El superávit de cuenta corriente de China es visto por algunos como la raíz de la crisis financiera. La buena noticia es que después de crecer año tras año ahora se está reduciendo mucho más rápido de lo esperado. En la primera mitad de este año el superávit se redujo a 130 mil millones de dólares, un tercio más bajo que un año antes, y apenas la mitad de su nivel en la segunda mitad del 2008. No solamente se ha reducido el superávit comercial en bienes de China, sino que la renta de la inversión por las reservas extranjeras que tiene acumuladas también ha caído. Arthur Kroeber de Dragonomics, un centro de investigación, predice que el superávit de cuenta corriente probablemente baje este año a un 5% del PIB de China, desde su pico de 11% en 2007. Con retraso, China parece estar aportando su granito de arena para reacomodar la economía mundial.
¿Pero qué tan exactas son las cifras de China? En teoría el superávit comercial de China con Estados Unidos debería coincidir con el déficit que Estados Unidos informa de su comercio con China. El gobierno en Pekín afirma que su superávit con Estados Unidos cayó a 62 mil millones de dólares en los seis meses anteriores a junio. Sin embargo estadísticas oficiales desde Washington DC muestran que Estados Unidos tuvo un déficit con China de 103 mil millones de dólares durante el mismo período. El superávit informado por China con el área del euro es solamente la mitad de las cifras publicadas por las oficinas de estadísticas europeas. Incluso más sorprendente es su balanza comercial con Japón: China dice que tenía un déficit con Japón en la primera mitad de este año, pero los datos japoneses muestran en cambio que Japón tuvo déficit con China.
Las estadísticas económicas de China son notoriamente dudosas. Los componentes del PIB no suman; la suma de los PIB provinciales es siempre mucho mayor a la cifra nacional. Parecería que las cifras de comercio de China no son mejores. Más aún, la discrepancia es consistentemente en una dirección: China informa superávit de comercio bilateral menores que los sugeridos por la información de sus socios comerciales. Si se suma el comercio de todos los países con China (usando como base de datos la "Direction of Trade Statistics" del Fondo Monetario Internacional), el mundo tuvo un déficit comercial con China de aproximadamente 650 mil millones de dólares en 2008, más de dos veces los 295 mil millones de dólares de superávit declarados por China misma. Esa diferencia de 350 mil millones de dólares fue aproximadamente cuatro veces más grande que la brecha diez años antes. ¿Estará China teniendo un déficit comercial muy grande con Marte? O, como concluyen las teorías de conspiración, ¿estará Pekín subestimando de manera deliberada su "vergonzosamente" grande superávit?
De hecho hay explicaciones menos macabras para muchas de las discrepancias entre las cifras de China y las de sus socios comerciales. La más importante es que gran parte del comercio chino se embarca a través de Hong Kong. Es difícil muchas veces para la agencia de estadísticas de China seguir el destino final de esas exportaciones, por lo que bienes que por ejemplo son exportados desde China a Hong Kong y luego re-exportados a Estados Unidos, son normalmente registrados por los funcionarios en el continente como exportaciones a Hong Kong. Por el contrario, es más fácil para los empleados de aduana en los países importadores determinar el verdadero país de origen, por lo que Estados Unidos registra correctamente los mismos bienes como importaciones de China. En el mismo sentido, las exportaciones de Estados Unidos a China que van a través de Hong Kong podrían ser registradas como exportaciones a Hong Kong, mientras que China las cuenta como importaciones desde Estados Unidos.
Además, los re-exportadores en Hong Kong aumentan el precio de los bienes que manejan en aproximadamente 25%, lo que agrega una diferencia más entre el valor de las exportaciones de China y su valor de importación en destino. El resultado es que las estadísticas oficiales exageran el verdadero valor del déficit de Estados Unidos y de otros con China, mientras que las estadísticas chinas subestiman su superávit. Si las re-exportaciones desde Hong Kong son incluidas en las exportaciones chinas a Estados Unidos, la brecha entre las cifras de comercio informadas por China y por Estados Unidos se reduce a la mitad. Esto sin embargo aún deja un gran déficit, y no explica por qué el superávit comercial global de China (que incluye todo el comercio con Hong Kong) es tanto menor que la suma de los balances comerciales bilaterales informados por el resto del mundo.
EL PUNTO CRUCIAL. Otro factor es que los países informan exportaciones e importaciones sobre una base de "aduanas". Las importaciones incluyen los costos de seguro y flete, pero las exportaciones son registradas sobre una base FOB ("free on board"), que excluye esos costos. Un importador siempre va a mostrar el valor de los bienes como un 5 o 6% mayor cuando llegan que cuando dejan el país exportador. Si todos los costos de envío fueran excluidos de las cifras, el superávit de China sería mayor pero los déficit de sus socios comerciales serían menores. De hecho, el gobierno chino informa su superávit comercial con importaciones sobre una base FOB como parte de sus cuentas semestrales de balanza de pagos. En 2008 fue de 360 mil millones de dólares, 65 mil millones de dólares más grande que sobre una base de valor de aduanas.
Un estudio de 2007 del Tesoro de los Estados Unidos ajustó el comercio de China con más de cien países para incluir las re-exportaciones a través de Hong Kong y excluir los costos de transporte y seguro así como la remarcación hecha por los re-exportadores de Hong Kong. Esto aumentó el superávit comercial de China en el 2005 en 75 mil millones de dólares y redujo la suma de los déficit informados por el resto del mundo en 140 mil millones de dólares, por lo que la diferencia entre las dos cifras cayó de más de 300 mil millones de dólares a 90 mil millones de dólares.
Gran parte de la brecha subsistente probablemente refleje flujos de capitales disfrazados más que una estrategia deliberada de Pekín para subestimar su superávit comercial. A fin de esquivar controles de capital y sacar dinero de China, las empresas declaran exportaciones a un valor menor que el real, o importaciones a uno mayor. Las empresas también usan ese tipo de artilugios para transferir ganancias a filiales en zonas con impuestos bajos, como Hong Kong. El dinero luego vuelve a China como inversión extranjera directa para aprovechar un tratamiento fiscal más favorable. Sin embargo no es probable que estos flujos disfrazados estén aumentando. En todo caso, dado que China se está recuperando más rápido que el resto del mundo, los exportadores tienen más incentivos para sobrefacturar exportaciones de forma de repatriar dinero. Esto sugiere que el superávit comercial del país está disminuyendo tan rápidamente como se alega.
El superávit comercial de China -y por lo tanto su superávit de cuenta corriente- es casi seguramente mayor que el informado por Pekín, incluso si es mucho menor que los déficit combinados informados por Estados Unidos y otros socios comerciales. Pero para el resto de la economía global, el punto crucial no es el tamaño exacto del superávit de China, sino el hecho de que finalmente se está reduciendo.