El hecho de que —dentro de los bonos que marcan criterios para el uso de los ingresos (UoP, por sus siglas en inglés)— se mantengan los niveles de emisión de los bonos verdes, pone de manifiesto el persistente interés por el más popular de los instrumentos de deuda etiquetados como sostenibles o GSS+ (siglas en inglés para instrumentos de deuda verde, social, sostenible, y vinculada a la transición climática y la sostenibilidad) entre emisores e inversores de renta fija.
En 2022, representaron más de la mitad de las emisiones de bonos sostenibles a escala mundial. En cambio, no están tan consolidados los bonos con un uso final de los fondos que sea social o de transición climática. Según el programa Climate Bonds Initiative, las emisiones de bonos sociales representaron el 15% del volumen total de bonos sostenibles en 2022 y experimentaron la caída más drástica, del 41%[i], tras la pandemia. Por su parte, los bonos de transición representaron menos del 1%[ii] de las emisiones de bonos GSS+. Es posible que los bonos UoP, instrumentos temáticos de deuda en los que el emisor se compromete a destinar los ingresos a un proyecto medioambiental o social determinado, pueden ofrecer oportunidades de inversión a los inversores, pero siguen planteando retos.
Bonos UoP: entre oportunidades y retos
La demanda de los clientes de que se integren consideraciones ESG (medio-ambientales, sociales y de gobernanza) en las inversiones y el impulso normativo liderado por la Unión Europea (UE) en cuanto a finanzas sostenibles, contribuyen a la demanda de instrumentos de deuda sostenibles por parte de los inversores en renta fija.
Por ejemplo, el fondo Carmignac Portfolio Sécurité, que se rige por el artículo 8 del Reglamento sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros (SFDR, por sus siglas en inglés), se compromete a invertir al menos el 10% de los activos netos en bonos verdes, sociales o sostenibles, o en bonos vinculados a la sostenibilidad junto con emisores corporativos alineados positivamente con uno de los 9 del total de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Sin embargo, la ausencia de un marco regulatorio vinculante implica que los emisores tienen mucha flexibilidad y, por ello, ha suscitado entre los inversores la preocupación por la «ecoimpostura» (greenwashing). El desarrollo de normas voluntarias por parte de la International Capital Management Association (ICMA) para los bonos UoP ofrece orientación a los emisores y garantías mínimas a los inversores, aunque la carga del análisis de las credenciales ESG de los bonos recae en los inversores.
En el caso de los emisores, la reasignación de capital hacia la inversión sostenible y la introducción de una normativa más estricta sobre la responsabilidad de los emisores en cuestiones ESG son incentivos para reforzar su perfil de sostenibilidad. La emisión de estos instrumentos de deuda es una oportunidad, incluso si tienden a implicar costes adicionales vinculados, por ejemplo, al cumplimiento de los requisitos voluntarios de la ICMA.
La introducción del estándar europeo de bonos verdes (EU Green Bond Standard, o EUGBS recientemente aprobado por el Parlamento Europeo, podría ayudar a trasladar la carga del inversor al emisor, que tendrá que cumplir unos requisitos estrictos para obtener el sello EUGB. Sin embargo, aunque la inclusión de un requisito de alineación con la Taxonomía contribuye a alinear los bonos verdes conformes con la EUGBS con los demás avances de la UE en materia de financiación sostenible, también podría restringir probablemente el conjunto de bonos elegibles y, por tanto, el nivel de adopción del sello EUGB por parte de los emisores.
¿Cuáles son las perspectivas de inversión?
En Carmignac, creemos que los bonos UoP constituyen una oportunidad de inversión para los inversores en renta fija, a pesar de los retos observados. Sin embargo, los bonos «ligados a la sostenibilidad» pueden ser una alternativa para los emisores que no estén necesariamente en posición de emitir bonos UoP. Es el caso de los emisores de los sectores que buscan la transición. También en este caso, los inversores deben actuar con cautela y asegurarse de que el emisor fija objetivos «E» o «S» suficientemente sólidos, que podrían provocar un incremento del cupón si no se alcanzan.
[i] «57% del volumen de emisiones de bonos verdes, sociales, de sostenibilidad y de transición climática (GSS+, por sus siglas en inglés)». Fuente: Estado del Mercado Mundial de Deuda Sostenible en 2022 del programa Climate Bonds Initiative.
[ii] ) Estado del Mercado Mundial de Deuda Sostenible en 2022 del programa Climate Bonds Initiative.