Acceso universal y equitativo al agua potable y segura en América Latina y el Caribe

La conservación y protección de los recursos hídricos deben convertirse en políticas nacionales y regionales prioritarias, que además impliquen un mayor nivel de cooperación, coordinación e integración entre los estados y las instituciones.

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El agua es fuente y recurso esencial para la vida. No solo nuestra salud y la de nuestros hijos e hijas depende directamente del acceso a agua limpia y saneamiento, sino que el 70% del recurso hídrico de América Latina y el Caribe se usa para tareas fundamentales, como la producción de alimentos. Al respecto, se calcula que en nuestra región 161 millones de personas viven sin agua potable segura, mientras que dos tercios de la población no tiene acceso a saneamiento de calidad. Y, a nivel global, las perspectivas hacia adelante indican que la demanda de agua dulce accesible y de calidad se incrementará en un 55% para el año 2050. Esto genera un impacto profundamente negativo, en variables como la seguridad alimentaria y energética de los países, al tiempo que constituye una amenaza para los logros y capacidades ambientales y sociales que la región ha sabido alcanzar en la materia.

En ese marco, América Latina y el Caribe requiere una batería de inversiones muy importante para poder encarar obras de infraestructura hidráulica que permitan atender a la demanda, hacer frente a los desafíos ambientales, modernizar los sistemas de suministro existentes, y fortalecer la gobernanza del agua en toda la región. CAF –banco de desarrollo de América Latina y el Caribe cuenta con una agenda estratégica muy ambiciosa para ese sector. Ejemplo reciente de esto es el anuncio en el marco de la Conferencia de las Naciones sobre el Agua 2023 para la movilización de recursos financieros que promuevan la seguridad hídrica, el control de inundaciones, la gestión de sequías, y la reducción de la contaminación hídrica y los residuos sólidos urbanos.

La iniciativa, que implica una inversión por 4 mil millones de dólares, tiene como objetivo principal fomentar el acceso seguro, inclusivo, equitativo y eficiente al agua y el saneamiento. Otro caso emblemático es el de Uruguay, país en el que la unidad gestora de fondos de la institución, CAF-AM, emitió hace apenas unas semanas el nuevo Fideicomiso Financiero Fondo de Deuda V para Infraestructura para financiar proyectos por un monto de 2 mil millones de Unidades Indexadas (que equivalen a unos 300 millones de dólares). La suscripción, que obtuvo una demanda de más del doble de la oferta de los títulos de deuda disponibles, incluye entre otras iniciativas de envergadura la puesta en marcha del proyecto Arazatí, una iniciativa que busca mejorar el suministro de agua potable del sistema metropolitano y los servicios de ruta del departamento uruguayo de San José. El programa está alineado con los principios del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 de la Agenda 2030, que estipula la importancia de garantizar el acceso universal al agua potable segura, a la vez que se reduce la contaminación, se elimina el vertimiento y se minimiza la emisión de productos químicos y peligrosos en aguas residuales.

A la par, tenemos la certeza de que en el sector del agua, la conservación y protección de los recursos hídricos deben convertirse en políticas nacionales y regionales prioritarias, que además impliquen un mayor nivel de cooperación, coordinación e integración entre los estados y las instituciones. Las políticas públicas deben garantizar una gestión integral de los recursos al tiempo que promueven inversiones en infraestructura verde, tarifas que reflejen costos y el uso eficiente del recurso por parte de la población. El trabajo de CAF en ese ámbito seguirá siendo el de promover un compromiso creciente con la generación de comunidades más saludables e inclusivas y para la reducción de las brechas existentes. Queremos seguir jugando un papel clave para garantizar la implementación de medidas audaces e innovadoras que mejoren el acceso al agua y el saneamiento, que garanticen más y mejores recursos de inversión de agencias y donantes internacionales, y que promuevan la amplificación de la cartera de proyectos hídricos de nuestra organización.

La importancia de transformar el paradigma económico y social actual en un modelo sostenible, que también sea resiliente y bajo en emisiones, es una responsabilidad de todos los sectores. La casa común que nos contiene a todos nos pide a gritos nuestra gotita de agua. Seamos parte de esa transformación y trabajemos juntos por una verdadera revolución de la vida.

- Christian Asinelli es vicepresidente corporativo de programación estratégica de CAF - banco de desarrollo de América Latina y el Caribe.

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