Yerba mate y Alzheimer: una relación que pinta optimista para lograr la prevención

Investigadores están tras la pista de si la tradicional infusión del Cono Sur sirve como factor de protección contra el deterioro cognitivo; neurólogo argentino adelanta resultados preliminares

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Yerba mate Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

Efecto antioxidante, protección ante la agresión de rayos X o rayos gamma, no favorece las arritmias, impacto positivo en el perfil lipídico (colesterol, HDL, LDL y triglicéridos), efecto diurético y laxante, bebida hipocalórica y de bajo contenido de sodio, entre otros beneficios ya comprobados de la yerba mate (Ilex paraguariensis). En una nota publicada por Domingo en mayo de 2023, Nelson Bracesco, profesor agregado de Biofísica y responsable del Laboratorio de Radiología de la Facultad de Medicina (Udelar), lo resumió en estas palabras: lo único malo de la yerba es “el precio”. Y esa frase sigue siendo hoy válida porque hay “optimismo” por sumar un nuevo provecho a la lista: protección contra el deterioro cognitivo.

El neurólogo argentino Jonathan Cubas, médico del Sanatorio de la Trinidad Mitre e investigador del Instituto de Neurociencias Buenos Aires, adelantó a Domingo los resultados preliminares que presentó en la última Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer, el foro más grande del mundo para la investigación de esta enfermedad.

Estos dan la primera pista de que habría una “asociación inversa” entre el consumo sostenido de yerba mate y el deterioro cognitivo.

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Produccion fotografica tomando mate, mate con yerba y bombilla, en Montevideo, ND 20230519, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

En concreto, se sugiere que la infusión lograría tener un efecto antioxidante y preventivo contra la deposición de beta amiloide, una proteína que es una conocida precursora de la patología al formar placas entre las neuronas. El consumo de yerba mate serviría entonces como un factor de protección “para una de las manifestaciones tempranas de la enfermedad de Alzheimer”.

¿Y cómo logra la yerba mate ese efecto antioxidante? La cuestión es esta: nuestro organismo normalmente genera unas moléculas llamadas radicales libres que dañan las células y favorecen al desarrollo de ciertas enfermedades; nuestro organismo también es capaz de regular este proceso pero si el equilibrio se rompe ocurre lo que se conoce como estrés oxidativo. La yerba mate, como otros alimentos de origen vegetal, contienen polifenoles que “atrapan” los radicales libres.

Más, mejor.

El equipo conformado por Cubas y colegas ya se encuentra en la etapa II de su investigación. La primera fue un estudio descriptivo de pacientes con deterioro cognitivo que contestaron (o lo hizo su cuidador) una encuesta sobre su estilo de vida e información nutricional, incluido el consumo de carne, huevos, lácteos, té, café, gaseosas y yerba mate. También se consultó si la persona tomaba mate por bombilla o en saquitos de té -una versión que se ha hecho popular en Argentina y últimamente en Estados Unidos- o en otra presentación, así como también la frecuencia, la cantidad diaria y la antigüedad de la ingesta.

Este tipo de cuestionario ya había sido utilizado por otra de las investigadoras del proyecto, la neuróloga Emilia Gatto, quien en 2015 advirtió la existencia de una relación estadística inversa entre el consumo de mate y el desarrollo de la enfermedad de Parkinson: quienes durante su vida habían sido grandes tomadores de mate de manera tradicional tenían una incidencia de Parkinson menor respecto a aquellos que no tomaban mate o que lo bebían en bajas cantidades.

Este estudio sirvió para dar impulso a investigaciones en el campo de la biología celular y molecular para explicar por qué la yerba mate tiene efectos benéficos en esta materia.

En concreto, se encontró que dos de sus compuestos principales, la teobromina y el ácido clorogénico, tienen la propiedad de prolongar la vida de las neuronas dopaminérgicas en cultivo. Estas se relacionan con el control de la locomoción y son las primeras en verse afectadas en los pacientes con Parkinson; también son la que mueren con mayor rapidez en las condiciones de cultivo por ser más proclives a sufrir daño celular.

Eso sin contar que la yerba mate también tiene vitaminas y minerales, entre ellos, potasio, sodio, magnesio, manganeso, hierro y zinc.

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Hojas de yerba mate
Andrés González

Respecto al Alzheimer, Irene Taravini, otra de las investigadoras participantes del proyecto, quien se desempeña en el Laboratorio de Neurobiología Experimental de la Universidad Nacional de Entre Ríos, ya demostró la asociación entre la yerba mate y un efecto antioxidante, antiinflamatorio y anti estrés en modelos experimentales con gusanos.

“Lo que pretendemos a futuro con esta encuesta es demostrar la asociación inversa tal como se encontró para el Parkinson. Nuestra hipótesis es que los pacientes que toman más mate desarrollan menos problemas cognitivos para luego estudiar los componentes que actúan sobre la neurodegeneración. Hasta ahora, todos los resultados son alentadores”, afirma Cubas en diálogo con Domingo.

El médico apunta que la comunidad científica internacional mira con detenimiento a las infusiones -café y té (y se sabe que comparten muchos principios activos con la yerba mate)- y su rol en la prevención de enfermedades neurodegenerativas, las que aumentan su incidencia a medida que la población vive más años. En el campo del Alzheimer ya se ha estudiado su vinculación con el té verde y el cacao. En Uruguay, por ejemplo, se calcula que unas 50.000 personas padecen la enfermedad de Alzheimer y, en función del envejecimiento de la población, se estima que en 2050 habrá 112.000 casos.

“Nosotros tenemos la excusa de que en el Río de la Plata tomamos mate pero, en realidad, hay mucho interés a nivel mundial”, comparte.

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