OPINIÓN
La maraña de subsidios cruzados que existe, no solo terminan paralizando la actividad económica, sino que además produce un conflicto social permanente.
A pesar de la extravagante maniobra del dólar soja para tratar de acumular más reservas, el BCRA sigue agonizando en este tema. Al día 4 de octubre había acumulado reservas brutas por solo US$ 1.175 millones, habiendo generado un lío monetario fenomenal.
En rigor, considerando que no solo compró dólares, sino que tuvo que vender dólares a los importadores, en última instancia hubo un tipo de cambio subsidiado para los importadores de insumos, dado que lo que pagó $ 200 se los terminó vendiendo en $ 150.
Pero en esta oportunidad el subsidio no lo pagó el productor agropecuario, que puedo vender su soja a un dólar más alto, aunque no al de mercado, sino que fue la gente que pagó el impuesto inflacionario la que subsidió a los importadores de insumos.
El BCRA aumentó la base monetaria el 37% en 25 días para comprar dólares soja, generando un impacto inflacionario que lo paga la gente que vive de un ingreso fijo, y ese impuesto inflacionario fue a financiar el dólar subsidiado a los que importaron insumos a $ 150.
Esto muestra la maraña de subsidios cruzados que hay en la economía argentina, que no solo terminan paralizando la actividad económica, sino que, además, produce un creciente conflicto social permanente, fruto de la lucha por el ingreso que incentiva el Estado. Les cobra impuestos a unos para darle a otros, les aplica el impuesto inflacionario a unos para subsidiar a otros. Prohíbe la exportación de carne para tener el asado barato a costa de consumir el stock ganadero y así sigue este juego de sacarle a unos para darle a otros, estrategia que lleva a una sociedad en estado de conflicto social permanente, que lucha por la distribución del ingreso.
Los cambios de ministros no modifican en nada la política del gobierno, en todo caso es el desgaste de unos que son reemplazados por otros que se desgastarán cometiendo los mismos errores.
El ministerio de Desarrollo Social tuvo tres ministros desde que comenzó este gobierno: Daniel Arroyo, Zabaleta y ahora Victoria Tolosa Paz. Repartieron más planes sociales, hubo escándalos por la compra de fideos y lo único que consiguieron hasta ahora es generar más pobreza, indigencia y conflictividad social.
Pero volviendo al tema cambiario, ahora el gobierno está pensando en el dólar Qatar, que no es otra cosa que, con la excusa del mundial de fútbol, establecer un tipo de cambio más alto para el turismo.
En rigor, no tiene sentido que el BCRA venda dólares baratos para hacer turismo en el exterior, pero tampoco tiene que vender dólares baratos para ninguna actividad. En otras palabras, el Banco Central no debería intervenir en el mercado de cambios para anclarlo y así tratar de disimular por un tiempo la tasa de inflación.
Si no tiene que haber un dólar artificialmente turismo, no debe haber ningún dólar artificialmente barato para ninguna actividad. Por eso faltan dólares en el mercado al tipo de cambio artificial que fija el BCRA.
Y si bien el Central aceleró la tasa de aumento del tipo de cambio oficial, igual sigue corriendo detrás de la inflación. Estimando una inflación de 6,7% en agosto, otra vez el aumento del tipo de cambio oficial aumentaría por debajo de la tasa de inflación. Este atraso cambiario es el que genera todo el problema del sector externo. Y parte del problema del sector externo tiene que ver con el turismo.
En efecto, al atrasar el tipo de cambio oficial, el turismo interno tiende a ser más caro en dólares y crece el estímulo por viajar a hacer turismo al exterior.
Tomando la serie que da el BCRA desde enero de 2003, es claro que el saldo negativo se acentúa a partir del mayor atraso cambiario. 2011 es un punto de inflexión, en particular luego de las elecciones de ese año cuando al terminar las elecciones, inmediatamente se estableció el cepo cambiario.
Es a partir de abril de 2021 cuando se empezó a flexibilizar la cuarentena y los viajes al exterior, lo que aumenta el déficit de viajes al exterior y gastos de tarjeta. Si se observa la evolución del saldo cambiario por viajes y gastos en tarjetas, es cierto que crece por el atraso cambiario que hace más barato viajar al exterior y más caro, en dólares, hacer turismo localmente.
Lo concreto es que el número no es tan importante en términos absolutos, es importante en términos de un BCRA agonizante.
Con el establecimiento del dólar turismo el BCRA no va a conseguir más ingreso de dólares, solo evitará que los pocos que tiene se vayan por este concepto. No van a resolver ningún problema cambiario, van a administrar la escasez que ellos mismos generaron estableciendo un tipo de cambio artificialmente bajo.
Por último, de acuerdo a las declaraciones del presidente del BCRA, la asistencia al tesoro consistirá en que el tesoro emita bonos, los venda en el mercado y, ante la baja demanda, el BCRA compre esos bonos en el mercado, lo que se conoce como OMA (operaciones de mercado abierto). En última instancia el Central emite pesos que la gente no quiere para comprar bonos que la gente tampoco quiere. Esos pesos impactarán en la inflación o se traducirán en mayor deuda en Leliq.
Como último dato, los intereses que el BCRA paga por la deuda en Leliq ya está casi en los $ 2 billones anuales, superando el déficit primario. Frenan en términos reales el gasto público, pero sin reformas estructurales, y hacen un desastre por el lado monetario y de endeudamiento.
De todas formas, de acuerdo a las declaraciones del presidente del Banco Central, seguirá la emisión monetaria para financiar al tesoro vía la compra de bonos en el mercado secundario para eludir las restricciones que establece la Carta Orgánica del BCRA para financiar al tesoro.