ALEXANDRE MARINIS / BLOOMBERG
Algunas veces dos cosas se parecen mucho, como un diamante Cartier y una circona cúbica.
Hay todo un mundo de diferencias entre ambos.
Lo mismo puede decirse del etanol hecho en Estados Unidos, principalmente de maíz, y el etanol de Brasil derivado de la caña de azúcar. Parecen iguales, aunque ahí terminan las similitudes entre los que llamaremos de acá en adelante etamaíz y etacaña.
Aunque el etacaña no produce una mínima parte de los problemas económicos, medioambientales y sociales que el etamaíz, ahora que los precios internacionales de los alimentos están subiendo y las preocupaciones medioambientales están aumentando, ambos son lanzados a la misma piñata para ser golpeados. El etamaíz merece el palazo, no el etacaña.
Es difícil saber si quienes les pegan tienen los ojos vendados temporalmente o si les interesa defender la industria de los combustibles fósiles o los subsidios agrícolas de los países ricos.
Hay cuatro argumentos principales, que carecen de sustento en la realidad, contra el uso generalizado del etacaña brasileño:
• Los precios de los alimentos se han catapultado porque los agricultores siembran la caña de azúcar, más rentable, en lugar de otros cultivos.
• La selva tropical amazónica está siendo destruida para despejar espacios para la agricultura.
• El etacaña contamina tanto o más que el combustible basado en el petróleo.
• La producción de caña usa el equivalente de mano de obra esclava y es moralmente injusta, porque quita comida de las bocas de los pobres para ponerlas en los depósitos de gasolina de los ricos.
DESMENTIR MITOS. Cada uno de esos puntos es un mito.
Empecemos por lo general. "Brasil tiene los programas de etanol más antiguos, avanzados y eficientes del mundo", según el informe de una conferencia internacional sobre biocombustibles celebrada en febrero de 2007 en el Woodrow Wilson International Center for Scholars en Washington.
Eso nos lleva a la primera pregunta: ¿si el etacaña fuera responsable del encarecimiento de los alimentos, no debería costar la comida en Brasil más que en otras partes del mundo? No es así.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Brasil es uno de los productores más baratos de maíz, soja, carne, pollo, cerdo, leche y arroz. En un claro signo de competitividad agrícola, Brasil es también un exportador destacado de alimentos.
"Cuando hablamos de la influencia de los biocombustibles en la economía del cereal, estamos hablando del maíz de Estados Unidos, no de la caña de azúcar de Brasil", dijo Abdolreza Abbassian, secretario del Grupo Intergubernamental sobre Cerales de la FAO. Un reciente estudio del FMI muestra que el etacaña de Brasil no ha sido responsable del incremento de los precios internacionales de los alimentos.
ESPACIO DISPONIBLE. Brasil también tiene todo el espacio requerido para cultivar caña de azúcar e incrementar la productividad agrícola sin derribar un solo árbol del Amazonas. Hace quinientos años, los portugueses aprendieron que el Amazonas no es la mejor región para plantar caña de azúcar, que exige una larga estación seca.
De los 320 millones de hectáreas de tierra cultivable en Brasil, sólo 3,2 millones de hectáreas, o sea el 1 por ciento, son utilizadas para cultivar caña destinada a la fabricación de etanol. Además Brasil tiene 100 millones de hectáreas de praderas subutilizadas aprovechables para la agricultura. Esa superficie rebasa el territorio de Francia y Alemania juntos.
Aunque cada hectárea de pradera brasileña alimenta a una vaca, en muchos países hay hasta seis vacas por hectárea. Si las explotaciones agropecuarias brasileñas fueran ligeramente más intensivas, el país fácilmente podría impulsar la producción de alimentos y biocombustibles sin destruir la selva.
MALTHUS SE EQUIVOCÓ. Demostrando que el economista Thomas Malthus se equivocó, en los pasados 15 años Brasil aumentó la cantidad de tierra destinada al cultivo de cereales un 21 por ciento, mientras que la producción subió un 119 por ciento.
Argumentar que el etacaña contamina más que los combustibles fósiles es ridículo. Mientras que el petróleo ya cuesta más de US$ 130 el barril y con el tiempo se agotará, el etacaña es renovable, más limpio y más eficiente.
En comparación con la gasolina, el etacaña reduce la emisión de gases de efecto invernadero más del 80 por ciento, según el Departamento de Energía de Estados Unidos.
En lo que respecta a la eficiencia, el etacaña produce 8,2 julios (N.de R.El Julio (J) es la unidad del Sistema Internacional para energía, 1 julio equivale a 0,239 calorías) de energía por cada unidad de combustible fósil, comparado con 1,5 julios para el etamaíz y menos de 1 julio para el diésel y la gasolina.
El etacaña es doblemente productivo que el etamaíz, 6.800 litros por hectárea para el primero frente a 3.100 litros por hectárea para el segundo. También produce un 24 por ciento más de combustible por hectárea que el etanol hecho con remolacha o trigo, común en Europa.
TRABAJO MANUAL. El argumento de que el etacaña contamina el medioambiente porque la caña debe ser quemada antes de ser manualmente recolectada no se sostiene. En el estado de Sao Paulo, que produce el 62 por ciento del etanol brasileño, más de la mitad de la caña se recolecta mecánicamente y el corte manual de caña será abolido en 2014. Esto también debería acabar con el argumento de que la recolección de la caña depende del equivalente de mano de obra esclava.
El etacaña no les quita a los pobres para dárselo a los ricos. Los subsidios agrícolas en los países ricos hacen eso.
Mucho más problemáticos que todos estos asuntos es el rechazo del Congreso de Estados Unidos a eliminar el arancel de 54 centavos por galón al etanol importado. Este gravamen fue introducido en 1980 para proteger a los fabricantes de Estados Unidos del etanol hecho con maíz de competidores como Brasil, que puede producir etacaña a 22 centavos por litro, mientras que la producción del etamaíz estadounidense cuesta 35 centavos por litro. Eliminar ese arancel reduciría la demanda de maíz y supondría un paso para reducir la presión sobre los precios de los alimentos.
Brasil está amenazando con cuestionar el arancel estadounidense ante la Organización Mundial del Comercio. Pascal Lamy, director general de la OMC, ya ha dicho que el etacaña brasileño "no está compitiendo con los alimentos" y que "es más respetuoso con el medio ambiente que el etanol basado en maíz de Estados Unidos y Europa".
Tarde o temprano, la OMC podría tener la posibilidad de decidir si el mundo puede finalmente tener un sustituto real para el petróleo. Hasta entonces, tendremos que vivir en un mundo donde los productos falsificados pasan como si fueran auténticos.