Varina De Cesare vuelve a las tablas: “En el teatro soy más osada”

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Varina de Cesare es modelo, actriz y comunicadora.
Varina De Cesare, actriz, modelo, foto Javier Ce, 2020
Javier_Ce

EL PERSONAJE

Llegó al modelaje por accidente con 10 años y triunfó en Europa. Siempre soñó con ser actriz, hacer cine y salir en TV. En septiembre vuelve al teatro con La obra que sale mal.

Todos hemos oído hablar de estar en el lugar y el momento indicado, aunque a algunos la frase les calce mejor que a otros. Varina De Cesare puede dar fe de ello. Quizás la historia de la hoy modelo, actriz y comunicadora hubiera sido bien distinta si se quedaba en su casa aquella tarde de verano con 10 años. Lo cierto es que el destino le jugó una buena pasada a esa pequeña que fue a un evento en el club Unión Atlética, de su Malvín natal, como tantas veces, sin otra expectativa que divertirse, y su vida mutó para siempre. Esa niña de piel de porcelana, ojos celestes y brillantes, y pelo dorado jamás pasaba desapercibida. Y esa vez no fue la excepción. Bailaba desinhibida con su melena al viento y su típica simpatía. Y en lo mejor del baile, la sorprendió Clora -aún recuerda su nombre y la escena completa- con una propuesta que marcó el rumbo de su vida y su profesión.

“Se me acercó, me dijo si quería hacer un comercial, que buscaban una chica con mis características y le contesté: ‘Le tengo que preguntar a mi mamá’”, cuenta Varina De Cesare a Revista Domingo. Sus padres la autorizaron, grabó en Canal 10 la publicidad para granadina Gerardin -dirigida y musicalizada por Enrique Almada para su asombro- y con el dinero que cobró se compró una pulserita de plata. Desde entonces, no dejaron de lloverle propuestas.

Esa niña que soñó con ser actriz, hacer películas y trabajar en televisión desde que tuvo uso de razón se convirtió en modelo por accidente. Varina, que hoy adora ser masiva, no tenía en sus planes modelar, pero la oportunidad le cayó del cielo, la exprimió al máximo y llegó a sitios inimaginados a muy temprana edad.

Pasado modelo

Comenzó a mechar los juegos en la calle y las idas al colegio con castings, fotos y comerciales desde niña. “Más adelante empecé a ahorrar y a viajar por el mundo con el modelaje, que para mí era algo impensado”, asegura. Desembarcó en Milán, con 20 años, tras haber sido elegida por la agencia Fashion, y al tercer día ya había conseguido empleo.

“Ya había trabajado en Argentina y fui con un book de fotos muy completo. Ya tenía buen material. Cuando llegás a cada lugar hacés fotos y empezás a trabajar, sino te devuelven, digamos, porque sos un número. Para muchas es muy frustrante, yo no puedo decirlo porque para mí fue todo gratificante”, expresa acerca de la competencia en el mundo de la moda.

En una época sin redes sociales ni teléfonos móviles, comunicarse con sus afectos resultaba bastante complejo. Varina compraba postales y se sentaba en el Duomo de Milán a escribir extensas cartas para enviar por correo a su familia en Uruguay. “Es muy solitaria la vida del modelo cuando viaja. Aparte, yo tenía muy claro que tenía que trabajar porque había dejado la Facultad de Comunicación en tercer año por esa oportunidad y era toda una responsabilidad. A mí me interesaba viajar y conocer el mundo”, confiesa.

Luego de Italia, le surgieron contratos en Barcelona y París que la ayudaron a seguir tras su anhelo de recorrer el mundo. Viajaba por temporadas de dos o tres meses y volvía a Uruguay: “Tuve mucha suerte con las agencias y los clientes que me contrataban. Fue todo crecimiento”, afirma sobre su labor en el exterior.

Egos

Una cosa llevó a la otra y después de varias experiencias como modelo internacional surgió la primera y tan esperada propuesta de probarse como actriz en la pantalla grande. El Chevrolé (1999), Plata Quemada (2000), El viaje hacia el mar (2003) y Joya (2008) fueron algunos de los filmes que le permitieron llegar al cine.

En 2009 debutó en teatro con Monólogos de la vagina, dirigida por Álvaro Aunchain, y se enamoró de las tablas.

“Me enfrenté a 700 personas en el Movie con un monólogo súper fuerte y me acuerdo que Emilia Díaz me repetía: ‘Varina, sos actriz’. Me había preparado mucho, no quería subirme al escenario y hacer cualquier cosa”, cuenta.

No es egresada de la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático (EMAD), aunque le hubiera gustado, ni se formó comoactriz -salvo unos talleres que hizo con Rubén Coletto en la etapa liceal- pero el ambiente del teatro le abrió las puertas y sus compañeros la hicieron sentir como en casa.

“Me recibieron de la mejor manera posible, mejor que en la televisión, con súper respeto y cero prejuicio. Los directores empezaron a ver que lo hacía bien y me contrataban, se dio naturalmente”, relata.

-Decías que la tele no te recibió tan bien como el teatro, ¿por qué?
-La tele es más compleja. Hay muchos egos. Yo el ego lo tengo muy bien acomodado en los cajones de mi vida, entonces quiero que haya trabajo para todos. En la tele he sentido más los prejuicios: el ser mujer, el ser rubia. El machismo sigue existiendo en todos lados, aunque estemos avanzando. Siempre he tenido compañeros excelentes pero también otras personas te hacen ver esto de venir del modelaje.

Ser otra

El presente la encuentra feliz de volver a las tablas después de cinco años sin subirse a un escenario -lo último había sido El secreto de la vida, bajo la dirección deJosé María Muscari-. Había recibido algunas propuestas pero ninguna la convencía, hasta que el Teatro del Notariado la convocó para que se sumara a La obra que sale mal -en Argentina se llamó Como el culo- que se estrena el 2 de septiembre y todo cuajó para que aceptara.

“Me convenció que es una obra inglesa, una comedia y después de todo lo que hemos pasado necesitamos reírnos, pasarla bien; me convencieron compañeros que aprecio, como Leo Pacella. Es un elenco maravilloso y con un director (Juan Luis Granato) con el que no había trabajado”, enumera sobre la obra que se exhibirá los viernes en el Notariado.

Para Varina todo es disfrutable sobre las tablas: ensayos, funciones, camaradería y jugar a ser otra. “En el teatro soy más osada, tal vez porque soy otra, estoy interpretando a otra. Soy muy extrovertida pero en la chiquita. Llego a un lugar y hago bastante ruido, soy charlatana, pero a veces está bueno ampararse en personajes”, indica.

Sobre el final de la charla quedará demostrado que es más perfil bajo de lo que deja ver, cuando confiese que jamás usó una aplicación de citas. “Llámenme antigua pero me muero de vergüenza. No me animaría. Me da mejor conocer a alguien en otro ámbito, un asado, una comida. Igual hoy te escriben por Instagram, pero soy tan distraída que me entero al año. Capaz que me he perdido cosas”, bromea.

Nostalgia

Salir en televisión le dio mayor popularidad y jamás lo padeció: “Me fascina ser masiva y me paro a hablar con la gente”, asegura. Lleva casi cuatro años sin tener pantalla diaria -desde que en 2018 Canal 12 decidió bajar La columna de la gente, después de seis años al aire- y por momentos le resulta cuesta arriba.

“Extraño la tele. La gente me sigue saludando y creo que siguen pensando que estoy al aire. Me causa mucha dulzura. Es raro (quedarse sin pantalla) para los que nos gusta hacer eso pero son las reglas del juego: empiezan otros programas, aparecen nuevos formatos y no hay tantos canales. Uno entiende”, declara.

Durante la pandemia participó en Amamos el talento, programa satélite de Got Talent por Canal 10, y armó un ciclo de entrevistas semanales titulado #Uncafécon a través de vivos de Instagram. Invitó a Luciano Supervielle, Victoria Rodríguez, Claudia Fernández y otras figuras. Le agarró el gustito al género y confiesa que le gustaría volver a la televisión con un programa de entrevistas vinculado al arte y la moda.

“Siento que tengo cercanía con la gente como para preguntar esas cosas que puede preguntar cualquier señora o señor desde su casa”, señala.

Percibe que el público asocia su imagen a la modelo y no tanto a sus otras facetas, pero jamás reniega de eso: “Soy muy agradecida al modelaje, de hecho sigo haciendo cosas vinculadas a la moda, aunque hoy mis intereses tienen más que ver con trabajar en la tele, en teatro o hacer conducciones”, comenta. Y agrega: “Siempre hay pendientes, estoy llena de ganas de hacer cosas. La vida son tres días y pasaron dos. Me gusta disfrutar lo máximo posible”.

Sus cosas

Su pintor predilecto: Le fascina el arte en todas sus formas y expresiones. Hoy es gran admiradora de la obra de Kandinsky pero su gusto por la pintura se remonta a la infancia. De niña se paraba frente a los cuadros de Medina, los analizaba y decía: ‘Quiero tener uno’. “Me llamaban la atención sus luces, esas puertas y ventanas”, rememora Varina.

Su pasión: Sueña con ser actriz desde que tiene memoria. El teatro la recibió de puertas abiertas y está súper entusiasmada con volver a subirse a un escenario tras cinco años. El 2 de septiembre estrena la comedia inglesa La obra que sale mal en el Teatro del Notariado. Encarnará a un actriz de culto y lo vive con gran responsabilidad: “Me estoy presionando mucho”, confiesa.

Sus afectos: Es súper familiera y valora muchísimo el tiempo con los suyos. “Mi papá son los ojos de mi cara, tenemos una excelente relación”, afirma. Disfruta mucho de la amistad y tiene amigas que son familia: “Son las que me sostienen. Nos sostenemos en las buenas, en las malas, y en las medianas. Soy de estar muy presente en sus vidas”, comenta.

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