ENTREVISTA
Los refugios tradicionales de los mercados no funcionaron en la primera parte del año, pero ahora sí, dado que el riesgo está en la economía real.
Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.
La economía real comenzará a reflejar, a nivel global, una recuperación a mediados de 2023, pero los mercados financieros ya lo harán en la segunda mitad de este año, aseguró Gabriela Santos, analista de Mercado Global de JP Morgan Asset Management. “Tanto para acciones, como para renta fija, en muchas regiones y diversos sectores estamos muy optimistas respecto de los retornos para el mediano y largo plazo, mejor de lo que hemos estado en muchos años”, subrayó. La experta advirtió que el momentum económico “está cambiando del oeste para el este”, especialmente hacia China. Afirmó que no estamos exentos de volatilidad en el inicio del otoño del hemisferio norte, “debido a los riesgos de inflación o las reacciones de la Fed ante ese fenómeno”. A continuación, un resumen de la entrevista.
—La confluencia de riesgos geopolíticos, monetarios e inflacionarios que se ha enfrentado en los últimos meses, ¿siguen pesando negativamente en el sentimiento de los inversores?
—A lo largo de la primera mitad del año, el sentimiento del inversor, también de los hogares y de las compañías, empeoró muchísimo. A niveles que no habíamos tenido en mucho tiempo, en algunos casos, desde décadas atrás, causado por esta confluencia de retos macroeconómicos como inflación elevada, en parte causada por el conflicto geopolítico en Ucrania y las políticas monetarias restrictivas que se aplicaron en forma muy rápida y ordenada en el mundo, llevando todo esto a preocupaciones sobre una recesión económica global.
Pero todo eso ha comenzado a mejorar un poco, especialmente desde fines del pasado mes de julio. Los inversionistas siempre miran hacia adelante y empezaron a sentirse más confortables, en el entendido que el peor momento ya ha pasado, en cuanto a inflación elevada, los desafíos planteados a nivel monetario y el miedo y a una recesión.
Entonces, eso llevó a una recuperación de los mercados muy fuerte en el último mes. Posiblemente esta mejora de la confianza no sea sostenible aún, porque va a depender muchísimo de la evolución, en las próximas semanas, de factores macroeconómicos como la inflación, las consecuencia de las las decisiones monetarias que se tomen por parte de los bancos centrales y otros datos económicos. Pero, por el momento, podemos hablar de un sentimiento por parte de los mercados que es mejor.
—¿Se puede asegurar que el segundo semestre será notoriamente mejor que el primero?
—No para la economía real, pero para los mercados posiblemente sí. Dado que los mercados han asumido ya la situación económica, han comprendido de qué forma se comportará en el resto del año y por tanto, asumiendo esos retos mostrarán otro desempeño.
—Hay hitos económicos importantes en los próximos días que pueden generar cierta incertidumbre…
—Insisto en que podemos tener una segunda mitad del año mejor; mirando hacia diciembre, creemos que los mercados de riesgo van a estar más altos de lo que estuvieron en el primer semestre. Pero eso no quiere decir que no haya volatilidad, especialmente ahora al ingreso del otoño. Septiembre es un mes donde habrá fechas clave: la entrega de la inflación del mes de agosto en Estados Unidos o la reunión de la Fed a mitad de mes. Podemos tener un poco más de volatilidad en el corto plazo. Pero con un horizonte de inversión más largo es donde observamos resultados más positivos.
Es interesante observar, como indicador económico adelantado, lo que nos muestra la encuesta mensual PMI, tanto para el sector manufacturero como de servicios, con subcomponentes de actividad futura que con muy buena referencia. Hay una fuerte correlación de este indicador tanto con datos económicos como con el comportamiento de los mercados. Normalmente los mercados ya se empiezan a recuperar cuando el PMI toca su piso, posiblemente no tocamos el piso de esta encuesta todavía, por eso mencionamos que a corto plazo tendremos aún un poco de volatilidad.
—A propósito de la economía real, ¿cuáles son las previsiones de JP Morgan?
—La economía global empezó con un crecimiento fuerte a principios del año, con la excepción de China, pero a lo largo de la primera mitad comenzó a perder fuerza. Hoy estamos claramente en un proceso de desaceleración, especialmente Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, donde ya empezamos a ver señales de esa pérdida de empuje económico que hubo meses atrás.
Creemos que igual tenemos signos positivos en la economía, aunque por debajo de lo esperado. Pero sobre fines de año o primer trimestre de 2023, vemos un riesgo elevado de recesión. Especialmente en Europa continental y en Reino Unido, relacionado especialmente con el conflicto en Ucrania y los altos costos de electricidad, además de las dudas acerca de cuál será la disponibilidad de energía eléctrica para el invierno. Pero también en EE.UU consideramos que el riesgo de recesión es elevado, con consecuencia de la alta inflación y las medidas monetarias. Todavía es muy temprano pensar cuándo se comenzará a revertir esa situación, seguramente no antes de la segunda mitad de 2023. Entonces, para la economía real observamos más desaceleración, posiblemente una recesión. Eso es lo que los mercados han asumido, buena parte de ese contexto macroeconómico ya está en el precio de los activos, lo que les permite comenzar a recuperarse con rapidez.
—Toda esta gran tormenta de los últimos meses debe haber generado una revaluación de activos; ¿cómo opera hoy ante este cambio de comportamiento de los mercados?
—Es cierto. Después de una primera mitad de año muy difícil para los retornos de los mercados globales, estamos en una posición mejor en términos de valuaciones. Lo interesante de este año es que han mejorado tanto para renta variable como para renta fija, porque tuvimos retornos negativos de los dos lados en la primera mitad del año. El horizonte es mucho mejor en EE.UU., Europa y también en Asia.
También por sectores. El valor sigue más interesante hoy día está en los sectores más cíclicos del mercado, pero también en los sectores growth han mejorado muchísimo las valuaciones, y eso incluye tecnología y comunicaciones. De todos modos, allí es importante seguir teniendo un poco de cuidado porque va a depender de qué compañías estemos pensando.
En términos de renta fija, hoy en día tenemos rendimientos, en algunos casos, a las tasas más altas que hemos visto en casi diez años.
Entonces, tanto para acciones como para renta fija, en muchas regiones y diversos sectores estamos muy optimistas respecto de los retornos para el mediano y largo plazo, mejor de lo que hemos estado en muchos años.
—¿Qué se puede sugerir para los inversores en un mundo con un nivel de inflación que a nivel general resultó bastante inesperado?
— Creemos que la inflación tuvo su peor impacto en el mercado en el primer trimestre, cuando las curvas de bonos estaban reflejando una mayor presión inflacionaria. Ese fue un momento de mucho dolor, porque causó retornos negativos tanto en renta fija como en variable. Fue necesario tener un diversificador extra para diversificar el riesgo inflacionario.
—¿Y qué activos funcionan como “diversifcador extra”?
—Lo que funciona son materias primas, incluyendo compañías de energía, o regiones que exportan muchos de estas materias primas, como Latinoamérica, Oriente Medio, Canadá, Australia. Y consideramos mucho también el rol de otros tipos de activos privados o alternativos, como fondos inmobiliarios, fondos de infraestructura.
Pero lo interesante es que para el mercado esto ya cambió, los inversionistas ya colocaron esa diversificación para la inflación. Ahora el tema de inflación es importante indirectamente, porque impacta las expectativas de crecimiento económico real. Esa es hoy en día es la variable más importante del mercado, el miedo a una recesión. Y en este ambiente de miedo de recesión económica, el mejor diversificador son bonos de calidad, especialmente los bonos del Tesoro de EE.UU. Y de hecho, las tasas largas han caído en los últimos meses y hemos tenido retornos positivos en renta fija otra vez.
—Los refugios siguen siendo los mismos de siempre para situaciones de este tipo…
—Ahora sí, pero a principios de año no. No funcionó y por eso fueron necesarias otras opciones. Pero ahora regresamos a los refugios habituales, porque, otra vez, el riesgo es el crecimiento económico real.
—En cuanto a mercados emergentes, hay un comportamiento que está disociado a toda esa realidad global…
—Exactamente, hay una excepción a todas las tendencias que mencionamos hasta el momento. Y es China. Como siempre, sigue su propio ciclo económico y monetario, su propio comportamiento de mercado. Y China ya viene desacelerando su economía hace más de un año, sus mercados vienen con una caída hace más de un año también. Y ahora, lo que supone de China para la segunda mitad del año es una aceleración económica. Entonces el momentum económico claramente está cambiando del oeste para el este del mundo y específicamente China. Claro que va a depender mucho de la evolución de la pandemia en ese país, pero ya empezamos a observar una cierta recuperación económica y la inflación está baja, entonces hay espacio para apoyar la recuperación con flexibilización monetaria y fiscal, contrario al resto del mundo.
Normalmente, un contexto de temor a una recesión económica, no es un buen momento para activos emergentes, pero esta vez es distinto porque viene de la mano de una posible real aceleración económica en China. Eso quiere decir que los activos emergentes pueden comportarse mejor de aquí adelante, especialmente las acciones con más peso en China y Asia, pero también algunas monedas emergentes de los países con mayor dependencia comercial de China…
—¿Eso puede favorecer a Latinoamérica?
—Creemos que, específicamente, acciones de Latinoamérica ya no resultan más tan interesantes porque tienen mucha exposición a materias primas. Los inversionistas ya agregaron esta exposición a principios de año. En cambio, Latinoamérica sí resulta interesante en materia de bonos, especialmente en moneda local. Los bancos centrales de la región, en muchos casos se han adelantado muchísimo con sus medidas de corte monetario, lo que lleva a que haya casos interesantes con un buen diferencial de tasas versus Estados Unidos. Específicamente, podemos hablar de Brasil y México, que ofrecen las mejores tasas reales. Pero eso no quiere decir que no haya riesgo y volatilidad en estos bonos, específicamente relacionado a incertidumbre política local. Hay muchos eventos políticos en la región, entonces es de esperar una volatilidad en la parte más larga de esta curva de bonos soberanos, relacionado a esta incertidumbre que siempre tenemos en la región.