ENTREVISTA
Queremos reducir nuestra dependencia del carbón y el petróleo, así como promover la iniciativa privada pero castigando las tierras improductivas.
El nuevo gobierno de Colombia apostará a cambios profundos en materia tributaria, energética y el perfil productivo del país. Pero, advierte Ricardo Bonilla, asesor del presidente electo Gustavo Petro, “no vamos a cargar con impuestos a las empresas, respetaremos las tierras productivas y apostaremos a una economía abierta que comercie con todo el mundo”. Bonilla fue responsable de Hacienda en Bogotá cuando el presidente electo era alcalde de la capital del país. Estuvo al frente del equipo que diseñó la propuesta económica en la campaña electoral y es el responsable de plantear varias de las reformas que el nuevo gobierno promete ejecutar desde el próximo 7 de agosto. Dado que aún mantiene un litigio legal originado durante la gestión en Bogotá —que también involucró a Gustavo Petro, quien ya fue absuelto— no ocupará ningún cargo ejecutivo hasta que esa situación se aclare, afirmó. A continuación, un resumen de la entrevista.
—¿Cómo se canalizan las expectativas generadas por el cambio de signo del gobierno en Colombia?
—Es un cambio de paradigma, diría. Este país no está acostumbrado a afrontar un cambio así, de un extremo al otro de la política. Y es la primera vez en 200 años realmente que llega un gobierno alternativo. Hasta ahora, la rotación fue siempre entre facciones de la derecha; ahora es distinto. Por tanto, se ha generado mucha incertidumbre de parte de quienes dicen "nos vamos a ir para el hoyo", Pero eso no pasará. El desafío es organizar las propuestas y hacer las reformas que consideramos necesarias, sin improvisar. Esa incertidumbre hay que calmarla.
—¿La designación de José Antonio Ocampo como ministro de Hacienda forma parte de esa necesidad de enviar señales a los escépticos?
—Entiendo que el interés del presidente fue el de traer una persona muy respetada; Ocampo es el economista más reconocido del país, así se lo ve también desde afuera. Ya fue ministro, tuvo altas responsabilidades en organismos internacionales y ha desarrollado la docencia en prestigiosas universidades. Eso le da suficiente credibilidad. Pero, además, es una demostración de que no construye un gobierno de partido, sino que se sumarán distintas visiones. Es un hombre que no pertenece a nuestro partido Pacto Histórico, de hecho, él apoyó a (Sergio) Fajardo, candidato que compitió con Petro. Es un hombre moderado desde el punto de vista de su visión sobre la economía y la política, pero más que eso, nunca ha comulgado con los planteamientos de la derecha. Es una persona moderada, muy abierta a la posibilidad de construir juntos.
—La economía de Colombia creció en el rebote post pandemia un 10% en 2021, y en el primer trimestre de este año, mostró una expansión interanual de 8,5%. Con esos números, ¿qué diagnóstico hace usted sobre la economía del país?
—Pues, evidentemente esos crecimientos están originados en la gran caída que se generó durante la pandemia. Un rebote desde cifras muy bajas, es más eso que una recuperación. Esos números que usted citó muestran una mejora en la economía, pero hay tras dos cifras que reflejan la realidad: uno, las tasas de desempleo siguen siendo muy altas en valores de períodos recesivos, alrededor del 12%. Segundo, las cifras de pobreza. Aunque se redujo algo respecto a 2020, está por encima del 40%, por encima de los niveles prepandemia. Por tanto, una de las primeras situaciones que va a enfrentar el gobierno es cómo generar una política que ayude a reducir la pobreza, políticas que contribuyan a generar nuevas oportunidades de trabajo.
—En ese sentido, ¿en qué modelo económico de país están pensando en el gobierno electo?
—Hoy dependemos de un modelo económico minero-energético, que pretendemos cambiar. Es decir, seguimos dependiendo de las exportaciones de petróleo y carbón, y lo vamos a seguir haciendo por dos, tres o cuatro años más, prácticamente durante todo este período de gobierno, dado lo que se proyecta a propósito de la producción de uno y otro y los compromisos de exportación asumidos. Pero apostamos a ir generando otro modelo que cambie el perfil del país, que nos libere de la dependencia de esos dos productos básicos, que en décadas y décadas nos han demostrado que no generan más empleo, mejores condiciones de desarrollo para la población y tampoco una economía más incluyente. Se trata de empezar a construir un modelo que genere otra oferta exportable, basada en un mejor desarrollo de la agricultura, de la agroindustria, en la recuperación de la industria textil y de la industria farmacéutica, así como desarrollar y fortalecer la industria metalmecánica. También vamos por un desarrollo mayor del turismo en todo el país. Es una apuesta grande, si logramos consolidar el proceso de paz, ya que tenemos una oferta muy amplia para atraer visitantes al país.
—Y en esa propuesta de reindustrialización que mencionó, ¿hay un potencial real de Colombia para ser competitivo en esas industrias?
—Son varios aspectos. En algunas industrias hay una base; lo que tratamos es de desarrollar la agricultura, que nos provea de bienes para una industria más amplia y que eso se convierta en un pilar de exportación, no solamente para el mercado interno. Hoy producimos frutas, verduras y tubérculos que abastecen el mercado interno. Después, los cereales y otras frotas las importamos. Hay que desarrollar más la producción y luego la etapa industrial, tenemos planes para eso. Por otro lado, está el café, que sigue siendo el producto estrella de Colombia, con una particularidad: se le ha agregado valor, ya no es solo el grano. Eso es lo que queremos hacer con otras producciones.
—¿Y la industria manufacturera?
—En textiles y confecciones, Colombia tiene una larga tradición, pero en los últimos 30 años terminamos importando telas. Eso es algo que hay que recuperar, porque la fortaleza del diseño local sigue existiendo. En cuanto a la industria farmacéutica, la pandemia nos mostró que es necesario retomar la producción de vacunas y otros fármacos. La metalmecánica no está bien, pero hay condiciones para pegar el brinco hacia la metalmecánica de la cuarta revolución industrial. Queremos buscar socios internacionales que nos ayuden a desarrollar nuestra industria.
—¿Cuánto pesan en la economía de Colombia el carbón y el petróleo?
—Representan más del 50% de la oferta exportable. Lo que suceda con esos dos productos nos afecta totalmente la balanza comercial y el balance fiscal y el tipo de cambio tiene mucha volatilidad en función de lo que pasa con esos dos productos. Queremos quitarnos de encima esa elevada dependencia.
—La reforma tributaria es el primer paso de la futura administración?
—Sí, porque nos va a dar la base para avanzar en las demás áreas en que hay que trabajar prioritariamente.
Se han hecho muchos ajustes al sistema tributario, una reforma cada dos años. Pero nunca con un sentido de reforma estructural, que es lo que se necesita. Vamos a trabajar sobre el impuesto renta, equilibrando las cargas entre personas naturales y personas jurídicas. Buscamos un impuesto progresivo, donde el que tiene los ingresos más altos pague más. Para ello será necesario identificar claramente los ingresos de las personas, qué corresponde a las empresas y qué a las personas naturales. No se trata de gravar más al sector corporativo, en algunos casos inclusive quizás lo podamos reducir.
En la actualidad, en el sistema tributario el IVA y la renta aportan por partes iguales. A partir de la reforma será mayor la incidencia de las rentas, en especial las de personas naturales y entre éstas, las de mayores ingresos.
—¿No temen una huida de capitales a partir de mayores gravámenes a determinados sectores?
—No, no hay que trabajar con esa perspectiva. Las empresas van a tributar menos, vamos a cuidar el capital productivo. Queremos un sistema más justo, no pensamos que pueda ocurrir algo a´si.
—¿Es impostergable esa reforma para afrontar el mayor gasto social que proyectan?
— Esta reforma tiene dos objetivos. Primero, reducir el déficit fiscal, que es muy fuerte, y segundo, que esos nuevos impuestos vayan dirigidos a mejorar los programas sociales…
—…déficit fiscal y de cuenta corriente. ¿Esos déficits gemelos representan una de las principales amenazas de la economía colombiana?
—Son muy importantes, somos conscientes de ello y hay que actuar. El déficit de cuenta corriente está por encima del 6%. Lo mismo el fiscal. El doble de lo que podría considerarse como meta. Y la única forma de resolver el déficit por cuenta corriente es mejorando la oferta exportable, ampliando nuestra producción a partir de la industrialización que hablamos antes. Pero eso será a mediano plazo. Solo resolveremos el déficit en cuenta corriente cuando tengamos una actividad productiva más diversa que hoy no tenemos. El propósito principal del gobierno es contribuir a diversificar la economía, tener carbón y petróleo no fue una bendición para el país a la larga. Tener superávit en el frente fiscal también es una consecuencia de lo anterior. Hoy gastamos más de lo que recibimos, porque no desarrollamos toda nuestra capacidad de generación de ingresos. Mientras tanto, hay que ser muy ingeniosos para focalizar el gasto.
Además, hay una carga de deuda externa muy importante que debemos ir reduciendo en el tiempo.
—El año pasado Colombia perdió su investment grade…
—Sí. Queremos recuperarlo, equilibrar las cargas y volver a reducir el peso de la deuda en el corto plazo, aunque para ello debamos extenderla más en el tiempo. Hoy no es el momento para buscar refinanciarnos en el mercado, lo que sí podemos hacer es reprogramar algunos compromisos que tenemos con organismos multilaterales.
—Hablemos de la pobreza. ¿Cuáles son las medidas inmediatas que piensan implementar?
—Estamos mal, y la pandemia lo empeoró todo. Faltan oportunidades de trabajo, teneos claro que no se sale solamente con ingresos solidarios. Vamos a dar auxilio para los que están en peor situación, pero eso irá acompañado de generar fuentes de trabajo, porque la salida es por ese lado. Vamos a poner en marcha mecanismos que estimulen a los privados, pero al mismo tiempo hay trabajos para la comunidad que vamos a facilitar para una reinserción en el mercado laboral de los que tienen menos posibilidades.
Colombia es un país muy desigual, donde no hay oportunidades para los más vulnerables y tenemos un sistema tributario que no contribuye a reducir esa desigualdad.
—La concentración de la riqueza en Colombia se tiene a ejemplificar con una gran concentración de la propiedad de la tierra. ¿Es así?
—Ese es un problema ancestral en mi país y no ha habido una voluntad política real de tratar de resolverlo. Ser propietario de la tierra en Colombia es sinónimo de ser poder y la concentración es enorme.
Lo que vamos a hacer es utilizar el instrumento predial que tiene como base gravable el avalúo catastral. Vamos a actualizar los avalúos, lo que generará un impacto sobre el impuesto predial. Mayores gravámenes que impactarán sobre la tierra improductiva; pagan más, la ponen a producir o se desprenden de ella. Habrá oferentes dispuestos a adquirirlas, y si no está el Estado.
Esto ha molestado mucho a los dueños de la tierra, generalmente defendidos por los partidos históricos.
—Se les acusa de ir contra la propiedad privada…
—La iniciativa privada es muy importante. Nosotros no vamos a expropiar, pero queremos que quienes tienen activos los pongan a producir, por el crecimiento de toda Colombia y su propio provecho.
—Colombia tiene acuerdos comerciales con 16 grupos o países. ¿Cuál será la política de inserción internacional de Petro?
—Seguir integrándonos al mundo. Nuevos acuerdos si es necesario. Y de los existentes, aquellos que no estén dando los resultados deseados, renegociarlos bilateralmente. Por ejemplo, el TLC con Estados Unidos, compramos mucho más de lo que vendemos. Creemos que ahí habrá que estudiar las condiciones y plantear algunos cambios. Pero con el espíritu de seguir abiertos, ser socios de todo el mundo.
—No cuentan con mayoría parlamentaria por sí solos para llevar adelante las reformas anunciadas. ¿Cómo lo lograrán?
—Es cierto, pero ya se trabaja en identificar a quienes pueden acordar con nosotros. Pacto Histórico, junto a los Verdes y algunas minorías puede llegar a la mitad del Congreso. Conversaremos con los Liberales y otras bancadas, Habrá que conversar, queremos mayorías estables que nos permitan gobernar y poner en marcha los cambios que Colombia necesita implementar.