi no reniega su pasado. En las afueras, lo recuerda con orgullo en Le Bois du Cazier, antigua mina hoy museo, que también alberga el museo del vidrio, una industria donde Valonia fue potencia europea. Los curiosos pueden recorrer la ruta “Entre hierro, carbón y agua”, que atraviesa antiguos escoriales con vistas a la ciudad.

Bien conectada por tren y carretera con los principales puntos turísticos de Valonia y Bruselas, Charleroi es una buena opción para pernoctar.

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